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Profesor emérito Álvaro Quintanilla fue nombrado abogado integrante de la Corte Suprema

24 Abril 2015

Autoridades de la Escuela de Derecho destacaron sus talentos y virtudes excepcionales.

Con beneplácito y orgullo fue recibida en la comunidad universitaria la noticia del nombramiento del profesor emérito de la Escuela de Derecho de la Universidad de Valparaíso, Álvaro Quintanilla Pérez, como abogado integrante de la Excelentísima Corte Suprema.

El profesor Quintanilla fue director de la Escuela de Derecho entre los años 1981 y 1987 y, además, fue miembro de la Junta Directiva de la Universidad de Valparaíso entre 1991 y 1998, entre otros cargos universitarios desempeñados. Desde 1995 hasta diciembre de 2014, fue Consejero del Consejo de Defensa del Estado (CDE) y le correspondió presidir la sección Civil del CDE, participando en relevantes juicios de hacienda.

El director de la Escuela de Derecho, Claudio Oliva, manifestó que la designación del profesor Álvaro Quintanilla como abogado integrante de la Corte Suprema “es motivo de gran satisfacción para quienes nos desempeñamos en la Escuela de Derecho de la Universidad de Valparaíso. La recibimos con alegría, pero ciertamente no con sorpresa, pues se trata de un nombramiento a la altura de sus talentos y virtudes excepcionales”.

La autoridad recordó que Álvaro Quintanilla “fue durante cuatro décadas profesor de Derecho Civil en nuestra Escuela, de la que ahora es profesor emérito. En su actividad académica ha sobresalido siempre por su dedicación al estudio y su notable capacidad analítica, acompañadas de elevadas dosis de modestia, bondad y buen humor, todo lo cual hace de él una de esas personas que es un gusto tener cerca. Es una muy buena cosa que la administración de justicia en Chile pueda beneficiarse, nada menos que desde la propia Corte Suprema, de su sabiduría y prudencia”.

Por su parte, la presidenta del departamento de Derecho Civil de la Escuela de Derecho UV, profesora Susana Bontá, señaló que el nombramiento del profesor Quintanilla “es un tremendo aporte a la judicatura”, acotando que “esto pronto se verá expresado no en una, sino en varias sentencias que le corresponda redactar”.

La profesora Bontá señaló que los integrantes del Departamento de Derecho Civil “nos sentimos muy orgullosos de que nuestro profesor, colega y amigo haya sido distinguido con una nominación como ésta. A todos nos asiste el convencimiento que ha desarrollado una linda carrera profesional y lo más importante es que ésta es producto de su propio esfuerzo y de un ejercicio honesto y responsable de la profesión, sin perjuicio de su calidad humana”.

“Gratitud a mi querida escuela”

El profesor Álvaro Quintanilla es abogado civilista, casado y padre de 3 hijos, todos abogados: Karen y Marcela, ambas también egresadas de la Escuela de Derecho UV, y Álvaro, Máster en Derecho de la UAI. Abuelo de 8 nietos, vive en Santiago, aunque reserva dos días a la semana para venir sagradamente a Valparaíso, “por razones afectivas y estéticas”, comenta.

-Profesor, ¿qué desafíos implican para usted este nombramiento en la Corte Suprema?

“En lo personal, significa una gran responsabilidad. Concurrir a la decisión de asuntos jurídicamente complejos y a veces relevantes socialmente no deja de causar conmoción. Frente a ello no queda sino actuar con la mayor atención, dedicar mucho tiempo al estudio para formular un criterio o propuesta con la convicción que es la que corresponde según el ordenamiento (somos una sociedad de derecho legislado), procurando, además, que se concilie con lo que nos parece justo y equitativo. Es un trance difícil, pero facilitado enormemente al trabajar con jueces profesionales, altamente experimentados y prudentes, relatores y asesores expertos. De todos ellos se aprende cada día”.

-¿Y en lo profesional?

“En lo profesional, un exigente pero saludable ejercicio de estudio de muchas áreas del derecho y también de constante admiración del trabajo y agudeza tanto de jueces, relatores y muchos distinguidos abogados, todos contribuyendo a desentrañar la trama jurídica e intentar alcanzar la solución que se estima la procedente y adecuada”.

-¿Qué herramientas siente que le dio la Escuela de Derecho UV en su época de formación y que le han permitido desempeñar una trayectoria académica y profesional impecable?

“Nuestra Escuela era conocida por su nivel de exigencia. El director Victorio Pescio decía que los egresados eran buenos abogados porque eran “hijos del rigor”… Ese estándar –además de buena formación- creaba una saludable disciplina para el estudio y capacidad de análisis para identificar los aspectos esenciales de una norma, de un cuerpo legal o de un contrato, estableciendo sus fundamentos y sus relaciones. Creo que ello me ha servido, también ahora, en esta emocionante y honrosa incursión en el trabajo de Juez. Por ello, una vez más, mi gratitud a mi querida Escuela”.

-¿Qué valores y cualidades debería tener un estudiante que desea formarse como abogado, a su juicio?

“Pienso que el abogado de nuestro tiempo debe tener un gran sentido de la dignidad de todas las personas y del imperativo de respeto real y efectivo a sus derechos. Esto lleva implicada una buena dosis de solidaridad y sentido de servicio. Debiera sentirse privilegiado de ser un instrumento calificado para servir a estos valores procurando contribuir a alcanzarlos con estudio y trabajo serio, honesto y sobrio, actuando así ante su cliente, su contraparte, sus pares y sus jueces. El reconocimiento de esos méritos es la mejor retribución y ese patrimonio inmaterial es, a la postre, el único que vale y lo único que queda porque no puede ser perseguido por ningún acreedor. El peligro de nuestro tiempo es que los jóvenes profesionales son rápidamente seducidos por el afán de lucro, la devoción por las cosas materiales, el exhibicionismo mediático que exalta esta sociedad en que importan las imágenes primarias, el escándalo y el histrionismo. No obstante este mundo extraño, que tiene algo de regreso al tiempo de la magia y de la tribu, hay que “arreglárselas”. Como dicen los franceses ‘tout va bien maintenant, mais il faut se débrouiller’. También me parece importante que el abogado se cultive e incorpore a sus afanes el gusto por el arte en cualquiera de sus expresiones. Las respuestas en la vida no siempre están en las leyes, en los focus groups ni en los indicadores económicos. Como en la canción de Bob Dylan, la respuesta está temblando en el viento. Esa “sensibilización” me parece indispensable para un ejercicio cabal y digno de esta profesión. En los tribunales, el profesional culto se nota”.

Reseña biográfica

Álvaro Quintanilla Pérez es abogado, licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales de la sede Valparaíso de la Universidad de Chile (1965). Realizó estudios de post-grado, cursos, seminarios y jornadas de post-título sobre temas de Derecho Civil y Procesal Civil.

Fue profesor de Derecho Civil desde 1966 en la Universidad de Chile, sede Valparaíso. En 1980 fue designado profesor titular de esa cátedra. Igual función ha ejercido en las Escuelas de Derecho de la Universidad Diego Portales, Universidad Adolfo Ibáñez y en programas especiales para Colegios de Abogados, Asociación Nacional de Magistrados, Academia Judicial de Chile, Washington College of Law (American University), Fundación Fernando Fueyo, entre otras. En 2008 fue designado profesor emérito por la Universidad de Valparaíso.

Ha impartido docencia y extensión de post-grado en diversos ciclos y seminarios sobre temas de Derecho Privado.

Es autor de varios libros y numerosas monografías sobre temas de Derecho Civil publicadas en revistas especializadas y libros de participación colectiva.

Ha sido jefe de la carrera de Derecho de la Universidad de Chile, sede Valparaíso (1977-1978), director de la Escuela de Derecho de la Universidad de Valparaíso (1981-1987); miembro del Consejo Académico de la Facultad de Ciencias Jurídicas, Económicas y Sociales de la Universidad de Valparaíso (1982-1988), y miembro de la Junta Directiva de la Universidad de Valparaíso (1991-1998). Recibió medalla y galvano por Servicios Distinguidos a la Universidad.

Ha ejercido la profesión de abogado en asuntos civiles (defensas e informes en derecho). Fue Abogado Integrante de la Corte del Trabajo de Valparaíso en cuatro períodos (1973 a 1976); Abogado Integrante de la Corte de Apelaciones de Valparaíso en tres (1978, 1979 y 1994); miembro del Consejo Directivo de la Corporación de Asistencia Judicial de Valparaíso Región Norte (1983-1985) y Consejero del Colegio de Abogados, Consejo Regional Valparaíso (1987-1989).

En abril de 1995 fue designado Abogado Consejero del Consejo de Defensa del Estado y, desde 1997 a diciembre 2014, ejerció como presidente de la Sección Civil de dicho Consejo.

Es miembro del Colegio de Abogados de Valparaíso (A.G.).