Diseñaron y construyeron un sistema hidráulico con cañerías de plástico capaz de llenar un recipiente a 1,5 metros de distancia.
“Vaso medio lleno o medio vacío” fue el nombre del desafío que debieron sortear los estudiantes del módulo Ingeniería Hidráulica de la asignatura de Introducción de la Escuela de Ingeniería Civil, a cargo de los profesores Tarek Saud y David Poblete.
16 grupos de cinco integrantes se reunieron en la plazoleta ubicada al frente de la Facultad de Ingeniería para poner a prueba sus conocimientos e ingenio: debieron diseñar y construir un sistema hidráulico en base a cañerías de plástico, uniones y un estanque, con el objetivo de llenar un recipiente de dos litros desde una distancia horizontal mínima de 1,5 metros, con una reserva de tres litros, sorteando un obstáculo de treinta centímetros de altura. El sistema debía tener además tres tuberías de salida distintas.
La evaluación estuvo orientada a dos criterios: el primero fue que el grupo que lograra llenar con dos litros de agua el recipiente obtendría el máximo puntaje, mientras que también se calificaron conceptos como diseño y creatividad, a cargo de una comisión integrada por Alejandro Morales, director de la Escuela de Ingeniería Civil y los académicos Yerel Morales y Sergio Urrutia, quienes analizaron el diseño más creativo, estéticamente mejor logrado y de correcto funcionamiento.
Sofía Bustos, estudiante de primer año que participó en el desafío, lo calificó como “una actividad entretenida, pero fue frustrante también, pasamos por varias etapas, como una montaña de sentimientos y emociones, porque fue muy complicado hacerlo. Pero sirve bastante, es una manera de aprender muy práctica, en especial el tema del agua, de los caudales y de cómo trabaja la presión”.
Su compañera Joyce Araya indicó que “el desafío de hidráulica es innovador, hay que sacar todas las ideas e imaginación al máximo, junto con hacer trabajo en equipo, por lo que es muy importante para empezar a entender lo que significa la carrera”.
Mientras que para Felipe Ojeda “fue una actividad excelente, una muy buena experiencia en grupo, una asignatura muy interesante, la cual sirve para poder aprender de hidráulica, la que puede aplicarse a muchas cosas”.
Similar opinión entregó Lucas Cornejo, para quien la experiencia fue “particular y entretenida. Es la primera vez que hacemos una maqueta de un sistema hidráulico y me parece bastante innovador”.
Su compañero Benjamín Cepeda aseguró que “aparte de conocer nuevos contenidos, este tipo de actividades nos permite ir más allá y aprender de forma más didáctica que en una sala de clases”.
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