Señaló Manuel Riesco, quien presentó su libro sobre un nuevo sistema previsional para Chile en la Facultad de Humanidades.
“En toda sociedad civilizada los salarios no se tocan. Esto es un mecanismo de sobreexplotación, es un mecanismo de abuso, es un mecanismo de sacarle el salario a la gente para pasarlo a este fondo que manejan ellos a su amaño, que el dinero se lo llevan los administradores, en parte importante, y también las grandes empresas a las que se les presta este dinero todos los meses, y cuando tienen que devolverlo les prestan más. Porque como el fardo este va creciendo, creciendo, creciendo, creciendo, todos los meses recaudan 500 y pagan cien. Entonces es un abuso muy grande, hay que terminarlo”.
Así se expresó el investigador Manuel Riesco Larraín (ingeniero civil industrial, magíster en Economía de la Universidad de Chile, fundador y actual vicepresidente del Centro de Estudios Nacionales de Desarrollo Alternativo, Cenda), al presentar su libro “Nueva previsión. Para restituir el derecho a pensiones dignas en Chile”, este lunes en la Facultad de Humanidades de la Universidad de Valparaíso.
Al explicar, precisamente, qué hacer para restituir el derecho a pensiones dignas en Chile, Riesco es claro: “Lo que hay que hacer es terminar con las AFP. Porque las AFP no son un sistema de pensiones, sino que son un sistema de ahorro forzoso, en que todos los meses le extraen de los salarios un trece por ciento, imagínese usted, de todos los salarios de toda la gente que trabaja en Chile, 5,8 millones de personas, todos los meses le sacan el trece por ciento del salario, y el salario promedio son 700 mil pesos. O sea que a cada persona saque usted la cuenta cuánto le sacan, y multiplique eso por cinco millones 800 mil: le da una porrada de dinero”.
Es decir, añade, “son entre 500 y 600 mil —dependiendo del mes— millones de pesos mensuales: eso es lo que recaudan. Y de cada cuatro pesos que recaudan, ocupan uno para pagar pensiones. Y con eso pagan el sesenta por ciento de las pensiones, porque el otro cuarenta por ciento lo pone el fisco, con subsidios monetarios directos, como los bonos de reconocimiento o los aportes previsionales solidarios. Los otros tres pesos que recaudan todos los meses ¿para dónde van?: van supuestamente al Fondo de Pensiones. La verdad es que uno de esos tres pesos se lo quedan todos los meses las AFP y especialmente las compañías de seguros. Todos los meses. Y los otros dos van al fondo de pensiones. Pero como esto pasa todos los meses, el Fondo de Pensiones no lo van a devolver nunca”.
Según afirma Manuel Riesco, el sistema de AFP tiene el fin de “generar este enorme fardo de dinero. Es como un corralito, ¿me entiende usted?, un corralazo. Es un corralazo en el cual los dineros que les sacan a los chilenos no los pueden retirar nunca. Y la plata que se recauda es más que suficiente para duplicar las pensiones hoy día, y además crece ese monto, porque todos los meses hay más trabajadores que cotizan y los sueldos también suben. Eso crece más rápido que el número de pensionados. Y eso se puede, por lo tanto, sostener hasta fin de siglo. Eso está demostrado en la propuesta Bravo C, que hizo la profesora Leokadia Oreziak, que es un documento oficial del gobierno”.
Por qué no se cambia el sistema
La pregunta, dice Riesco, es por qué no se cambia el sistema: “Es un negocio muy grande. Los economistas en general defienden esto porque dicen que aumenta el ahorro nacional, y con eso se podrían construir más puentes, más maquinarias, dar más empleo y todo eso. Pero perdóneme pues, si resulta que el ahorro nacional nunca ha sido responsabilidad de los trabajadores. Imagínese una fábrica, que un empresario llegara a fin de mes y le dijera a sus obreros ‘tengo que renovar el camión, entonces les voy a pagar menos a ustedes para poder renovar el camión’. ¿Qué es lo que le dirían los trabajadores?: le dirían ‘no pues, jefe, si para eso usted se queda con las ganancias, de ahí de las ganancias saque una parte y con eso se compra un camión nuevo’. Y así es la cosa: en toda sociedad civilizada los salarios no se tocan”.
Respecto de si la creación de una AFP estatal resolvería el problema, señala Manuel Riesco: “Es que lo que pasa es que es un mecanismo basado en ahorro entre comillas: es un mecanismo de ahorro forzoso. Ayudaría sacar las AFP, para qué estamos con cosas. Piense usted que el mes pasado, por ejemplo, las comisiones de las AFP, sólo las comisiones, fueron 62 mil millones de pesos, que es como el 1,4 por ciento de los salarios. Imagínese, todos los meses sacan eso. Y pagan en pensiones 250 mil millones más o menos. O sea, si usted multiplica sesenta mil por cuatro, le da 240 mil millones: es un cuarto de lo que pagan en pensiones. O sea, si se terminan las AFP y el Estado pasa a administrar esto, se podrían subir las pensiones en un 25 por ciento. Claro, ayudaría. Pero igual ocurriría que se seguiría entregando dinero de los salarios, traspasándolo al sector financiero, y eso no corresponde”.
Lo que hay que hacer, a juicio del investigador, “es lo que se ha hecho siempre y lo que hacen todos los países: las pensiones no se pagan con ahorro, las pensiones se pagan con las contribuciones mensuales de los trabajadores. Resulta que las cotizaciones son el segundo impuesto más importante, porque es la mitad del IVA; el IVA es el que recauda más, y segundo, las cotizaciones. Pero no se usan para lo que se debería, que es para pagar pensiones, sino que se usan para este ahorro nacional, que en el fondo es un abuso del gran empresariado que les saca este dinero a los trabajadores. Hay que terminarlo, es un abuso muy grande”.
[b]El envejecimiento de los chilenos[/b] Manuel Riesco se refirió especialmente a un titular de prensa aparecido este mismo lunes 5 en un diario de circulación nacional: “Si usted lee el diario El Mercurio de hoy sale de este porte (señala con las manos una amplia extensión) en el titular, en la primera página: ‘Envejecimiento de los chilenos hará que se dupliquen las pensiones en los próximos cinco años’. Es decir, la culpa la tenemos nosotros que nos estamos envejeciendo. Bueno, así mienten todo el tiempo. Porque esto es un titular del principal diario del país, de este porte, en primera página”. Explica: “Qué es lo que pasa: los adultos mayores están creciendo en Chile. Felizmente, porque si no ¿qué quieren?, ¿que se mueran? Pero ¿a qué tasa crecen?: Hasta mediados de siglo, hasta el año 2050, van a crecer al 2,37 por ciento anual. ¿Y cuánto crece el Producto Interno Bruto?: más que eso pues. Entonces todos los años hay más recursos para dar buenas pensiones, si no es ningún drama eso. Hoy día Chile es un país muy joven. Pero ¿qué es lo que pasa en los próximos cinco años?: efectivamente van a crecer los jubilados por vejez. ¿Y por qué?: porque resulta que hay 300 mil personas —y dos tercios de ellas son mujeres— que son adultos mayores, es decir que ya han cumplido su edad de jubilación y no han podido jubilar porque las pensiones son muy malas. O sea, efectivamente van a crecer los pensionados por vejez —a no ser que se mueran estas personas—, pero ¿por qué?: ¡por culpa de las AFP, no por el envejecimiento de los chilenos! Y, sin embargo, qué es lo que dice el titular de El Mercurio: dice ‘envejecimiento de los chilenos es lo que provoca el problema de las pensiones’. No pues. Eso es una cosa que molesta mucho, porque cómo puede ser que se mienta así”.
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