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Con visitas a laboratorios y realización de experimentos niños aprenden de ciencia

01 Diciembre 2016

Pequeños del jardín infantil Conejito Blanco participaron de programa del CIB-UV y la Escuela de Educación Parvularia.

Observación de imágenes de células a través de microscopios, extracción del ADN de frutas, experimentos con tinturas y una serie de otras actividades de laboratorio realizaron veinte niños y niñas del jardín infantil “Conejito Blanco” durante la visita que efectuaron al Centro de Investigaciones Biomédicas (CIB) de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valparaíso.

La actividad es parte de un programa especial permanente que promueve dicha unidad, con el apoyo técnico de un equipo de docentes de la Escuela de Educación Parvularia de la UV que coordina la profesora Patricia Herrera, el cual busca desarrollar nuevas metodologías de enseñanza que favorezcan el aprendizaje en la primera infancia y fomenten el interés por las ciencias.

Se trata de una iniciativa que comenzó a ser aplicada hace cuatro años, con el objetivo de despertar en los niños el interés por aprender.

“Este programa se inició en 2012, con el propósito de incorporar a las actividades habituales que realizan los niños del jardín infantil Conejito Blanco algunos contenidos asociados al ámbito científicos. Es así como, desde entonces, a partir del segundo semestre de cada año ellos participan de esta suerte de curso-taller, que culmina con una visita interactiva a nuestras instalaciones. La experiencia ha ido muy positiva.”, precisó el director del CIB, Sebastián San Martín.

“Pequeños científicos”

En esta ocasión los niños arribaron a los laboratorios ubicados en el Edificio Bruno Günther acompañados por la educadora Paula Olguín y las técnicas de párvulos Susana Ramírez, Andrea Rojas y Nicole Sepúlveda, junto a las estudiantes en práctica Milka Díaz y Camila Ortega.

Allí fueron recibidos por el decano de la Facultad de Medicina, Antonio Orellana, y la coordinadora de Extensión de la Escuela de Educación Parvularia, Gudrun Marholz, quienes los presentaron al equipo de docentes e investigadores del CIB.

Estos últimos obsequiaron a cada uno de los visitantes un delantal blanco con su nombre, invistiéndolos de esa forma con la calidad honorífica de “pequeños científicos”.

Ya en los laboratorios, y luego de ponerse los respectivos guantes quirúrgicos, los niños se mostraron felices y participaron con entusiasmo en diferentes experimentos con pipetas, matrices y microscopios y en actividades lúdicas y formativas especialmente preparadas.

“La verdad es que ésta ha sido una experiencia increíble para ellos. Su ansiedad es incontenible, porque están en una etapa especial, donde su cerebro capta más y recibe más, por lo que este tipo de situaciones son fantásticas. Por eso valoramos esta alianza con la Universidad de Valparaíso”, afirmó la educadora del jardín infantil “Conejito Blanco” Paula Olguín.

Beneficio en prácticas

El conocer el trabajo científico y la posibilidad de experimentar en un ambiente diferente al habitual tienen un gran efecto en los niños, sobre todo en la infancia temprana, ya que promueven el desarrollo de sus capacidades cerebrales. Además, ese tipo de acciones beneficia de igual manera a los profesionales que participan con ellos en los cursos y talleres.

Al respecto, la profesora de la Escuela de Educación Parvularia de la UV Gudrun Marholz explicó que los beneficios de iniciativas como ésta favorecen a las estudiantes en práctica de dicha carrera, ya que les da la posibilidad de ver cómo trabajar esos ámbitos y no solo quedarse con el conocimiento teórico que aportan las asignaturas que comprenden su formación disciplinar.

Por ello, dos veces por semana se incorporan al programa alumnas de las asignaturas de Profesionalismo y de Práctica Intermedia III, con el propósito de observar y aplicar técnicas pedagógicas en situaciones de aprendizaje relacionadas con el ámbito de las ciencias.