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UV presentó reglamento modificado para prevenir y sancionar situaciones de acoso sexual o sexista

18 Junio 2021

Rector Osvaldo Corrales valoró la importancia de que la UV avance en el respeto a la diversidad.

En una ceremonia remota que contó con la asistencia de todas las autoridades, tanto de servicios centrales como de sus facultades, la Universidad de Valparaíso presentó este viernes 18 de junio el nuevo “Reglamento sobre normas de conducta, criterios y protocolos de actuación para prevenir y enfrentar situaciones de acoso u hostigamiento sexual o sexista”. El texto incorpora las modificaciones introducidas por una comisión mandatada para este efecto, que tenía la misión de revisar y actualizar esta normativa.

En el acto hicieron uso de la palabra Karin Berlien, directora de la Unidad de Igualdad y Diversidad, y el rector Osvaldo Corrales. Ambos agradecieron el trabajo de toda la comunidad universitaria que participó en el proceso de adecuación del referido Reglamento 623, a la vez que expresaron sus esperanzas de que el documento funcione en términos educativos y preventivos, pero que su aplicación llegue a no ser necesaria.

Construcción colectiva

En su presentación, Karin Berlien destacó que el reglamento “ha tenido un proceso de construcción colectiva, con la participación y la revisión de toda la comunidad de la Universidad de Valparaíso”. Explicó que la publicación de la primera versión fue el año 2018, y contemplaba una revisión al año de puesta en vigencia, lo que se inició durante 2019, con dinámicas de discusión guiada. El proceso lo inició la doctora Daniel Marzi, actual secretaria general de la UV, y contó con participación triestamental, dijo, añadiendo que “hubo una gran discusión en toda la Universidad, por facultades, escuelas y campus, el día 16 de octubre del año 2019. A partir de esta rica discusión que se generó al interior de la Universidad, se elaboraron actas para las diferentes facultades; estos documentos están disponibles en la página de la Unidad de Igualdad y Diversidad. A partir de estos textos, de este trabajo, se validó en espacios triestamentales nuevamente el texto final del protocolo y se realizaron todos los cambios”.

Karin Berlien sostuvo que “ha sido un gran recorrido y hoy día tener este documento aprobado y visado es un gran logro para la Universidad, no sólo por el texto, sino también por el proceso participativo que este desarrolló. El proceso de revisión y elaboración de la versión final significó un trabajo de 18 meses, que lideró nuestra secretaria general, la doctora Daniela Marzi”.

Síntesis

En cuanto a los detalles del reglamento, la directora de la Unidad de Igualdad y Diversidad indico que opera para estudiantes de pre y postgrado, funcionarios y funcionarias académicos y no académicos. Es aplicable en recintos o dependencias universitarias, incluidos los campos clínicos, y actividades extraprogramáticas en que participa la comunidad UV.

Su objetivo es “prevenir y sancionar al interior de la Universidad de Valparaíso aquellas conductas relacionadas con el acoso sexual, la discriminación en razón de sexo, género u orientación sexual y el hostigamiento, ya sea por atención sexual indeseada o por la generación de ambientes sexistas, en tanto que todas ellas vulneran la dignidad y los derechos de las personas, tales como su derecho a un trato igualitario, a la seguridad física y psíquica, a la protección de su intimidad y/o recibir una educación libre de violencia, entre otros”.

En este sentido, destacó Karin Berlien que “todas las personas dentro de la comunidad de la Universidad de Valparaíso tenemos derecho a un trato igualitario y a trabajar y a recibir una educación, participar en este proceso educativo, en una comunidad libre de violencia”.

Luego, detalló los puntos centrales del reglamento, partiendo por enumerar cuáles son las conductas específicas que regula el protocolo: acoso sexual; hostigamiento por atención sexual indeseada; acoso sexista o por razón de género, sexo u orientación sexual; y hostigamiento por ambiente sexista (artículo 4). Estas conductas son agravadas cuando se reiteran en el tiempo, y cuando quien las padece tiene relación jerárquica directa con quien las ejerce.

Explicó asimismo cómo se realiza el proceso de denuncia, detallando que existe un formulario que debe ser completado y firmado, disponible en la página igualdadydiversidad.uv.cl. Aclaró que si la denuncia no la hace la víctima, quien denuncia debe tener el consentimiento escrito de esa víctima.

La directora de Igualdad y Diversidad detalló el proceso de la denuncia, que ha sido optimizado en esta actualización del reglamento, especialmente en cuanto al seguimiento que puede dar a las denuncias la Unidad de Igualdad y Diversidad. El plazo máximo, dijo, para realizar una denuncia, es de cuatro años. Existe la posibilidad de apoyo psicológico y jurídico a quien denuncia, si es que lo solicita.

Destacó que un elemento nuevo es la posibilidad de conciliación entre las partes, en el caso de situaciones no graves, siempre que ambas partes estén de acuerdo. Ese proceso de conciliación lo realizará la encargada de la Unidad de Igualdad y Diversidad, e informado a quien corresponda. Esto aplica sólo en casos que no revistan gravedad y cuando ambos implicados estén de acuerdo.

Otra novedad, indicó Karin Berlien, es que cuando el caso entra a la Fiscalía, esta debe informar trimestralmente a la Unidad de Igualdad y Diversidad sobre el estado de dicho caso, y la Unidad informará a la persona que haya realizado la denuncia. El rector o los decanos, dependiendo de si la denuncia fue hecha por un funcionario o un estudiante, tendrán diez días hábiles para desarrollar el proceso. Quien denuncie tendrá información y protección durante todo el período que dure el proceso.

“La idea es que el reglamento funcione, pero sobre todo que la comunidad se eduque y nos eduquemos para generar unas mejores relaciones al interior de la comunidad, y que este reglamento no sea necesario aplicarlo, o que sea excepcional su aplicación”, dijo.

Proceso participativo

El rector Osvaldo Corrales destacó “la importancia que este tema tiene para nosotros como universidad. Esta universidad fue de las primeras en tomar este tema de un modo sistemático, en tratar de hacerse cargo de una problemática que venía aquejando al sistema de educación superior desde hace ya bastante tiempo”.

Subrayó el rector “lo que tal vez sea lo más relevante en este caso: un diálogo participativo para elaborar lo que fue nuestra primera versión de este reglamento”, que fue producto de un proceso de discusión muy amplio en que participó toda la comunidad. Es proceso permitió advertir que había situaciones cotidianas, normalizadas, “que violentaban la dignidad de algunas personas”, y que eso “en el marco de la convivencia universitaria, resultaba inaceptable”.

La aplicación del reglamento siguió un proceso de aprendizaje y escucha, explicó Corrales, y “luego de las movilizaciones feministas del año 2019 se inició un proceso de revisión de esa primera versión del reglamento, y quisiera poner en valor que ese proceso fue participativo, la comunidad fue la protagonista. (…) Ese proceso fue público y transparente”.

Junto con valorar el rol del Consejo Académico y de la Junta Directiva, lo mismo que el trabajo de la Contraloría y la Fiscalía internas, y agradecer el trabajo de todos los partícipes de este reglamento, el rector Corrales finalizó su intervención expresando: “Nosotros tenemos la aspiración de que este reglamento cumpla sobre todo un rol preventivo, educativo, y que no tengamos que aplicar el aspecto sancionatorio. Es decir, nosotros tenemos la aspiración de que este sea un instrumento que contribuya a la construcción de espacios de convivencia universitaria que estén libres de violencia, de espacios de convivencia universitaria que sean integradores y respetuosos de la diversidad, de espacios de convivencia universitaria donde todos y todas podamos desarrollar nuestras actividades con la mayor libertad y donde sólo seamos evaluados en función de nuestras capacidades, de nuestros talentos, de nuestro esfuerzo y de nuestro empeño, y libres de cualquier forma de coacción, ya sea esta material o simbólica. Que en definitiva podamos avanzar en el logro de uno de los valores que inspira a nuestra universidad, que es el respeto a la diversidad. (…) La diversidad no es algo que tenga que dividirnos: es algo que enriquece a una institución como es la institución universitaria”.