Afirma historiador Pablo Aravena en su nuevo libro, “La destrucción de Valparaíso. Escritos antipatrimonialistas”.
“Más que para amantes de Valparaíso, diría que está hecho para quienes se interesen sin prejuicios en él, creo que en este sentido podría hasta ofender una cierta moral ‘porteñista’, en el sentido que podría contrariarla”. Así se refiere a su nuevo libro, “La destrucción de Valparaíso. Escritos antipatrimonialistas”, el historiador Pablo Aravena, director del Instituto de Historia y Ciencias Sociales de la UV.
La publicación (ensayo, Ediciones Inubicalistas, 2020) fue presentada este martes 11 de noviembre, a través de la plataforma Zoom, por la antropóloga Florencia Muñoz y el filósofo Sergio Rojas.
Tesis medular
En palabras de Sergio Rojas, “este libro aborda el proceso de destrucción de la ciudad de Valparaíso que habría comenzado ‒esta es una de sus tesis medulares‒ con el Golpe de Estado de 1973. El conjunto de textos que dan cuerpo a este volumen trasciende el trabajo estrictamente historiográfico, pues reflexiona el sentido mismo de la destrucción como clave de comprensión del itinerario de la modernización en nuestras latitudes”.
Añade el filósofo: “En efecto, una de las preguntas que cruza el libro sería la de cómo Valparaíso se transformó en algo así como la ‘memoria de una ciudad’. No se trata del simple olvido del pasado ni de la desaparición del lugar, sino de una memoria que invisibiliza la destrucción. En el análisis de Aravena ‒informado, crítico, lúcido y también político‒, la destrucción de Valparaíso guarda una relación interna con el fenómeno de lo patrimonial. Es claro en su afirmación: ‘Donde hay patrimonio, no hay memoria, ni historia, ni lugar’. Y bien podría decirse que el libro expone precisamente la tesis allí implícita: el patrimonio se hace lugar en la devastación”.
Más allá de los clichés
Explica Pablo Aravena (doctor en Estudios Latinoamericanos por la Universidad de Chile, licenciado en Historia y magíster en Filosofía) sobre su planteamiento “escritos antipatrimonialistas”, que “usualmente se comprende el patrimonio simplemente como un conjunto de bienes y objetos del pasado que hay proteger, pero luego, a la hora de plantearse el porqué, nada es ya tan evidente, más allá de los clichés tales como la ‘identidad’ y la ‘cultura’. El antipatrimonialismo aquí quiere decir entonces, interpretativamente, ir en contra de eso que se nos presenta como evidente, es decir, muy en la línea de Canclini, Candau o Hartog, pensar el patrimonio ‒y la patrimonialización‒ como una construcción social, incluso como parte del repertorio de una agenciamiento político y también una forma específica de tratar con el pasado que nos dice mucho de cómo nos estamos planteando aquí en el presente, aquí: puntualmente en Valparaíso, con más pasado que futuro”.
Señala asimismo que se trata de un libro escrito “para un público amplio, a excepción quizá de un capítulo en que se indaga entre la relación entre historiografía y gestión patrimonial”.
Actualmente, el libro se encuentra a la venta en el Bazar Putamadre (Almirante Montt 42, Valparaíso) o escribiendo a la editorial para envío postal a
