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Benito Baranda: “Los niños construyen imágenes a partir de lo que experimentan”

17 Agosto 2016

El director ejecutivo de América Solidaria participó en la presentación del estudio “Jugando entre riesgos”.

“Jugando entre riesgos, representaciones, sentimientos e imágenes de niños y niñas afectados por tres siniestros ambientales en la región de Valparaíso”, es el nombre del estudio que la Fundación para la Superación de la Pobreza presentó en la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Valparaíso.

La investigación, que contó con la participación de académicos y alumnos en práctica de la UV, recogió testimonios de niños de entre 9 a 13 años de las escuelas San Lorenzo de Cabildo, afectada por la sequía; La Chocota de Puchuncaví, en riesgo por la contaminación, y Federico Albert de Valparaíso, quienes debieron ser desplazados a causa del megaincendio de 2014.

A través de la construcción de dibujos de sus barrios, entrevistas grupales y cartas escritas por los niños, el estudio estableció que los riesgos y siniestros son factores potenciales de vulneración de derechos, así como también lo es el desarraigo que significa tener que abandonar sus barrios.

La opinión de la infancia

Presente en el lanzamiento del estudio, Benito Baranda, director ejecutivo de América Solidaria, aseguró no conocer “un estudio similar en el resto del país, tomando tres localidades, hecho desde los niños acerca de desastres naturales, muchos de ellos provocados por nosotros. Este estudio implica modificar la percepción que tenemos de la infancia, de la cual pensamos que no tiene opinión, pero ellos construyen imágenes a través de lo que experimentan y es muy importante escucharlos, porque a partir de esas imágenes construyen su visión de la realidad, que marca su identidad”.

Baranda agregó que “la investigación debería permitir el desarrollo de iniciativas en estos territorios postergados durante tanto tiempo, donde los índices de pobreza son altos y se han tomado pocas medidas radicales. Puchuncaví es construido por decisiones empresariales y estatales y lo ocurrido en los cerros de Valparaíso son decisiones históricas de la misma comunidad, de las mismas autoridades, donde se han hecho tradicionalmente muchas promesas y no ha habido transformaciones”.

Pobreza, imperativo ético

Alejandro Rodríguez, director de Vínculos y Cooperación Internacional UV, manifestó que la presentación del estudio establece “el imperativo ético de hacer frente e instalar definitivamente en nuestras élites intelectuales y académicas el tema de la pobreza. No es propio de un país no hacerse cargo de sus ciudadanos. No es posible pensar en el desarrollo y no ser capaces de eliminar este flagelo”.

Rodríguez añadió que “en este punto surge la pregunta de cuáles son los derechos de los niños y niñas respecto de una vida digna, con educación y por sobre todo con un medio ambiente libre de contaminación y libre de riesgos. Aquí nos explotan en la cara las múltiples dimensiones de la pobreza, la que por cierto no se reduce a la dimensión económica, sino que se manifiesta en lo sociocultural, en lo urbanístico, en la vivienda y en la salud, entre otros aspectos”.

“Estamos trabajando para profundizar en nuestros estudiantes el sentido de lo público, del espacio común, de la comunidad y la responsabilidad que en la superación de los problemas colectivos tienen los profesionales y graduados de la Universidad y en este contexto desarrollaremos herramientas y contenidos para integrar a los Talleres de Integración del Perfil Educativo, TIPES, un módulo sobre innovación social y un módulo de trabajo comunitario”, indicó.

Expuestos a la vulnerabilidad

Gino Bailey, encargado regional del área Propuestas País del Fondo para la Superación de la Pobreza y autor del estudio, explicó que trabajó desde la óptica de la infancia porque “es la población más expuesta a la vulnerabilidad en siniestros y desastres, junto al adulto mayor, siendo, además, sumamente invisible. Lo relevante es poner en el debate cómo estos eventos van haciendo que las poblaciones no sean capaces de generar arraigo en sus territorios y tengan que abandonar el lugar, dejando más espacio a la megaempresa, a la megaindustria”.

“Nos interesa posicionar las problemáticas socio ambientales desde el punto de vista del sentido, no sólo desde el dato estadístico, sino mostrar cómo están viviendo estos niños en estos contextos para poder hacer algo y transformarlo con otros actores de manera colaborativa, en una visión más promocional de la infancia, que sólo desde la protección”, aseguró.