Los profesionales abordaron temáticas relacionadas al análisis de reacciones adversas a los medicamentos.
Durante tres días una decena de químico farmacéuticos de diferentes partes del país participaron de la segunda versión del Curso de Farmacovigilancia, que organizó la Escuela de Química y Farmacia de la Universidad de Valparaíso.
La coordinadora del curso y académica Yanneth Moya, magíster en Gestión Farmacéutica y Farmacia Asistencial, explicó que la farmacovigilancia está presente en Chile desde 1995, en forma de reporte espontáneo, y desde marzo de 1996 nuestro país fue aceptado como miembro integrante del Programa de Farmacovigilancia propiciado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), siendo el quinto país en Sudamérica en ser aceptado.
Tal como lo señaló la profesora Moya, la farmacovigilancia es el conjunto de procedimientos que conllevan la detección y evaluación de las reacciones adversas a los medicamentos.
La académica agregó que en 2010, bajo el amparo de la nueva Ley de Fármacos, se dictó la Norma Técnica 140 de la Farmacovigilancia, que aplica a reparticiones públicas, centros asistenciales, industria y a todos los profesionales del área de la salud.
“En ella se remarca el rol y las responsabilidades del Instituto de Salud Pública de Chile (ISP) en esta área. Además, se establece las funciones de hospitales públicos y privados, los profesionales de la salud y el rol de la industria farmacéutica en la detección y evaluación de las reacciones adversas a medicamentos”, indicó.
Siguiendo las palabras de la coordinadora, la versión 2016 del curso tuvo un enfoque teórico, pero con un fuerte componente práctico. De esta manera el programa presentó seis módulos de trabajo, que abordaron aspectos técnicos y legislativos como también de evaluación y gestión del riesgo de los efectos adversos, a lo que se sumó sistemas de tecnovigilancia, entre otros.
“En esta nueva versión del curso se incluyeron nuevas temáticas relacionadas con las vacunas y la inmunogenicidad. También se entregaron las herramientas para que los farmacéuticos puedan evaluar “in situ” y luego gestionar de acuerdo al riesgo que pueda tener el paciente y así poder aportar a la seguridad del mismo”, planteó.
La académica se mostró bastante satisfecha con el desarrollo del curso. “Este año convocamos a profesionales de distintas partes del país y que trabajan en diferentes áreas que ofrece el campo laboral, lo que enriqueció el análisis y desarrollo del programa. De esta forma estamos contribuyendo a que el concepto de farmacovigilancia quede más incorporado en todo el quehacer de los farmacéuticos”, afirmó.
Por su parte, la directora de la Escuela de Química y Farmacia, Silvia Bonilla, destacó que la farmacovigilancia es un campo relativamente nuevo para l2os farmacéuticos en Chile y que este curso viene a fortalecer el proceso de evaluación de las reacciones adversas, tanto a nivel hospitalario como de la comunidad, a través de los centros de salud familiar, consultorios y las farmacias.
“Esto permitirá fomentar la notificación y evaluación de reacciones adversas, y contribuir a conocer el perfil de riesgo de nuestra población, para en una etapa posterior permitir prescripción más segura de medicamentos a nuestra población. Hoy todos los consultorios o corporaciones municipales, a lo menos, tienen a un farmacéutico, porque la farmacovigilancia es un área que está contenida en las modificaciones de la Ley de Fármacos y las del Código Sanitario, donde se explicita que ésta es una función que se tiene que hacer y debe estar a cargo de un químico farmacéutico. Estamos muy satisfechos con el curso”, dijo.
Los docentes que impartieron los módulos fueron Silvana Cataldo (Laboratorio Roche), Caroline Weinstein (Universidad de Valparaíso), Carolina Campos (Universidad de Valparaíso), Juan Roldán (Instituto de Salud Pública), Silvia Bonilla (Universidad de Valparaíso), José Miguel Ramos (Difen Pharma), Waldo Vergara (Universidad de Valparaíso), Javiera Olivares (Universidad de Valparaíso) y Yanneth Moya (Universidad de Valparaíso).
