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UV entrega grado de doctor honoris causa al psiquiatra y psicoanalista Otto Kernberg

10 Enero 2020

Le fue conferido por su contribuciones pioneras a nivel mundial al estudio y la definición de los trastornos severos de la personalidad.

La Universidad de Valparaíso confirió el grado académico de doctor honoris causa al renombrado psiquiatra y psicoanalista estadounidense de origen austriaco Otto F. Kernberg, pionero a nivel mundial en el estudio y la definición de los trastornos severos de la personalidad y el desarrollo de la entrevista estructural y la psicoterapia focalizada en la transferencia.

La distinción le fue entregada por el vicerrector académico Carlos Becerra, durante una solemne ceremonia a la cual asistieron autoridades universitarias, docentes, profesionales y estudiantes.

Los méritos del doctor Otto Kernberg fueron presentados por el profesor del Departamento de Psiquiatría de la Escuela de Medicina de la UV y coordinador del diplomado en Trastornos Severos de la Personalidad que imparte esa unidad, Roberto Castillo, quien en su intervención destacó sus valiosos e inmensos aportes a lo académico, la creatividad científica y el enriquecimiento del conocimiento que concierne a la salud mental de la persona humana.

En lo específico, Castillo sostuvo que Kernberg es un psiquiatra y psicoanalista que ha sabido contribuir de manera decidida y fundamental al desarrollo de la descripción, el diagnóstico clínico y la psicoterapia psicoanalítica de los pacientes borderline o con trastornos de la personalidad, desde el modelo de la teoría contemporánea de las relaciones objetales y la psicología del yo.

Asimismo, dio cuenta de su sobresaliente trabajo en el ámbito del análisis y la clasificación exhaustiva de la estructura de la personalidad para el diagnóstico, mediante dos innovadoras herramientas: la entrevista estructural y la psicoterapia focalizada en la transferencia.

Agradecimiento

Tras la lectura del decretó que oficializó la entrega del grado, la cual estuvo a cargo del secretario general de la Universidad, Carlos Lara, el doctor Otto Kernberg hizo uso de la palabra para agradecer su nombramiento e incorporación al claustro académico institucional.

“Estoy conmovido y profundamente agradecido por este gran honor, por lo que me es difícil expresar todo lo que siento en este momento. Sinceramente, gracias”, expresó el nuevo doctor honoris causa de la UV.

Acto seguido, Kernberg se dio tiempo para recordar su particular y estrecha relación con Chile y Valparaíso. “Llegué a estas tierras el 21 de enero de 1940, hace casi exactamente cincuenta años, cuando yo tenía once, proveniente de Viena (su familia de origen judío se vio obligada a escapar de la Segunda Guerra Mundial y la persecución nazi). Al desembarcar en Valparaíso sentí que estaba en un país de libertad y convivencia humana, con un cultura vibrante. Me enamoré de Valparaíso en cuanto lo vi”, confesó con emoción.

Kernberg -cuyas primeras palabras aprendidas en castellano fueron “manos arriba”, que le enseñaron unos niños que jugaban a ser policía y ladrones en una plaza- se refirió también y de manera especial a quien él considera su primer maestro y guía, el afamado psiquiatra chileno Ignacio Matte Blanco, al que -tras una infancia transcurrida en el porteño cerro Alegre- conoció años más tarde en Santiago, hasta donde se trasladó para estudiar Medicina en la Universidad de Chile, carrera de la que se tituló en 1953.

Finalmente, el psiquiatra y psicoanalista estadounidense tuvo palabras para quien fuera su mujer, la chilena Paulina Fischer -fallecida en 2006-, connotada psiquiatra infantil.

Trayectoria

Kernberg nació en Viena el 10 de septiembre de 1928. Llegó a Chile en 1940, donde estudió Medicina en la Universidad de Chile. Allí, bajo el alero del doctor Ignacio Matte Blanco, se especializó en psiquiatría clásica descriptiva, con énfasis en la fenomenología, el diagnóstico diferencial, los síndromes orgánicos cerebrales y la esquizofrenia.

Más tarde, en 1959 obtuvo una beca en Estados Unidos para investigar con psicoterapias, lo que representó su gran oportunidad para acercarse al psicoanálisis desde otro enfoque. Allí trabajó en hospitales, aprendió el manejo de la entrevista personal, así como técnicas de investigación en psicoterapia y terapia de grupo.

Volvió a Chile, pero poco después retornó a Estados Unidos, donde finalmente se radicó. Destacó como profesor del Weill Cornell Medical College, y en la actualidad, a sus 91 años, dirige el Personality Disorders Institute del New York Presbyterian Hospital.