Un claustro de neurociencia en la laguna Sausalito y un ágora flotante en Chiloé fueron los proyectos premiados.
Dos proyectos de alumnos de la Universidad de Valparaíso fueron destacados en el XXXIII Concurso Nacional CAP para Estudiantes de Arquitectura. Belén Sánchez, Diego Viñales y Paulina Pelín de sexto año lograron el tercer lugar con su propuesta de un claustro de neurociencia en la laguna Sausalito de Viña del Mar, mientras que Adriana Alliendes, Bárbara Quilodrán y Rosario Gatica obtuvieron la primera mención honrosa con su proyecto de un ágora navegable para el mar interior de Chiloé. La UV fue la única universidad en obtener dos distinciones en el concurso.
El tema del concurso para este año fue “Fábrica de Ideas e Innovación” que albergara los laboratorios, talleres, oficinas e infraestructura necesaria para emprender cualquier iniciativa que el Estado, la universidad o los alumnos consideren importante como tema de futuro. Los proyectos fueron desarrollados en el marco del Taller Integrado de Finalización del segundo ciclo, coordinado por los profesores Marco Ávila, Cristian Rojas y Mauricio Ortiz.
Claustro de neurociencia
Paula Pelín, integrante del grupo que obtuvo el tercer lugar, explicó que “la propuesta del claustro de neurociencia en la laguna Sausalito fue un edificio construido en acero que se instala en la naturaleza, generando a su vez un bosque interior, por lo que se conecta con la naturaleza. A pesar de ser un proyecto de acero, tenía levedad, porque trabajamos con el vidrio buscando una transparencia hacia el bosque y el agua, como un edificio anfibio”.
Su compañero Diego Viñales añade que “trabajamos la levedad del edificio para no amedrentar el lugar, ya que consideramos el claustro como un jardín que se iba encerrando hacia una conexión a lo natural. Ese fue el punto de partida al que se fueron sumando otros temas simultáneos, contando en todo momento con la tutoría de nuestros profesores guía”.
El desarrollo de la iniciativa comenzó en marzo y se extendió hasta agosto de este año. Al respecto, la tercera integrante Belén Sánchez aseguro que “fue un trabajo arduo, aprendimos cómo usar el acero, el vidrio y emplazarlos en un bosque sin destruirlo, sino que haciéndose parte con el lugar”.
Los tres estudiantes coincidieron en su satisfacción por el tercer lugar a nivel nacional, tal como lo señala Paulina Pelín: “No lo esperábamos, habían muchas universidades participando y más de sesenta proyectos con entregas de muy buena calidad, fue muy gratificante”.
Ágora navegable
La primera mención honrosa la obtuvieron las alumnas Rosario Gatica, Bárbara Quilodrán y Adriana Alliendes, todas de sexto año, con su proyecto de un ágora navegable para el mar interno de Chiloé. Según explica Adriana Alliendes, el objetivo era generar “una incubadora de negocios que pudiera navegar entre distintos puertos, acercando la comunidad y potenciando sus costumbres”.
“El proyecto nació de la preocupación sobre qué va a pasar con Chiloé cuando se termine el puente de Chacao, porque ahora se demoran 45 minutos en cruzar, pero luego van a ser dos minutos, entonces va llegar mucha gente desde fuera de la zona y se puede perder la identidad chilota. Por eso intentamos generar esta plaza en el agua, donde los microproductores puedan mostrar su trabajo y se generan instancias de negocio”.
Su colega Rosario Gatica señaló que “como referencias nos fijamos en el dique y en el gasómetro de Valparaíso, así como también en las salmoneras ligadas al territorio y los palafitos con su construcción vertical, tratando de no perder la identidad chilota”.
Bárbara Quilodrán añadió que “el proyecto siempre tuvo muy en cuenta la forma en que habitan en Chiloé, que es mitad mar y mitad tierra. Eso ayudó a focalizarnos para construir un especie de boya que va estar flotando”.
Sobre la mención honrosa, Adriana Alliendes señaló que “estamos felices, la Escuela de Arquitectura UV ha ganado solo dos veces estos premios, y es importante porque nos permite ver qué está pasando a nivel nacional en arquitectura”.
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