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Estudiantes de ingeniería reparan Aldea SOS de Quilpué

15 Diciembre 2014

Un total de 120 alumnos de Ingeniería Civil Industrial UV pintaron el exterior de las casas y gestionaron ayuda para entidad que alberga a niños y jóvenes en situación de desprotección.

120 alumnos de primer año de la Escuela de Ingeniería Civil Industrial UV realizaron trabajos de reparación y pintura en las 16 casas que conforman la Aldea SOS de Quilpué, que atiende a más de 80 menores en situación de vulnerabilidad, en una actividad que forma parte de la asignatura “Desarrollo personal I”, basada en la metodología de aprendizaje y servicio.

Carmen Gloria Prado, académica que dicta la asignatura y está a cargo del grupo de estudiantes, señaló que “la metodología impulsa a los alumnos a planificar y ejecutar proyectos de manera asociativa, permitiendo que puedan generar además los recursos necesarios para desarrollar las iniciativas. El objetivo es el desarrollo de competencias de liderazgo, trabajo en equipo y comunicación para estudiantes de primer año”.

Prado añade que “la actividad busca que aprendan a llevar un proyecto, planificar, gestionar y poder concretarlo en la realidad, en una comunidad donde existen 80 niños internos y que necesitan de estos apoyos. Es fundamental que pongan en práctica lo que significa liderar, comunicarse, resolver problemas, trabajar en equipo y organizarse”.

Sobre la elección del lugar, la académica manifestó que “todos los años miramos distintas comunidades que pudieran necesitar de distintos apoyos y son los alumnos los que eligen donde quieren trabajar dentro de las distintas ofertas que tenemos. La idea es convertirnos en socios comunitarios, no es beneficencia, trabajamos con la comunidad, descubrimos juntos a ellos qué quieren que hagamos en terreno, y ellos gestionan recursos para que podamos hacer este proyecto, los alumnos también consiguen recursos a través de microemprendimientos y la comunidad también, desde donaciones”.

Sembrar a futuro

Daniela González, alumna de primer año de Ingeniería Civil Industrial, explica que “esta actividad es muy significativa, ya que conocía a un par de niños que viven en la aldea y reencontrarme con ellos acá haciendo un pequeño aporte en sus casas con nuestros compañeros, es súper potente. Nuestra tarea es arreglar los interiores, cambiar lámparas, pintar el techo del baño, arreglar lavamanos y todos esos detalles que cotidianamente son menores, pero que a la larga resultan significativos. En nuestras propias casas los baños no están así, entonces no queremos que los niños tampoco los tengan de esta forma”.

Sobre la relación entre la teoría vista en clases y la aplicación práctica, Daniela añade que “lo que hemos visto en este ramo es liderazgo y claramente en estos trabajos acá tiene que haber liderazgo, compromiso, disciplina y respeto, entonces estamos aplicando en terreno todo lo que hemos visto el semestre y durante el año”.

Otro de los alumnos que participó en los trabajos fue Juan Ignacio Vizcarra para quien la iniciativa “es súper importante, porque el día de mañana como ingenieros vamos a tener una labor social y trabajar en este tipo de aldeas, ayudando a gente que lo necesita es muy necesario”.

El estudiante añadió que “el trabajo de gestionar nuestros propios recursos, viendo nosotros cómo conseguir las cosas, pidiendo ayuda, organizándonos, trabajando en equipo o delegando, es muy relevante, se valora harto, porque nadie enseña a trabajar en equipo y el día de mañana cuando tengamos que salir a trabajar se necesita eso, es súper valorable y una experiencia muy bonita”.

Regalo de cumpleaños

En la actualidad en la Aldea SOS de Quilpué viven 80 niños de 1 a 20 años de edad, ingresados por medidas de protección debido a vulneración de derechos tales como abandono, maltrato, abuso, negligencia parental y violencia intrafamiliar, entre otros.

Esta semana la Aldea SOS de Quilpué está celebrando sus 31 años de funcionamiento ininterrumpido, por lo que, según su director Julio González, “estos arreglos nos caen desde el cielo, porque así como están las cosas con la poca ayuda que recibimos de la comunidad, es una bendición de dios, estamos total y absolutamente agradecidos y además es un regalo de cumpleaños”.

González agregó que “iniciativas como ésta son muy positivas porque también son un incentivo para los futuros ingenieros que se dan cuenta de lo que es la realidad hoy en día y también es beneficioso para los niños de la Aldea, porque van aprendiendo lo que es la vida y tal vez cuando grandes, puedan hacer