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¿Cómo vive en Francia un alumno de intercambio de la UV la pandemia del Covid-19?

13 May 2020

Enrique Peralta, de Ingeniería Civil Industrial, realiza una especialidad de Ingeniería en Calidad de Innovación en Angers.

A fines del 2019 Enrique Peralta llegó a cuarto año de Ingeniería Civil Industrial en la UV sin reprobar ningún ramo. Ese era uno de los requisitos fundamentales para optar al doble grado de titulación con una universidad extranjera. Sin dudarlo, postuló a la Universidad de Angers, en Francia, donde fue aceptado para cursar la especialidad de ingeniería en Calidad de Innovación. Llegó el 3 de enero y tres días después comenzaron las clases. Hasta ahí, todo bien, pero luego se desató la pandemia del Covid 19...

“Todo en Francia es distinto, el comportamiento de las personas, las compras, el transporte, los medios de comunicación, la organización de la vida… Los franceses son eficaces en cómo piensan, son muy técnicos en cómo realizan sus actividades, siempre buscan tener la mejor calidad posible y eso se nota, pero son fríos, poco expresivos, no es fácil llegar a un francés, la gente es distinta, no son ‘de piel’, como en Chile”, asegura.

Las clases online fueron otro desafío: “Fue difícil cambiar la modalidad presencial con un nivel de francés medio, al principio es complejo, porque hay cursos donde la comunicación con el profesor es fundamental. Pero a pesar de eso, pude superarlo logrando adaptarme. Tuve suerte, porque en Chile conocí a una amiga francesa y ella me invitó a pasar la cuarentena en su casa de campo con sus padres y hermanos. Si me hubiera quedado en la residencia universitaria, habría sido peor”.

“Estuvimos 55 días en cuarentena obligatoria, el gobierno implementó medidas que impedían a la gente salir de sus casas, pero este pasado lunes 11 de mayo se comenzaron a tomar otras medidas, ya que al parecer el nivel de contagios se ha mantenido constante, por lo que el gobierno calculó los días que se multiplican los casos y sacó la cuarentena. Ahora la gente salió a la calle, comenzó a ir a las grandes tiendas, haciendo filas y es algo muy similar a lo que ocurre en Chile”, añadió.

En cuanto a la doble titulación, Enrique ya cursó el 95% del programa y sólo le falta hacer una investigación en remplazo de las prácticas que debía hacer este año, por lo que está trabajando en inteligencia empresarial como método fundamental para desarrollar proyectos de innovación como valor agregado. “No tengo fecha de regreso a Chile, estoy a la espera de unas becas para quedarme en Francia. Quiero encontrar nuevas oportunidades, trabajar, crear un negocio y hacer mi vida en Europa, porque es una excelente oportunidad para vivir y ayudar a mi familia”, añade.

Enrique asegura que “el doble grado es favorable para el currículum, porque abre fronteras para estudiar y trabajar en otro país. No vengo de cuna de oro y he tenido que esforzarme al máximo para salir adelante con sacrificio y perseverancia. El intercambio es una experiencia que no solo da conocimientos, sino que también habilidades para afrontar la vida, entregando otras competencias con el valor agregado de vivir otra cultura”.

“Es necesario agradecer a mi carrera y a la UV, al decano Esteban Sefair y al director de Escuela, Daniel Miranda, ya que sin su apoyo no estaría acá. Es importante que muchas más personas puedan acceder a estos programas, es difícil, pero en las carreras de la UV hay mucha calidad, los alumnos se merecen salir para expandir sus horizontes”, agrega.