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En la UV se desarrollaron Primeras Jornadas Feministas del Libro

12 Septiembre 2019

Actividad fue organizada por la Red Feminista del Libro, con apoyo del Instituto de Historia y Ciencias Sociales UV.

En dependencias de la biblioteca de la Facultad de Humanidades y Educación se desarrollaron las Primeras Jornadas Feministas del Libro “Construyendo redarquías: escrituras, crítica y edición”, organizadas por la Red Feminista del Libro, con el auspicio del Instituto de Historia y Ciencias Sociales de la UV.

La actividad consideró la realización de tres mesas de discusión: “Tres feministas chilenas: Elena Caffarena, Amanda Labarca y Julieta Kirkwood”, moderada por Raúl Rodríguez, con Alejandra Castillo y Mónica González García; “Distribución y librerías en la cadena del libro”, moderada por Karima Maluk, con participación de Arantxa Martínez, Pabla Pérez, Macarena García y Carmen Avendaño; y “Editoras independientes. Desafíos y propuestas para trabajar en red”, moderada por Gladys González, con Marcela Küpfer, Macarena Cortés, Carla Morales y Claudia Ortiz.

Según explicó Mariluz Estupiñan, una de las organizadoras del encuentro, el nombre “redarquías se relaciona con la intención de la Red Feminista del Libro, “que es construir redes de manera horizontal, intentando interrumpir la idea de la jerarquía vertical, y porque somos autoconvocadas. La intención es construir horizontalidad entre las editoriales, y en realidad entre todas las agentes que tienen que ver con la construcción y la producción de libros”.

Otro objetivo del encuentro, añadió, “es colocar la idea de que un libro se completa con la edición; entonces, la importancia de las editoras, y lo que hemos constatado es que ese trabajo lo desarrollan principalmente mujeres. Así, queremos visibilizar que la edición —que implica no solamente corregir un texto, sino también diagramarlo, diseñarlo y ponerlo en circulación— es un trabajo esencial en la producción de un libro”.

Asimismo, indicó Mariluz Estupiñan, “nos interesa colocar la perspectiva feminista en lo que implica la producción del libro. Por eso también la idea de ‘redarquía’, porque no es solamente la jerarquía que implica pretender que cierta forma de producción del libro es más importante que otra —como la producción industrial frente a la producción artesanal—, sino también cómo estamos enfrentando los lugares, los roles de las mujeres al interior de la producción de libros, y también todas estas construcciones estereotípicas, cómo ayudamos a desmontarlas desde un lugar tan fundamental como la producción del libro”.

Es así como la Red Feminista del Libro tiene como base algunas acciones fundamentales: “Una es esta jornada, que es la primera y esperamos que sean muchas más. La segunda, que ya está en marcha, es promover una ley de paridad en lecturas obligatorias en todos los niveles. Ese es un trabajo que estamos promoviendo: que se creen los escenarios gubernamentales y políticos para ello, pero paralelamente convocar a la gente que está en esos eslabones a que nos ayuden a pensar y a proponer alternativas. Queremos dar esa discusión: qué lecturas podrían estarse recomendando como obligatorias, y que incorporen tanto perspectiva feminista como de disidencias sexuales. No queremos que vuelva a pasar el caso del profesor que fue despedido porque incorporó en su plan de lectura a Lemebel”. Es un poco también atender ese escenario, e intentar crear condiciones organizativas

Todo esto, finalizó, “porque el mundo del libro, todo lo que tiene que ver con producción, circulación y venta de libros, es un espacio muy precarizado, muy flexibilizado, que depende muchas veces de los fondos concursables, de financiamientos que se tienen que pactar con muchas condiciones desfavorables para las editoras, las editoriales independientes... O sea, queremos generar una plataforma para poder crear directrices de cómo interactuar más mancomunadamente frente a estas instituciones, frente a los diversos espacios donde estamos completamente desprotegidas”.

Por su parte, la panelista Mónica González destacó la importancia de las Primeras Jornadas Feministas del Libro por cuanto provee un espacio de encuentro: “Tiene que ver primero con crear lugares donde profesoras, escritoras, nos veamos, ya que cada vez es más difícil verse; como se está escribiendo desde el espacio de la ‘productividad’ en las universidades, se está generando un espacio individualista más que de trabajo en red”.

Asimismo, añadió, “acá podemos vernos, y luego discutir, conversar sobre lo que se está haciendo a nivel de escritura, y una escritura que no es aquella que la universidad está promoviendo —que es digital, el paper—, sino una escritura que de alguna manera genera tensiones al espacio de la política, de la cultura, de la universidad, y que se propicia en este tipo de intervenciones no editoriales”.