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Rector Valle dice que cobrar impuestos a universidades que lucran no es la solución

30 Septiembre 2016

“Esa es una compensación que en ningún caso hace que el sistema cumpla con su función de contribuir a la moral pública", dijo.

Un total rechazo encontró en el Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas (CRUCH) la propuesta del ex Presidente Ricardo Lagos, quien sugirió que, en vez de prohibir que las universidades lucren, lo que debería establecerse es que aquellas que lo hagan paguen impuestos.

Lagos dijo que “si alguien desea, en virtud del principio de libertad de educar que en Chile existe, cobrar una cantidad a los estudiantes que le permite tener una rentabilidad debe tener el tratamiento propio de toda empresa y, por lo tanto, pagar impuestos. Tan simple como eso”.

Sus comentarios generaron la inmediata reacción del CRUCH, reunido en la Universidad Austral de Valdivia para su sesión mensual. “Me parece que esa una compensación que en ningún caso hace que el sistema cumpla con su función de contribuir a la moral pública. Los sistemas de educación superior deben dar cuenta también de virtudes y valores que no se resuelven solamente en intercambios económicos”, dijo Aldo Valle, rector de la Universidad de Valparaíso y vicepresidente ejecutivo del CRUCH.

Otro planteamiento de Lagos fue dejar la reforma a la educación superior que hoy se discute en el parlamento para el próximo período presidencial, lo cual tampoco fue apoyado por Lagos. “Lo más conveniente es que avancemos todos con decisión para que esta reforma se pueda aprobar en este gobierno, porque hay muchos jóvenes y familias que deben hacer enormes sacrificios para poder acceder a la educación superior. No nos podemos dar el lujo de seguir postergando ese sacrificio simplemente porque las coyunturas políticas o electorales aconsejan otros derroteros. No nos podemos dar tiempos políticos porque hay urgencias sociales que atender", comentó Aldo Valle.

Otros temas

Durante su cónclave el CRUCH también elaboró otras propuestas. Una de ellas es que la gratuidad, que hoy beneficia a los estudiantes pertenecientes a los cinco quintiles más vulnerables, esté supeditada al rendimiento académico de esos alumnos. Que se exija un puntaje mínimo en la PSU para los alumnos de primer año y un promedio mínimo a los de cursos superiores es la proposición de los rectores. Con esto se terminaría con la anomalía de universidades que reciben más estudiantes debido a la gratuidad sin exigirles prácticamente nada a sus alumnos para ingresar.

Las universidades tradicionales también postulan la eliminación del CAE, la reposición de los aportes basales a las instituciones del G-9, el fortalecimiento de las universidades regionales y que no se restrinja el crecimiento de su matrícula (como ocurrió el año pasado, cuando se limitó a un 2,7%). En el CRUCH que esperan que estas ideas sean recogidas por el Ministerio de Educación en la indicación sustitutiva al proyecto de reforma que debería enviar al Congreso Nacional en las últimas semanas.