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Con mágica jornada terminó ciclo 2013 de Tertulias Porteñas

20 Diciembre 2013

Última charla convocó a cerca de 200 personas en el Parque Cultural de Valparaíso.

El ilusionismo complementó las visiones de la ciencia y el arte en la última jornada del ciclo 2013 del ya tradicional encuentro Tertulias Porteñas, que organiza el Centro Interdisciplinario de Neurociencia de la Universidad de Valparaíso y que en esta ocasión abordó, desde las distintas miradas, el tema de la percepción sensorial.

En una inédita jornada Tertulias Porteñas reunió al mago Juan Esteban Varela, quien ha destacado a nivel mundial por su innovador acto de magia para ciegos; al científico Pedro Maldonado, quien se ha concentrado en estudiar la percepción visual a través de mecanismos de la percepción sensorial, y al reconocido escultor Francisco Gazitúa, autor de numerosas obras que ornamentan modernas edificaciones, parques y plazas de Chile y el extranjero.

Reinventándose

La última jornada de Tertulias Porteñas del ciclo 2013, moderada por el editor Ernesto Pfeiffer, quien en esta versión reemplazó a Cristián Warnken, reveló el espíritu de sus organizadores por reinventarse e innovar en la puesta en escena, esta vez incorporando apoyo audiovisual, para contextualizar el trabajo desarrollado por el neurobiólogo Pedro Maldonado y las esculturas de Francisco Gazitúa, cuyo sello es la utilización de materiales autóctonos, como témpanos de hielo de la Antártica y rocas de la precordillera, que se sumaron a la imagen en vivo, en pantalla gigante, de los sorprendentes juegos de magia de Juan Estaban Varela.

Este último dijo estar maravillado con la experiencia: “¿Sabes lo que más me gusta? Es la fusión de puntos de vistas. Cuando uno piensa en el aprendizaje, en la palabra universidad, es justamente esa universalidad, una manera de enriquecer el conocimiento muy profunda y maravillosa. El hecho de que la magia, que yo hago con locura desde los seis años, esté presente en esta integración de puntos de vista para mí es un honor y un privilegio. Y además que la gente ha sido muy cariñosa”, afirmó.

Con respecto a cómo influiría esta experiencia en el arte, afirmó que “es una fuente constante de inspiración”. Además, fundamentó: “A veces es simplemente un disparo inspirador, otras veces el conocimiento duro. Está demostrado científicamente que tenemos mala capacidad para enfocar el movimiento; es una conclusión importante para un mago, qué bueno que esté demostrado científicamente, ya lo sospechábamos, pero de alguna manera son cosas que son más a nivel inspiracional y otras de nivel más técnico. Pero sobre todo la mayor riqueza viene a nivel humano, a nivel de las conexiones que estás haciendo, las conversaciones que vas teniendo, eso te va enriqueciendo. Si te enriquece como persona te va a enriquecer como profesional. Sin ninguna duda”.

Personas alejadas de la ciencia

Por su parte, el neurobiólogo Pedro Maldonado destacó la posibilidad de interactuar con personas alejadas de la ciencia. “Más allá del asombro que uno puede tener todavía con el mago, esta salida del laboratorio a conversar sobre las consecuencias de nuestro quehacer en el resto de la comunidad es algo impresionante. Uno a veces va a hacer charlas en los colegios y sigue en el mismo modo de contar acerca de lo que uno hace; aquí fue también escuchar experiencias muy distintas y muy alejadas de la ciencia, que hacen sentir a la gente también la ciencia como algo más cercano”.

Por su parte, el escultor Francisco Gazitúa puntualizó: “Andamos los científicos y los artistas detrás de lo mismo, por vías muy distintas, que difícilmente podemos entender. Pero lo interesante es que aquí nos reunimos gente que ha vivido su ciencia, su arte, durante muchos años. Yo he recibido el regalo del conocimiento de los científicos y estoy muy agradecido por la oportunidad de haber conversado con ellos, además con todo el público de Valparaíso que asistió a la jornada”.

Fantástica despedida

Ramón Latorre, director del Centro Interdisciplinario de Neurociencia de la Universidad e Valparaíso, calificó la jornada como “una fantástica despedida del año”, y luego se cuestionó ¿qué es lo que queda de todo eso?: “La primera lección es que hay que seguir, porque aparentemente en el público hay mucho interés en ver la ciencia de una manera cariñosa, donde los científicos hablan con escultores, poetas y artistas en general. Es necesario seguir haciendo este tipo de actividades en Valparaíso”.

Además, Latorre adelantó detalles de la próxima temporada de Tertulias Porteñas, “El próximo año queremos retomar una idea que tenemos desde hace mucho tiempo: comenzar con el tema de la memoria. Sobre todo que este año fue como el año de la memoria para nuestro país. Yo creo que recuperar eso, desde el punto de vista de un historiador, tener un psicólogo y un investigador de la memoria que explique cómo se construye la memoria. Creo que va a ser muy interesante para ser nuestra primera tertulia del próximo año. Y las otras serán sorpresa”.