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“El loco y la triste” llegan a la Sala Negra UV

25 Noviembre 2015

Clásico de Juan Radrigán estará en cartelera los días 27 y 28 de noviembre, 4 y 5 de diciembre a las 21 horas.

“El loco y la triste”, una de las piezas clásicas del aclamado dramaturgo nacional Juan Radrigán llega a la Sala Negra UV, ubicada en Avenida Brasil 1786, Valparaíso, con funciones los días 27 y 28 de noviembre y 4 y 5 de diciembre, a las 21 horas, a cargo de la compañía Estudio Creativo Noou.

La obra relata el encuentro de dos marginales, Eva, una prostituta llena de frustraciones y anhelos, y El Huinca, un borracho al borde de la muerte, sediento de libertad. Ambos comparten sus experiencias de vida que van tiñendo la historia con matices cómicos y profundos espacios de honestidad que defienden la dignidad humana, más allá de las condiciones.

El texto de Radrigán lleva a ambos personajes a compartir sus soledades debido a la cirrosis -ya en fase terminal- que sufre el personaje masculino. La prostituta es obligada por sus amigos a permanecer junto al enfermo. De este encuentro comienza en forma paulatina a generarse el lazo que les permitirá acercarse a atisbos de felicidad.

De esa forma, El Huinca va mostrando sus ansias de libertad, de trascendencia y de justicia, mientras que Eva, expone sus ansias de formar un hogar, de tener alguien a quien colmar del amor que tiene para entregar y al igual que él, el deseo de pertenencia.

La puesta en escena cuenta con la dirección de Mauricio Daille, director de la obra “El pan”, y las actuaciones de Javiera Quezada, actriz de la obra “Slaughter” y profesora de Teatro UV, y Marco Trigo, director de la compañía Teatropikal, quienes desarrollan esta propuesta revisitando un texto paradigmático del teatro nacional.

Al respecto, Mauricio Daille explica que “esta obra nos parece muy vigente a pesar de su antigüedad. Los conflictos y la simpleza de los personajes son características que le dan cierta transversalidad. Si tomamos estos personajes hoy o diez años atrás siguen teniendo sentido las problemáticas que nos propuso el autor en los años ochenta”.

Daille asegura que “uno de los elementos que aporta en esta transversalidad, y que utilizamos como eje en la puesta en escena, son los toques de humor con los que Radrigán nos muestra este mundo del desamparo. Desde que tomamos el texto nos llamó la atención que en muchos diálogos la primera reacción es la risa, para luego notar el estado real de estos personajes marginados y solitarios”.

El director explica que “este aspecto del humor es bastante atractivo y efectivo a la hora de acercar el conflicto al público o a nosotros mismos. Por ello, a pesar de la época en que se sitúa la acción y de que tomamos los años 80’ como estética del montaje, creemos que no se hace difícil conectar con lo que se está mostrando en escena, pues nos hicimos cargo del elemento del humor y trabajamos con él como herramienta.”