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74 alumnos de pregrado investigarán con financiamiento de la UV

20 Agosto 2015

La institución aporta catorce millones 558 mil 243 pesos, a través de Convenio de Desempeño “Los estudiantes primero”.

Diecinueve iniciativas, que involucran la participación de 74 estudiantes, se adjudicaron fondos a través del Concurso de Proyectos de Investigación convocado por el Convenio de Desempeño “Los estudiantes primero” de la Universidad de Valparaíso. El total de la inversión alcanza a los catorce millones 558 mil 243 pesos.

El objetivo de la convocatoria es apoyar la incorporación de estudiantes de pregrado a la actividad investigativa, como parte de su formación académica y profesional. Para ello, la UV apuesta por incentivar el desarrollo y la ejecución de un proyecto de investigación original, creado por estudiantes, bajo el patrocinio de un académico.

El monto máximo que cada proyecto podía alcanzar era de un millón de pesos, y en ningún caso los proyectos podían tener fines lucrativos, ni tampoco podían tener ítem para honorarios.

En una ceremonia desarrollada en el Centro de Extensión UV, los nuevos investigadores recibieron sus diplomas de reconocimiento. En la ocasión, el rector Aldo Valle destacó que se trata de 74 nuevos investigadores que a través de este concurso se inician en un proceso de desarrollo que les permitirá ser profesionales integrales, sujetos activos del proceso formativo.

Brazo robótico

El proyecto seleccionado con más puntaje fue el de Edgardo Silva, alumno de Ingeniería Civil Biomédica, de la Facultad de Ingeniería, titulado “Control a distancia de un brazo robótico a partir de la cuantificación de la señal electromiográfica obtenida por e-textile de los músculos de la extremidad superior humana”. El profesor patrocinante es Pablo Reyes.

Según explica el estudiante, “el objetivo final del proyecto es reproducir el movimiento de flexoextensión de la articulación del codo, a través de la medición de la señal de electromiografía de dos músculos que participan de este movimiento (Bíceps Braquial y Supinador Largo) en un brazo robótico a distancia. Para esto se medirá la actividad de electromiografía a través de una tela especial electroconductora, que puede actuar como electrodos de superficie (e-textile). En palabras simples, mediante el desarrollo de un sistema de medición de electromiografía novedoso, practico y no invasivo, se podrá controlar un brazo robótico a distancia que reproducirá los movimientos realizados por el usuario”.

Ganar el concurso, añade Silva, “se traduce en la adquisición de materiales e insumos para realizar el proyecto. Compraremos los motores para el brazo robótico, la tela e-textile, además de una placa de Arduino para programar los motores, un kit bluetooth de comunicación a distancia, insumos electrónicos como resistencias, diodos, etcétera”.

El joven indica que enterarse de que su proyecto fue seleccionado “fue una grata sorpresa. Si bien cuando empezamos a pensar toda la idea de cómo sería el proyecto y pensamos en postular, tenía la esperanza de adjudicarnos el proyecto, pero nunca pensé que sería el mejor evaluado. Eso habla muy bien del trabajo que estamos haciendo en conjunto con mi profesor guía, el doctor Pablo Reyes. Y si bien el trabajo es exigente, se desarrolla en lo que me gusta y es en el campo en donde espero desenvolverme en mi vida profesional laboral. En ese sentido, este proyecto y su adjudicación muestra que voy por el camino correcto”.

Respecto de la aplicación práctica del brazo robótico, Edgardo silva indica: “En primer lugar este es un acercamiento hacia el desarrollo de la tecnología. Este proyecto sentará las bases para el control de un brazo robótico a distancia mediante la reproducción del movimiento realizado por el usuario. Una vez desarrollado, las aplicaciones pueden ser muy variadas, como por ejemplo el control del brazo a distancia para situaciones de manejo de químicos peligrosos dentro de un laboratorio, o de explosivos dentro de una mina”.

Sin embargo, añade, “el enfoque que esperamos entregar a este proyecto es, luego de desarrollarlo, orientar el uso del brazo robótico para sistemas protésicos. Imagina que tienes tu brazo izquierdo sólo hasta la articulación del codo, porque perdiste el resto en un accidente, o a causa de una malformación genética naciste sin él. Mediante la medición de EMG de los músculos de tu brazo sano, puedes identificar el movimiento que desees, por ejemplo levantar el brazo; luego adecuas los patrones para ejecutar dicho movimiento con una prótesis en tu brazo izquierdo, controlada por la señal de EMG de músculos de ese brazo, como Deltoides Medio o el Supinador Largo. Entonces podrás controlar la prótesis de tu brazo mediante las señales de EMG que generas al realizar el movimiento con los músculos sanos que poseas, todo esto porque las señales de EMG pueden arrojar indicadores de movimiento, como la fuerza ejercida, el torque aplicado, la posición angular de un músculo con respecto a otro, etcétera. Esto se puede aplicar a cualquier extremidad, brazos o piernas”.

La música y el habla

Natalia Figueroa, de la carrera de Fonoaudiología (Facultad de Medicina), es la responsable del proyecto “Efectos de un programa de recursos musicales en los procesos motores básicos del habla de personas con enfermedad de Parkinson de las ciudades de Viña del Mar y Valparaíso”. El equipo de trabajo es integrado por Nicole Aguilar, Vesna Arneric, Constanza Cuadra y Melany Márquez, y la profesora patrocinante es Alondra Castillo.

Explica la estudiante que “el objetivo del proyecto, el cual se encuentra en el marco de una tesis de pregrado, es comprobar si existen cambios a nivel de los procesos motores básicos del habla en personas con enfermedad de Parkinson. Estos procesos corresponden a respiración, fonación, resonancia, articulación y prosodia. Para cumplir el objetivo, se utilizará el programa de recursos musicales ‘Willay’, el cual fue creado durante el año 2014 por alumnas tesistas de pregrado de la Escuela de Fonoaudiología de la UV, en conjunto con la profesional fonoaudióloga Alondra Castillo, quien también nos guía a nosotras en este proyecto”.

El programa, añade, “busca aplicarse mediante un taller grupal de personas que presenten la enfermedad de Parkinson. De esta manera, si encontramos resultados positivos, se pretende que el proyecto se siga realizando año tras año”.

Para el grupo de estudiantes, “obtener los fondos es fundamental para nuestro proyecto, ya que tendremos la oportunidad de comprar el material necesario para poder llevarlo a cabo. Dentro de éstos se incluyen insumos tecnológicos para evaluación previa y postaplicación del programa de recursos musicales; material para desarrollar el taller sesión a sesión, y además financiar en parte el pasaje y una merienda para los asistentes y sus acompañantes, debido a que se trata de una población vulnerable en cuanto al tema de salud”.

Por otra parte, añade Natalia Figueroa, “es necesario destacar que se nos hubiera hecho muy difícil reunir el dinero necesario para la implementación del taller por medios propios, ya que además de conformar un grupo de tesis, estamos en proceso de práctica profesional, cada integrante en un lugar y horario diferente, por lo que nuestros tiempos son realmente escasos y difíciles de coordinar”.

Por ello, añade, “como alumna y en especial como grupo, estamos muy contentas con la adjudicación de los fondos, ya que realizamos un gran trabajo en conjunto para postular al proyecto, por lo que estamos muy orgullosas de este logro. Además, recibimos muchas felicitaciones por parte de los docentes de la Escuela de Fonoaudiología y de nuestras familias. Así que estamos muy entusiasmadas por iniciar el taller y esperamos que todo salga de la mejor manera posible”.

Antibacteriano natural de algas

Felipe Pizarro, responsable del proyecto, y su compañera Catalina Velasco, alumnos de Biología Marina, de la Facultad de Ciencias del Mar y de Recursos Naturales, son los autores de “Inducción de florotaninos en las algas Colpomenia sinuosa, Scytosiphon Iomentaria y Adenocystis utricularis y sus potenciales usos contra las bacterias Escherichia coli y Bacillus sp.”, patrocinado por la profesora Pilar Muñoz.

El objetivo es estudiar la posibilidad de desarrollar un compuesto capaz de eliminar bacterias sin dañar el medioambiente, mediante una investigación que consiste en potenciar los compuestos protectores de las algas y aplicarlos a cultivos bacterianos.

“El desafío es desarrollar un compuesto antibacteriano natural con especies de la zona. La idea es potenciar los compuestos característicos del alga, como son los florotaninos, y darles un uso antibacteriológico. Es decir, que pueda atacar distintos tipos de bacterias, en especial aquéllas patógenas para el ser humano”, señala Felipe Pizarro.

El trabajo representa un primer acercamiento, que permitirá a los alumnos confirmar si el extracto del alga es capaz de eliminar o disminuir la presencia de bacterias. “Me interesa mucho profundizar en la fisiología del alga. En realidad no son muchos los investigadores que ingresan a esta área de estudio, a pesar de que tiene un enorme potencial económico”, indica Catalina Velasco.

La estudiante destaca lo positivo de la iniciativa: “Me parece una excelente iniciativa que la UV apoye investigaciones que desarrollan alumnos de pregrado, porque da a los alumnos la oportunidad de desarrollar y aprender a hacer una investigación científica en un momento que es para aprender. Una excelente experiencia que nos servirá después para la vida profesional. La investigación en algas está tomando un fuerte impulso en el país, al igual que el estudio de su fisiología, ecología y genética. Las algas secretan compuestos para defenderse de los depredadores, eso tiene variadas funciones que se podrían aprovechar como antioxidante, protectores solares, alimentos funcionales, sólo por nombrar algunos ejemplos”.