Skip to main content

Académico UV encabeza inédita Red Nacional de Escuelas, Institutos y Departamentos de Historia

13 Junio 2019

Pablo Aravena destaca: “Estamos a disposición para colaborar en una verdadera reforma de nuestra educación”.

Una iniciativa sin precedente es la reciente constitución de la Red Nacional de Escuelas, Institutos y Departamentos de Historia, que congrega a las unidades académicas formadoras de historiadores y profesores de Historia del sistema universitario chileno, representadas por sus directores y directoras. La agrupación es encabezada por Pablo Aravena, director del Instituto de Historia y Ciencias Sociales de la Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad de Valparaíso.

Según expresó Aravena, “para nuestro Instituto es muy importante encabezar esta iniciativa que es inédita, pues reúne a unidades académicas —de universidades públicas y privadas— formadoras de historiadores/as y profesores/as de Historia; es decir, no es una instancia gremial, sino científica. Pero ya nos hemos constituido y ya hemos hecho público que estamos a disposición para colaborar en una verdadera reforma de nuestra educación y particularmente de la enseñanza de la Historia”.

Junto con rechazar la modificación anunciada por el Ministerio de Educación, la Red se declara “a disposición para llevar adelante la necesaria reforma de la educación chilena, en un proceso que asegure una real participación de la comunidad, y la necesaria opinión de quienes llevamos adelante el saber disciplinario investigando, difundiendo, pero por sobre todo formando”.

Concepto unilateral

Según destaca la primera declaración pública de la Red Nacional de Escuelas, Institutos y Departamentos de Historia (RNEIDH), fueron convocados dada la coyuntura a partir de “la reciente noticia de que la enseñanza de la Historia perderá su carácter obligatorio para terceros y cuartos años de enseñanza media. Medida que naturalmente rechazamos, pues en primer lugar constituye una mala señal a toda la sociedad al relegar el saber histórico al ámbito de lo prescindible, determinación que remite a un juicio emanado de un razonamiento estrechamente utilitarista y cortoplacista, que se afirma en un concepto unilateral de humanidad, ligándola tan sólo al trabajo, la producción, el consumo y la técnica”.

Según destacan los directores y directoras de la Red, el saber histórico es esencial por cuanto “es el conocimiento de la libertad humana en su sentido más profundo; es decir, no como mera facultad de elección sin elementos de juicio y con una gama de opciones limitadas presentadas como únicas, sino como el estudio de la apropiación humana de unas condiciones dadas para producir otras condiciones deseadas e inéditas. La historia como el saber de lo que fue posible en circunstancias en que el mundo se creía ya concluido, cerrado”.

Asimismo, destacan que “no creemos que sea posible la formación de la ‘ciudadanía’ recortando esta dimensión humana. No creemos que se pueda ser sujetos autónomos en posesión de unas simples ‘instrucciones de uso’ para la vida social. La comprensión del presente, es decir de la definición de coordenadas en que se ubica cada uno/a de nosotros/as, es algo que se logra necesariamente mediante la reconstrucción de procesos de distinta naturaleza que nos permiten comprender también con qué contamos hoy para ‘poder hacer’. Por ello pensamos que esta reforma contribuye a abrir una nueva brecha, una nueva desigualdad entre quienes puedan pensarse con y sin orientación histórica. La desigualdad material es intolerable, pero no lo es menos la desigualdad en materia de pensamiento, de disponibilidad de herramientas intelectuales para darse alternativas de futuro”.