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Con más de 150 salas habilitadas comienzan las clases híbridas en la UV

07 Junio 2021

En el proceso se observan estrictos protocolos sanitarios y se da prioridad a estudiantes de primer y segundo año.

Con más de 150 salas acondicionadas especialmente, la Universidad de Valparaíso inició el proceso de clases híbridas en la mayoría de sus facultades, priorizando a los estudiantes de primer y segundo año.

Según comenta Carlos Becerra, vicerrector Académico, “desde el año 2020 se han preparado en la institución tanto las directrices para la docencia híbrida como la implementación de más de 150 salas con el equipamiento que permita dictar la docencia en esa modalidad”.

El vicerrector indica que “se han coordinado y realizado capacitaciones con los y las académicas de las facultades para dar inicio a las actividades en la modalidad híbrida. En las salas se han dispuesto cámaras, computadores, micrófonos y audífonos inalámbricos, y en algunos casos tablets para poder realizar la docencia”.

“El sistema híbrido está priorizado para estudiantes de primer y segundo año, con el objetivo de que los y las estudiantes de dichos niveles puedan conocer nuestra universidad, siendo en estas actividades la asistencia presencial voluntaria”, precisa.

La Escuela de Ingeniería en Informática fue la primera que comenzó con el sistema híbrido, con la asignatura de Fundamentos de Programación, a cargo del director de la Escuela, Roberto Muñoz, y del profesor Rodrigo Olivares, quienes en dos salas recibieron cerca de 16 de estudiantes cada uno.

Al ingreso de cada sala los profesores entregaban mascarillas y escudos faciales a los estudiantes. La sesión duró setenta minutos y luego el grupo recorrió las instalaciones del edificio Hucke.

El decano de Ingeniería, Esteban Sefair, señaló que el proceso “es un aprendizaje. Nos hemos estado preparando cuatro o cinco meses para este minuto y es una alegría que los estudiantes que han ingresado a la UV el año pasado y éste por fin la conozcan y puedan vivir lo que significa la universidad. Luego comenzará esta modalidad en la Escuela de Ingeniería en Medioambiente y el segundo semestre vamos con la facultad completa”.

Testimonios

Diego Huerta es alumno de primer año de Informática y asistió a la primera sesión híbrida de su carrera. Al respecto, dijo que la iniciativa “es entretenida y novedosa, sobre todo por lo que significa estar en cuarentena en el contexto de una pandemia, en la que llevamos mucho tiempo encerrados. Hace bien salir un poco y sobre todo conocer la universidad y tener una primera experiencia académica”.

Similar opinión entregó Martina Torres: “La universidad es una experiencia interesante y asistir a clases es necesario, pero en el contexto de pandemia es complejo, porque la situación aún está difícil por el alza de casos”.

Para la estudiante de tercer año de la Escuela de Enfermería (sede Reñaca) Ninoska Santana, las clases híbridas son una excelente opción y, en particular, cuando se trata de combinar la teoría y la práctica. “Nos emociona mucho volver a tener clases. Con algunos compañeros estábamos desmotivados, considerando incluso si seguir o no estudiando o esperar a que pase la pandemia, pero esta modalidad nos dio el ánimo y la fuerza que necesitábamos para seguir adelante y llegar hasta nuestro objetivo. En particular en Enfermería, que es una carrera 50% teórica y 50% práctica, las clases híbridas son súper importantes, porque han permitido -entre otras cosas- que hayamos vuelto a tener el taller de cuidados en el Centro de Simulación Clínica (SIMUV), que nos faltaba para completar nuestra preparación profesional”, afirmó.

Asimismo, Ninoska valoró y agradeció tanto la labor de las docentes encargadas de impartir los módulos y gestionar los campos clínicos como de las tutoras que supervisan a los estudiantes de Enfermería en las tareas prácticas que han debido cumplir en los procesos de vacunación contra la Influenza y Covid-19 en el Cesfam de Concón y en diversas unidades del Hospital van Buren.

"Mi experiencia en cuanto la clase híbrida fue sumamente grata. Uno siempre va con un poco de miedo por la situación en la que estamos, no es algo menor, pero el ver que los protocolos se seguían de manera adecuada causa en cierta parte una mayor tranquilidad. Fue algo inexplicable, era sentirse viva, interactuar con gente que no ves desde antes del estallido social, hace casi dos años, saber que esas voces que se escuchan de vez en cuando a través de la computadora son reales es sumamente emocionante... En cuanto a la modalidad como tal, fue bastante buena para haber sido la primera vez utilizando esta modalidad para todos (universidad, docentes y nosotros los estudiantes), tanto estudiantes de manera presencial como online pudimos apreciar la clase de manera óptima. Esta situación me ayudó y yo creo que a varios a valorar más esas cosas de las que antes nos quejábamos", comentó Rayén Véliz, alumna de tercer año de Fonoaudiología del Campus San Felipe.

“Voy en primer año de la carrera y hoy fui partícipe de la clase de Introducción al Derecho del profesor Claudio Oliva. Debo decir que la experiencia fue muy grata. Volver a clases presenciales luego de estar dos años en virtualidad es algo impactante, me sentí muy ansiosa y emocionada por conocer la universidad y a mis compañeres. Al principio fue raro, ya que nadie se conocía en persona y todos estábamos confundidos de quién era quién. Reconocernos los unos a los otros a través de mascarillas no es lo que todos desean en su primer día de universidad presencial, pero aun así fue bastante grato. Es muy distinto pasar de una clase virtual a otra presencial, porque el método de enseñanza influye, se aprende mucho mejor en persona. Las clases sin duda permiten un espacio en el que realmente te sientes parte de la universidad, no sé cómo explicarlo, pero te integra de algún modo a la realidad de ser estudiante de Derecho, básicamente, tener vida universitaria. La universidad es hermosa, me siento afortunada de poder conocerla y estar tan cerca de ella. Las mejoras que le han realizado son evidentes y las medidas sanitarias que han proporcionado para nuestra llegada son muy estrictas. Me gustó también esa buena disposición de dirigirnos a una sala donde proyectar la clase siguiente, creo que fue muy considerado de parte del equipo académico”, dijo Constanza Valero.

Maximiliano Pacheco, estudiante de Arquitectura, explicó que “esta nueva medida de ir a la universidad, al menos una vez por semana, a interactuar con gente que no sea a través de una pantalla y al momento de la revisión de los trabajos que se están haciendo, ayuda bastante ya que se logra entender de mejor manera los aciertos y errores que uno comete en el proceso. Se logra ver por completo los detalles que se tratan de incorporar en el trabajo que se crea, a diferencia de la modalidad online en que solamente se puede ver a través de fotos, con lo cual muchas veces no captaba completamente lo que se transmitía”.

El estudiante de primer año destacó “que se tenga un aforo para cada lugar y que los profesores estén respetando y recordando las normas sanitarias básicas, para prevenir cualquier contagio”.