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“No creo que el pasado violento sea un capítulo que deba ser cerrado”

27 Abril 2016

Señala doctora Vikki Bell, socióloga del Goldsmiths College de Londres, quien dictó una conferencia en la UV.

Curar las heridas de un pasado violento no es tarea fácil para una nación, ni para las personas. El paso del tiempo es un factor relevante en la medida en que las víctimas no encuentran justicia, en que los parientes mueren sin tener respuestas. La doctora Vikky Bell, socióloga del Goldsmiths College de la Universidad de Londres, abordó ese tema en la Universidad de Valparaíso, en donde dictó la conferencia “Entre documentación e imaginación: cinco tesis sobre la curación del pasado violento”.

“Creo que hay diferentes niveles de heridas —señala la académica—. Psicológicas, por supuesto, pero yo estoy enfocada en el nivel social: las instituciones sociales y las prácticas culturales de la gente. Desde la experiencia mundial, las instituciones sociales y las instituciones legales tienen la tarea de hacer una demarcación muy clara hacia ese pasado y hacia los aprendizajes. Creo que no es un capítulo que tiene que ser cerrado, es algo que se desarrolla a través de la conversación, a través de los espacios provistos por museos, por elementos culturales, cuando la gente está en diálogo, y ahí hay un elemento sanatorio”.

Agrega que “no se trata de decir que los procesos sociales son más importantes que los procesos legales y la justicia, sino que deben desarrollarse en forma paralela”. En el caso de nuestro país tras la dictadura, indica que “lamentablemente, en Chile estos procesos van muy lento. Estoy interesada en la forma en que la gente decide tomar espacios públicos, funda iniciativas, por ejemplo para enseñar a los niños, llevar a visitantes, y conversar sobre la historia”.

El factor tiempo

Sobre el temor de las personas afectadas, por ejemplo de quienes tienen parientes detenidos desaparecidos, de que pase el tiempo y no encuentren justicia, Vikki Bell afirma que “es el mismo caso de Argentina: el factor tiempo siempre está presente, para los abogados, para las familias. La dependencia del tiempo para testigos, para familiares, es un tema legal. Por eso pienso que es tan importante haber establecido en Chile el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos y también tener trabajos culturales, porque ellos se mueven en el tiempo de una manera distinta que la ley. Las familias en Argentina piden un espacio para recordar, una pared memorial, el Parque de la Memoria, los parientes hablan de la importancia de tener el nombre de su ser querido, tocar ese nombre en un lugar especial. Creo que la gente hace cosas orientadas en ese sentido. La ley tiene muchas limitaciones, por eso es tan importante encontrar otros espacios, para empujar estos proyectos, para proteger las historias”.

Sobre lo que las personas pueden hacer para ayudar a proteger las historias y a encontrar paz más allá de los procesos legales, aconseja: “Creo que pueden interesarse en el tema, visitar los sitios de la memoria, los memoriales, los museos, conversar el tema con la siguiente generación. Creo que las familias deben hablar a los niños sobre estos temas, debe haber discusión. Tu experiencia puede no ser la experiencia de todos, pero debe haber una discusión que los niños puedan entender”.

En ese sentido, los colegios juegan un papel relevante. “Estoy trabajando ese tema con mi colega Mario di Paolantonio, que es profesor de Educación, y está muy interesado en el aspecto pedagógico. En distintos lugares se han tomado distintas decisiones sobre el tema de los niños. En Argentina, en el Museo de la Memoria, se decidió contarles la historia pero sin detalles de la tortura; porque quieren tener una relación con las escuelas, que los niños vayan al museo, y por eso no muestran tortura. En Santiago, en el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, hay una sala para niños pequeños, donde la discusión es apropiada para ellos. Ahí hay un camino”.

Negar los hechos

Sobre el caso de Chile, donde hay gente que sigue apoyando la dictadura de Pinochet y niega ciertos elementos del pasado, la socióloga reflexiona: “Siempre es un problema para el arte, para los museos, que haya gente que niegue los hechos. Se necesita una perspectiva optimista para aproximarse a través del arte. Ahora, muchos trabajos académicos caen en una tendencia demasiado optimista, pensando que uno podría resolver conflictos a través del arte. Pienso que hay tres vías para abordar el problema: se necesita voluntad política, procesos legales y producción cultural. Y el arte, en particular, debe proveer un espacio de discusión, de confrontación y conversación”.

Tomando como ejemplo el Holocausto, ¿se puede decir que se resuelve el pasado violento?, Vikki Bell es clara: “No. Creo que hay muchos trabajos filosóficos que han tratado de pensar el Holocausto no en términos de por qué pasó, sino cuáles son los registros éticos que se trasladaron hasta hoy, y hay que trabajar en esos conceptos. Es la herencia de ese tiempo”.

Vikki Bell es profesora de Sociología y directora de la Unidad para la Justicia Global en el Departamento de Sociología en Goldsmiths, University of London. Estudió Ciencias Políticas y Sociales en Cambridge y obtuvo su doctorado en la Universidad de Edinburgo. Ha sido profesora visitante en la Universidad de California (Berkeley), en la Universidad de Yale, en la Universidad de Buenos Aires y en el Instituto Internacional de Sociología Jurídica de Oñati, España. La académica visitó la UV con el apoyo del Convenio de Desempeño para las Humanidades, Artes y Ciencias Sociales.