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Profesora Valeria Scapini expuso en Italia sobre la gestión de desastres y riesgos para la salud humana

09 Enero 2020

La académica de la Escuela de Ingeniería Comercial abordó el tema a partir de las evidencias del terremoto de 2010.

En el marco de la VI Conferencia Internacional sobre la Gestión de Desastres y Riesgos para la Salud Humana: La reducción de riesgos, mejorar los resultados, realizado en Ancona, Italia, la profesora Valeria Scapini, de la Escuela de Ingeniería Comercial, presentó un estudio en el que aborda el tema desde la experiencia chilena del terremoto del 27 de febrero de 2010.

El Congreso, que es organizado por el Wessex Institute, del Reino Unido, y la Universidad Politécnica de Marche, Italia, y que contó con la presencia de académicos e investigadores de importantes universidades de Asia, Europa y América, comenzó su ciclo en 2009 desde la necesidad de que el mundo académico pueda intercambiar conocimientos y experiencias sobre la manera de manejar el creciente riesgo que provocan para la población los desastres de origen natural o aquellos causados por el hombre. Los últimos grandes terremotos, maremotos, huracanes, inundaciones y otros fenómenos naturales han provocado enormes pérdidas en términos de vidas humanas y la destrucción de la propiedad, asimismo hoy vemos como una nueva gama de desastres de origen humano mantiene grandes zonas geográficas del planeta en estado de alerta y tensión: Las guerras, regiones devastadas por el terrorismo, zonas industriales de sacrificio y los emplazamientos humanos en zonas de peligro suponen riesgos globales para los cuales los países deben estar preparados.

En su presentación, la profesora Scapini abordó el tema a partir de la experiencia del devastador terremoto ocurrido en Chile en 2010, el cual generó -más allá de las pérdidas de vidas humanas y daño a la salud física y psicológica de las personas- grandes costos económicos y un importante deterioro y colapso de bienes e infraestructura. En este sentido, asegura la académica, el caso de Chile es particularmente interesante, ya que el país se ubica en el llamado Cinturón de Fuego del océano Pacífico y es considerado uno de los territorios con mayor actividad sísmica del mundo.

Basado en la evidencia del terremoto de 2010 se realizó un estudio empírico utilizando la encuesta del panel "CASEN Post terremoto 2010" y el panel de enfermedades de notificación obligatoria proporcionado por el Ministerio de Salud entre 2008 y 2013. Se estimaron cuatro líneas de análisis diferentes: la primera es el efecto del desastre en el número de enfermedades transmitidas por los alimentos; el segundo evalúa si la incidencia de enfermedades es mayor en áreas cercanas al epicentro; el tercero, si el daño del hogar se correlaciona con la incidencia de enfermedades; y el cuarto se encarga de tratar posibles problemas de endogeneidad.

Los resultados incluyen la relación entre la ocurrencia del terremoto y la incidencia de salmonella, así como la correlación entre el daño a la vivienda y la incidencia de fiebre paratifoidea, hepatitis A y salmonella. El objetivo principal del estudio fue investigar posibles brotes de enfermedades transmitidos por alimentos.