El proyecto estuvo a cargo de la directora del CIDAF, Mariane Lutz, académica de la Facultad de Farmacia UV.
El Fondo de Fomento al Desarrollo Científico y Tecnológico, (Fondef), creado por CONICYT a principio de la década de los años 90, cumple 25 años de vida. Para conmemorar su primer cuarto de siglo premió a los 25 mejores proyectos de la historia del programa. En la selecta lista destaca la Universidad de Valparaíso con el proyecto “Desarrollo del cultivo del piñón de pino piñonero”, a cargo de la académica de la Facultad de Farmacia y directora del CIDAF, Mariane Lutz.
La decisión no fue sencilla, dado que en la reñida competencia participaron 2 mil 412 proyectos de ciencia aplicada, que durante los 25 años del programa recibieron más de 300 mil millones de pesos para su financiamiento.
Para la profesora Lutz la distinción es una gran satisfacción, por el arduo trabajo y los logros alcanzados. “El proyecto, como todos, tuvo una serie de dificultades, pero logramos sacarlo exitosamente adelante con resultados que fueron más allá de los originalmente comprometidos”, afirma.
Tal como lo explica la directora del CIDAF, Chile presenta condiciones favorables para el desarrollo del pino piñonero (Pinus pinea), introducido hace más de cien años, mostrando un crecimiento y productividad comparables o superiores a los de su hábitat nativo.
El piñón de pino piñonero es el fruto seco más exclusivo y caro del mercado mundial. Su demanda es creciente y su producción disminuye progresivamente por una plaga difundida en los países productores.
“El pino piñonero era casi desconocido en Chile. Estimamos que entre el 2014 y el 2016 se plantaron unas 650 hectáreas con este nuevo cultivo. La producción actual es muy baja, solo a nivel local, ya que las plantaciones nuevas aun no producen piñones y las antiguas no se manejan con este objetivo”, explica.
El proyecto desarrolló un paquete tecnológico y productivo para incentivar la producción de piñones en Chile para su comercialización internacional. Los principales mercados para este producto son Italia, Alemania, Suiza y los países BRIC (Brasil, Rusia, India y China).
El desarrollo de este proyecto ha beneficiado a profesionales y técnicos forestales y agrícolas, propietarios de tierras, especialmente pequeños y medianos, inversionistas, productores y exportadores de frutos secos, PYMES, viveristas y otros.
“La cadena se irá ampliando junto con el aumento de la producción”, advierte la investigadora.
Finalmente, la profesora Lutz sostiene que es fundamental que las universidades regionales se posicionen en el contexto nacional, mostrando su capacidad de trabajo de primer nivel y logrando una asociatividad positiva, como fue en este caso entre la Universidad de Valparaíso, el Instituto Forestal, ODEPA, empresas y pequeños y grandes productores.
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