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“El cambio de horario es muy mala idea”

25 Abril 2014

Afirma John Ewer, experto en relojes biológicos. Evidencia científica demuestra que fisiológicamente el ser humano demora muchas semanas en adaptarse al nuevo horario impuesto socialmente. Ademá,s el cambio de hora genera efectos serios a corto y largo plazo en la salud de las personas.

La medianoche de este sábado se producirá el cambio a horario de invierno, por lo que los relojes deberán atrasarse en una hora. Si bien en virtud de este cambio podremos dormir una hora más, no todo el mundo responde igual al nuevo huso horario. Esto dado que los cambios horarios impuestos generan una desincronización de los ritmos internos con los ambientales, provocando efectos importantes en el organismo, que van desde problemas de adaptación y trastornos del sueño hasta malestar generalizado.

John Ewer, biólogo del Centro Interdisciplinario de Neurociencia de la Universidad de Valparaíso (CINV), experto en relojes biológicos, cuestiona la medida, a la vez que alerta sobre el tiempo que demora en las personas la adaptación al nuevo horario.

“El cambio de horario es muy mala idea, porque se cree erróneamente que las personas rápidamente readaptan los ciclos internos. De hecho, se piensa que un par de días bastarían para normalizar la sincronización de los procesos, pero en realidad si uno mira el efecto sobre el patrón de sueño de las personas —no durante la semana laboral, porque es el horario impuesto, pero sí en los días de vacaciones o durante los fines de semana—, esa persona demorará muchas semanas en acostumbrarse al cambio de horario”, explica.

Cabe recordar que las principales funciones del organismo dependen de la fabricación y secreción de hormonas vinculadas directamente con los ciclos de vigilia y sueño (melatonina). En este sentido, John Ewer señala que el ser humano cuenta con varios relojes —por ejemplo, el reloj del hígado es sincronizado por el reloj del cerebro— y la readaptación de los ciclos no es inmediata, demora un tiempo. El experto explica que a pesar de que el reloj del cerebro se ajusta velozmente al nuevo horario (un día), en el resto de los órganos el proceso es más lento.

Síntomas

Los síntomas más característicos padecidos a consecuencia de los cambios horarios son la somnolencia e irritabilidad; dificultades en la atención, concentración y memoria; fatiga, menor rendimiento y productividad; malestar general; cambios en el estado de ánimo, depresión, y trastornos digestivos, entre otros.

En general los efectos más dramáticos se dan cuando hay menos luz, porque la luz del sol reordena y marca las fases del día y la noche en el ser humano y los animales. Y si no se pone atención a la biología de las personas, estos cambios tienem efectos importantes a largo plazo. Un ejemplo de esto son las numerosas y variadas enfermedades que se presentan en personas que trabajan en horarios nocturnos, como nocheros, camioneros o conductores de microbuses, producto del desfase y la falta de sueño: hipertensión, obesidad, diabetes e incluso adicciones.

Diversos estudios concluyen que con estos cambios la gente pierde horas sueño, en especial los niños, que en forma natural despiertan más tarde que los adultos y no porque sean flojos, sino por su biología propia. Bajo este escenario, en Europa ha surgido un movimiento que solicita cambiar el inicio de clases de los más pequeños a avanzada la mañana, tipo 11:00 horas, lo que para el doctor Ewer sería muy positivo, “porque enseñar cuando uno está medio dormido no es muy eficiente. La idea es maximizar el aprendizaje”.

Finalmente, John Ewer sostiene que estas prácticas fueron creadas por razones netamente económicas, orientadas al ahorro de energía, pero desconociendo la biología interna de las personas. “Lo mejor que se puede hacer es poner atención al reloj biológico y pedir al mundo que no imponga horarios, porque estos cambios son muy serios y tienen efectos muy profundos sobre las personas. En términos prácticos no hay mucho que hacer, pero lo recomendable es que si el cuerpo acusa cansancio es preferible dormir y evitar realizar actividades que pongan en riesgo la seguridad de las personas”.