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Nuevo fiscal plantea sus primeros desafíos

16 Octubre 2014

Eduardo Morales destacó que la riqueza de esta institución “es plurifacética”.

Hace pocas semanas, el abogado Eduardo Morales Espinosa asumió el cargo de fiscal de la Universidad de Valparaíso, misión que asume como un desafío a la vez que un privilegio. Abogado, magíster en Derecho Penal y Ciencias Penales, y diplomado en Derecho Tributario y Gerencia Pública, ha ejercido como fiscal económico regional, intendente regional de Atacama y defensor regional de la Defensoría Penal Pública de Valparaíso. En el campo privado, sus principales áreas de práctica son el Derecho Penal, el Derecho Laboral, el Derecho Tributario y el Derecho de Minería y Medio Ambiente. Asimismo, es profesor en la Escuela de Derecho de la Universidad de Valparaíso.

“Me parece un cargo muy entretenido y desafiante. Desafiante porque vivimos un período de cambio, un momento en que el país se ha propuesto iniciar un camino para cambiar su educación”, comenta. Y en ese cambio, a su juicio, “esta universidad -que es una universidad pública y una universidad regional, una universidad que se caracteriza por ser pluralista, donde se expresan todas las ideas, y laica, en el sentido de que no es confesional- es un lugar privilegiado para participar de estos cambios. Ahora, la Fiscalía de la Universidad es un órgano asesor del rector, que vela por la legalidad de los actos administrativos de la universidad, que tiene a su cargo también la defensa judicial de la universidad. Porque una institución tan grande y tan compleja también enfrenta conflictos. Pero básicamente es un órgano asesor del rector y de las autoridades de la universidad, a petición del rector”.

Consultado sobre el rol que tiene la Fiscalía y su relación con la Contraloría Interna, afirma que esta última es un órgano de control de auditoría interna de la universidad, que depende directamente de la Junta Directiva. “La Fiscalía, en cambio, es un órgano asesor del rector, de la administración de la universidad. Juegan roles diferentes, aunque en alguna parte se tocan: ambos organismos velan por la legalidad de los actos, ambos organismos cuidan el patrimonio, no solamente el patrimonio económico, sino el conjunto del patrimonio de la universidad. Entonces tienen puntos de confluencia, evidentemente”.

Riqueza plurifacética

Aunque estima prematuro referirse a proyectos, el fiscal explica que está conociendo el cargo y a la institución, en una primera fase. “La riqueza que tiene la universidad es plurifacética. Cada facultad —y son diez facultades—, cada escuela —y son más de 40 escuelas e institutos—, constituyen mundos diferentes”.

En consecuencia, dice, “en esta primera etapa, lo que estamos haciendo es conocer, lo que ya es una tarea grande, y al mismo tiempo buscando generar estilos de cooperación. Hay pasos avanzados en este tema. El fiscal anterior envió a abogados de la Fiscalía a las distintas facultades; esta no es una universidad en que las facultades o las escuelas tengan que venir a la Fiscalía, sino que la Fiscalía va a cada uno de los lugares. Eso es un paso muy importante que ya existe, y que no lo cambiaré, sino que haré lo posible por fortalecerlo”.

Añade que lo anterior “significa desarrollar esfuerzos especiales para generar una visión homogénea entre todos los abogados que van a distintos lugares, a fin de que la Fiscalía disponga de espacio para transmitir las buenas prácticas, transmitir las mejoras de un lugar a otro, y en definitiva homogeneizar los criterios en una entidad que es tan diversa. Eso es un desafío, que manteniendo esta cercanía descentralizada, me he planteado asumir”.

Respecto del equipo de trabajo con que cuenta y las tareas que éste debe desarrollar, Eduardo Morales indica que “es un equipo de abogados que trabaja bastante, pero antes de pensar en aumentar gente, el esfuerzo debe estar en cómo hacer mejor el trabajo con lo que existe, cómo ser más eficientes en el uso de los recursos humanos y materiales que tiene la universidad. El fiscal tiene a su cargo la administración de esos recursos”.

Respecto del principal desafío que enfrenta en este rol, el fiscal Morales plantea: “Creo que la Universidad de Valparaíso es una universidad señera, una universidad que tiene que jugar un rol protagónico en la gran reforma de la educación en Chile, y sin duda lo ha venido jugando. Yo creo que el principal desafío que tiene hacia adelante es consolidarse como la gran universidad pública y democrática, pluralista, vinculada a esta región en la cual nosotros vivimos, que es una región que tiene también tantas posibilidades. Por eso también cuando el señor rector me llamó para plantearme esta tarea, yo sin vacilar dije de inmediato que sí, porque me parece que es un deber estar acá, es un deber trabajar en esta universidad. Y un privilegio”.