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“La sociedad no es hospitalaria en relación al testigo del terrorismo de Estado”

21 Junio 2019

Afirma la argentina Nora Strejilevich, autora del libro “El lugar del testigo”, presentado en la UV.

El debate sobre escritura y memoria a partir del terrorismo de Estado en Chile, Uruguay y Argentina, retomando un aspecto clave y poco estudiado —el lugar del testimonio de los sobrevivientes—, presenta la autora argentina Nora Strejilevich en su libro “El lugar del testigo”, que fue presentado en el Instituto de Historia y Ciencias Sociales de la Universidad de Valparaíso.

Habiendo sido ella misma víctima del terrorismo de Estado, explica que sintió la necesidad de contar lo que le sucedió. “Yo lo viví. Hay gente que lo ve como historia pasada, especialmente en Chile, donde se vivieron diecisiete años de dictadura y es como que ‘bueno, ya pasó’, pero no. No se puede asumir una posición política clara sin entender lo que pasó, y lo que hizo de esta sociedad lo que es ahora”, señala.

Cuenta Nora Strejilevich que luego de salir del campo de concentración en que estuvo detenida “sentí que la sociedad no era hospitalaria en relación al testigo. Quiero decir, es como si el testigo no existiera: existen las madres, existen las abuelas en mi país, pero no se escucha al que vivió la experiencia y la cuenta, porque hay mucha gente que fue víctima pero no lo cuenta”.

Para borrar la historia

El problema, dice Nora Strejilevich, “es que el testigo no es víctima, porque en realidad el relato —como se dice ahora, que no me gusta la palabra— empodera; o sea, uno revierte aquello que le quisieron imponer en la tortura. En la tortura uno perdía la capacidad de ordenar los pensamientos, de decir algo; lo que buscan es desorganizar el lenguaje. Uno, al reorganizar su memoria y su lenguaje, no hace una copia carbónica de la realidad que vivió, pero construye un relato y una transmisión que creo yo es lo más importante para evitar el borramiento de esa historia”.

A juicio de la escritora y docente, “si al testigo se le borra, es porque a esa historia se la quiere olvidar, se quiere dar vuelta la página y que esta gente, que es la prueba viviente de lo que pasó, no relate su historia. Y esa no es una historia personal: es colectiva, es de todo el país. Porque el país que quedaba fuera de estos campos y de estas situaciones que se vivieron, ese país también estaba amordazado, sabiendo que corrían peligro”.

Según el análisis de Nora Strejilevich, “hay una experiencia que si no se transmite, el que no lo vivió de cerca no entiende lo que pasó realmente. Además, yo pienso que adentro de los campos se daba lo mismo que afuera, pero de una forma más exacerbada. Quiero decir que quizás afuera la gente pensaba que vivía tranquila; pero no, si uno ve los mecanismos que se producían adentro, en la llamada zona gris, donde convivían represores y reprimidos, si miras la sociedad de afuera son los mismos fenómenos, sólo que adentro están más condensados si los ves en su exacerbación. Entonces es muy útil ver cómo se manejaba el campo de concentración, que es lo que yo más estudio, el testimonio de los campos”.

No hay escucha

Para Nora Strejilevich, hay otra causa que inhibe a los testigos a compartir sus experiencias: “Es porque no hay escucha. En Argentina hay juicios públicos, que convocan a muchísima gente a dar testimonio, aun cuando no tengan nombres, pruebas contundentes. Se ha ampliado el concepto de juicio y se busca el relato del sobreviviente, porque ese relato muestra que hubo un terrorismo de Estado, muestra que hubo un plan sistemático de exterminio, las huellas a largo plazo, etcétera. Entonces mucha gente es convocada para hablar públicamente en esos juicios. Acá en Chile, aunque se hayan hecho algunos juicios, no está ese factor de juicio público, que además se publique en algún diario. Entonces, la palabra del testigo no llega, y queda circunscripta”.

En todo caso, añade, “es todo un mundo, porque no es solamente el testimonio escrito: también hay obras de teatro, hay pintura. Es todo un mundo cultural al que faltan los puentes para acceder. Lo que yo hago es una defensa del testimonio, pero no sé quién me va a escuchar”.

Historia y testimonio

La presentación del libro de Nora Strejilevich en Valparaíso ha coincidido con las movilizaciones de los estudiantes ante el anuncio del Ministerio de Educación de eliminar la obligatoriedad de la asignatura de Historia en tercero y cuarto medio. Al respecto, comenta: “El asunto es este: ahora están luchando para que no se borre Historia como materia del colegio, y justamente, me dijeron, esa que se va a borrar es la parte más contemporánea, que son los últimos cursos, sobre la dictadura y demás. Evidentemente, lo que se quiere es eso: eliminar esa parte de la historia”.

Agrega: “Yo lo que planteo es que no hay oposición entre historia y testimonio; que el testimonio es utilizado por la historia, porque además cuando el proceso se hizo para borrar las huellas, son los testigos los que pueden decir cómo fue y dónde fue, y eso ayuda a la historia, que no tiene los documentos necesarios. Entonces, en realidad, testimonio e historia en esta etapa de la historia contemporánea van juntos. Y si quieren borrar la historia, evidentemente quieren borrar el testimonio también”.

Esa es la causa de lucha de la escritora: “Yo brego por todos estos textos que son para mí tan indispensables, porque sin ellos la memoria se va deformando. Hay novelas que salieron sobre la época, en Argentina por ejemplo, y que tratan a muchos detenidos de traidores. Pero la gente tiene resistencia hasta un punto en que ya no se puede más. Entonces no es sólo que no hay que olvidar: hay que ver el vínculo con lo que vivimos ahora, ni siquiera con una futura dictadura posible: el vínculo hay que verlo con el presente, y en este presente hay muchas de esas cosas que siguen vigentes: cómo es que nos manipulan, cómo es que nos quieren tapar la boca”.