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Instituto de Filosofía entrega nueva reflexión didáctica sobre las pandemias

11 May 2020

Segunda entrega de repositorio iniciado con “La peste de Atenas” sigue con “La epizootia de Virgilio”.

“Esta no es la primera vez en la historia en que la Humanidad se ha visto enfrentada a lo que hoy denominamos ‘pandemia’. Desde antiguo hemos sabido del azote de pestes y epidemias de los más diversos tipos. Recordemos el relato de las plagas de Egipto que hace el Libro del Éxodo, de la peste de Atenas, de la peste negra y aún de la gripe española de inicios del siglo XX, por sólo citar algunos ejemplos”. Así inician los académicos Christiane Voigt y Juan Pablo Figueroa, del Instituto de Filosofía de la UV, la segunda entrega del repositorio iniciado hace algunas semanas, destinado a revisar cómo las sociedades han sido afectadas cada cierto tiempo por pandemias.

El nuevo texto se titula “La epizootia de Virgilio”, y tal como el primero ‒“La peste de Atenas”, de los mismos autores‒ tiene el propósito de invitar a la reflexión a partir de la pandemia de Covid-19, postulando esencialmente que la humanidad ha superado a lo largo de la historia otras situaciones de este tipo. La idea, indicaron los profesores Voigt y Figueroa, es servir de guía de trabajo en un contexto pedagógico o de invitación al libre análisis.

El Instituto de Filosofía de la Facultad de Humanidades y Educación anuncia más textos para este repositorio, los que se irán dando a conocer a través de distintas plataformas. El trabajo “La epizootia de Virgilio” está disponible en el enlace https://drive.google.com/file/d/1jxUtjJFi2lZHmRBaCNyHxsbNlQ-SW9MR/view?usp=sharing.

Epidemia en los animales

En “La epizootia de Virgilio”, Christiane Voigt y Juan Pablo Figueroa señalan: “A veces la epidemia se cierne sobre el ser humano mismo, como ocurre con el conocido coronavirus. En otros casos, en cambio, ésta le afecta de una manera menos directa, volcándose sobre sus condiciones materiales de vida, que son también las que sostienen la existencia de un pueblo, por ejemplo, infectando a los ganados y a otros animales que de ordinario viven a su lado y que le sirven de compañía y de alimento”.

Es el caso de la peste que registra Virgilio al final del tercer libro de sus Geórgicas (III, vv. 474 - 566), que “azotó a los animales en la Nórica, provincia romana situada en parte de lo que hoy es Austria, el sur de Alemania (Baviera) y el litoral de Eslovenia, en el norte del Mar Adriático. A tales pestes y pandemias se les denomina genéricamente epizootias, males que afectan a una o varias especies de animales por una causa general y transitoria, y que equivalen a las epidemias en el ser humano. Un caso tal lo constituye la llamada fiebre aftosa, por ejemplo, que afecta al ganado bovino, porcino, ovino, etcétera”.

De acuerdo al análisis de los profesores, el relato de la peste nórica y de sus efectos devastadores “sirven al mayor poeta romano para la transmisión de un mensaje positivo de esperanza, contrariamente a lo que se puede suponer leyéndolo fuera de su contexto. De hecho, el arte de Virgilio se observa en la composición del poema acerca de la agricultura en cuatro libros de forma descendente. El primer libro del poemadidascálico —es decir, poema que enseña algo científico o práctico— trata de las labores del campo, el segundo del cultivo de los árboles, el tercero de la ganadería, y finalmente el cuarto aborda el tema de la apicultura. Resulta que la actividad humana está cada vez menos presente, mientras aumenta la potencia de la naturaleza”.

Añaden que “cada uno de los cuatro libros termina con una digresión, que es una especie de texto dentro del mismo. El primero con el relato de las guerras civiles que marcaron fuertemente la vida de Virgilio; el segundo con un elogio de la vida rural en una marcada oposición a las costumbres degeneradas de Roma; el tercero con la ya mencionada epizootia y el último con la historia de Aristeo y sus abejas”.

Virgilio, destacan, pone énfasis “en la idea del renacer, de la vida y de la creación, describiendo la capacidad maravillosa de las abejas de poder nacer de la descomposición de un cadáver bovino. (…) El pastor Aristeas, un personaje mítico y un gran civilizador, había perdido sus abejas por una epidemia; Virgilio encaja en el relato de las abejas de Aristeas la historia de Orfeo, quien perdió a Eurídice por haber osado mirar hacia atrás. (…) Ambos protagonistas se enfrentan a la muerte. La experiencia singular de Orfeo termina de manera trágica por tener que dejar a su esposa Eurídice en el reino de los muertos, mientras que la comunidad de las abejas es capaz de reconstituirse y volver a la vida a partir de los bueyes sacrificados”.

Por ende, dicen los académicos, “son las pequeñas abejas las que tienen el poder para renacer después de haber sido extinguidas anteriormente. Este hecho maravilloso cierra las Geórgicas y hace de eco a la epizootia nórica, en la que sucumbieron animales domesticados y salvajes, habitantes del aire y del agua de todos los tamaños. La lección poética de Virgilio es la del triunfo de la vida sobre la muerte gracias a la organización social de una comunidad”.

Entonces, afirman Christiane Voigt y Juan Pablo Figueroa, “la naturaleza se renueva, busca su equilibrio, y ella y la humanidad finalmente se reconcilian tras la peste, la tragedia y la epidemia. Y así como Roma pudo prosperar aún cinco siglos en Occidente y aún diez más en Oriente, el ser humano ha podido levantarse una y otra vez de los embates de pestes, pandemias y epizootias”.

La publicación considera una selección de textos. Esta vez, distintamente de la entrega anterior, no enumera preguntas, las que son planteadas de manera tácita a lo largo del escrito.