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Escuela de Cine celebra 15 años con exhibición de cortos en Cineteca Nacional

07 Noviembre 2018

Rodrigo Cepeda, director de la unidad, destacó que “los estudiantes muestran una imagen crítica y reflexiva del país”.

Con una exhibición de cortometrajes en la Cineteca Nacional del Centro Cultural Palacio de La Moneda, la Escuela de Cine UV celebró sus quince años de vida. En la oportunidad se presentaron los trabajos “Gol de oro” (2005), de Guillermo Ribbeck; “Elena” (2008), de Juan Carlos Cortés; “Los pliegues de la esfinge” (2010) de José de la Parra; “La vorágine” (2015), de Cristóbal Sánchez; “Amankay” (2017) de Katherine Torres, y “Sombra de ojos” (2018), de Manuel Morales.

La ceremonia contó con la presencia del decano de la Facultad de Arquitectura, Juan Luis Moraga; el secretario de la Facultad, Carlos Lara; y el director de la Escuela de Cine, Rodrigo Cepeda, junto a invitados especiales, actores, representantes del mundo del cine, exalumnos y estudiantes.

El decano Moraga indicó que “este acto significa una importante celebración y es un buen momento para conocer los inicios de la formación de los cineastas en Valparaíso, cuyo origen se remonta a la Universidad de Chile Sede Valparaíso, cuya continuación se encuentra en la UV, que hoy acoge a la Escuela de Cine, adscrita a la Facultad de Arquitectura”.

Durante su presentación, el decano Moraga hizo un breve cronología de los inicios de la carrera de cine de la Universidad de Chile Sede Valparaíso, dirigida por Augusto López Arévalo, a través de un material recogido en una entrevista audiovisual en profundidad realizada por el equipo de extensión de la Facultad de Arquitectura UV el año 2015. Tal como explica Moraga, “en los albores de la Reforma Universitaria, en mayo de 1965 la Facultad de Arquitectura de la Sede Valparaíso de la Universidad de Chile crea un Centro de Investigación integrado por profesores de los departamentos de Tecnología y Arte”.

“Diversas personalidades del mundo artístico comenzaron a pensar en la creación de una carrera de Cine y para eso tomaron contacto con el Cine Club de Viña del Mar, ligado a Aldo Francia, para luego establecer acercamientos con personas como Luisa Ferreri, José Román, Diego Balacina y Juan Barattini. Partieron con treinta o cuarenta estudiantes de las generaciones que el proyecto acogió, quienes fueron derivados de un propedéutico de la carrera de Diseño. Francia no aceptó asumir como director, pero era como un mascarón de proa”, aseguró.

El decano agregó que “sin duda fue un proyecto aventurero. Posteriormente al golpe militar, la Escuela se remonta a 2003, cuando Sergio Navarro y Jorge González realizaron unos cursos de cine y lograron aprobar el proyecto de carrera. El comienzo también tuvo un carácter aventurero, por temas de recursos y espacios físicos, pero el desarrollo de la UV y el cambio a formato digital permitieron a la Escuela consolidar el programa. Hoy la madurez académica, la entrega de los estudiantes y el desarrollo como cineastas de sus profesores permite que a sus quince años se encuentre acreditada por seis años y tenga un futuro esperanzador”.

Cine desde el margen

Rodrigo Cepeda, director de la Escuela de Cine UV, señaló que “el significado de los quince años, más allá de los números,es que hemos logrado conformar una comunidad académica integrada por profesores, estudiantes y funcionarios consolidando una idea pedagógica que hemos afianzado en la malla actual y en la que queremos innovar”.

El director aseguró que “la Escuela se encuentra trabajando en tres ámbitos: teoría, que implica la cinefilia, el estudio del cine e investigación cinematográfica; el amor a los oficios del cine que están en desarrollo a través de formación general y finalmente el taller integrado donde todo converge”.

“Los frutos de todos estos años son estos cortos que hemos exhibido, los cuales muestran una mirada del país, pensando el cine desde el margen, de la provincia y la periferia. Esa visión se hace presente en estas películas, hechas literalmente desde la punta del cerro, desde la divergencia, la diversidad y la precariedad. Estos temas necesitaban ser puestos en el cine, porque nuestros alumnos buscan mostrar una imagen crítica y reflexiva del país”, agregó.

Cepeda añadió que “la Escuela está en un buen pie, tenemos una acreditación de seis años y el sentido de formar cineastas tiene que ver con contribuir al país, buscando provocar y proponer a través de sus películas, construyendo una comunidad y un ámbito cinematográfico. Hoy la Escuela tiene pregrado, un centro de investigación y pronto abriremos un magister en estudios del cine y el audiovisual. Nos hemos posicionado en Chile y en Latinoamérica, a través de FEISAL, con relaciones con casi todas las escuelas importantes”.

El desafío del largometraje

El profesor Sergio Navarro, fundador de la Escuela y quien recientemente se acogió a retiro, señaló sentirse “feliz de cumplir quince años, es una Escuela que ha madurado, encontrando su camino. Hay cosas muy meritorias, como la conformación de un grupo de profesores bastante sólido, con ideas claras y pensamiento común y eso no es fácil hacerlo”.

“Los alumnos se han ido incorporando a esta aventura, era una apuesta, pero Valparaíso es cinematográfico, siempre lo ha sido, desde Aldo Francia hacia adelante, esta ciudad es cine, entonces la meta era ver cómo podíamos llevar al cine esa realidad porteña. En parte se ha logrado, los alumnos han podido captar esto, pero lo que falta es un largometraje, todas las escuelas lo han hecho, los cortos están bien, pero un largo significa una empresa mayor, para lo cual la escuela ya está capacitada”, indicó.