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Especialista advierte sobre efectos de la rinitis alérgica en primavera

22 Septiembre 2014

Profesor de la Escuela de Medicina afirma que si bien esta enfermedad es estacional, sus efectos pueden volverse crónicos.

Se calcula que el veinte por ciento de la población de nuestro país es propensa a sufrir algún tipo de trastorno o molestia como resultado de la floración que experimenta la mayor parte de los árboles y plantas en primavera.

Este fenómeno, que dependiendo de la geografía y la flora existente en cada zona se suele extender entre septiembre y noviembre, está relacionado principalmente con la masiva presencia de partículas de polen en el aire que circula y que respiramos, las que al entrar en contacto con las membranas de la mucosa nasal, o con nuestros ojos, boca y piel, pueden provocar desde leves irritaciones, dolores e inflamaciones hasta náuseas, mareos y obstrucción de las vías respiratorias, entre otros tipos de complicaciones más severas.

La más común entre las patologías de este tipo es la rinitis alérgica, también conocida como fiebre del heno, y cuyo síntoma más notorio es la hiperreactividad nasal, que por lo general se traduce en picazón, congestión y secreción excesiva. En casos extremos, el cuadro puede ir acompañado de cefaleas, mareos, lagrimeo constante e irritación ocular.

“La rinitis es la alergia estacional por excelencia y la que en mayor medida afecta a los habitantes de nuestra región en esta época. Casi siempre es ocasionada por el polen de ciertos árboles, malezas y pastos, aunque también puede ser desencadenada por un hongo o alguna sustancia química o contaminante que entre en contacto con nuestro cuerpo. Se trata de un padecimiento que se inicia a partir de los dos años de edad y se intensifica en la adolescencia para, finalmente, en algunos casos, volverse crónico. Cuando ello sucede se la define como rinitis alérgica perenne, ya que puede afectar todo el año y en esos casos sus agentes causantes pueden ser diversos, como el pelo de algunos animales, los ácaros presentes en el polvo, etc.”, explica el médico Óscar Castro Mendoza, otorrinolaringólogo y profesor de la Escuela de Medicina de la Universidad de Valparaíso.

Agentes causantes

Una de las medidas básicas que deben adoptar las personas que sufren de algún tipo de alergia es evitar el contacto con él o los antígenos causantes de la misma. Para quienes sufren de rinitis alérgica en primavera la recomendación habitual es tratar de no circular por los lugares donde existan aquellas especies vegetales cuyo polen es el responsable de generar la reacción del cuerpo.

De hecho, cada zona o región del país posee una flora particular, en la que predominan algunas especies. En la Región de Valparaíso, las que más abundan son el pino, ciprés, eucaliptus, aromo, plátano oriental, litre y álamo, en lo referido a los árboles; la acedera, el llantén y la parietaria judaica, en cuanto a las malezas, y los pastos silvestres del tipo gramíneas. Algunos de ellos comienzan a generar polen a partir de julio.

Pero no solo hay que evitar el polen. Según advierte el profesor de la Escuela de Medicina de la UV, de igual manera es aconsejable no exponerse al frío, al humo del tabaco y al polvo, ya que esos elementos pueden igualmente desencadenar reacciones alérgicas en las personas que sufren de rinitis estacional.