Afirmó la doctora Claudia Mora, quien dictó charla sobre la desigualdad en el mercado del trabajo, en la Facultad de Humanidades UV.
“Uno de los principales obstáculos para ver la desigualdad de género es precisamente que como estas prácticas están tan rutinizadas, no vemos la desigualdad de género, está invisibilizada. Y en gran medida, esta invisibilización previene que nos organicemos en torno a un asunto que es urgente. Ante esto, creo que tenemos una gran labor desde la academia en visibilizar estos procesos, cómo ocurren y cómo todos participamos de ellos”.
Así lo expresó la doctora Claudia Mora, directora de Investigación de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Andrés Bello, quien inauguró en la Facultad de Humanidades de la UV el ciclo de charlas “La Sociología en la práctica” 2015. La académica expuso el tema “Prácticas cotidianas de reproducción de desigualdad en el mercado del trabajo”.
A su juicio, desde la academia hay una misión para llamar la atención sobre los derechos de la mujer. “Lo que uno puede hacer es explorar los procesos, que a través de rituales, de prácticas, de acciones cotidianas, van reproduciendo la desigualdad social y la desigualdad de género”, dijo, enfatizando la urgencia de esta necesidad.
Respecto de si toda la sociedad es, de alguna manera, cómplice de las conductas discriminatorias, a través de la educación de los niños y de los paradigmas sociales, la doctora Mora señaló que “es un área que hay que explorar con mayor profundidad, y sobre todo en el mercado del trabajo, donde hemos hecho grandes avances, y sin embargo las condiciones laborales de las mujeres están en desmedro de las condiciones laborales de los hombres. Y eso ocurre porque existen estas prácticas que están naturalizadas. O sea, se asigna a las mujeres ciertos roles y a los hombres otros roles, más de supervisión y de autoridad, y tienen a su vez mayores posibilidades de ascenso y movilidad laboral, y mejor remuneración”.
En la actualidad, Chile tiene una Presidenta, hecho que muchos utilizan como argumento para afirmar que la situación en el país ha mejorado en este ámbito. Sobre ello, la académica responde: “Creo que tiene mucho valor simbólico, y aprecio mucho que tengamos una mujer Presidenta, pero eso no es el fin de la lucha. De hecho, la Presidenta impulsa ciertas políticas de género precisamente porque se da cuenta de que el hecho de que ella haya salido nombrada no termina con la desigualdad de género: todo lo contrario, da pie para que podamos abordarla de una mejor manera”.
