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“Hay que ver a los refugiados como una opción de mejora y no como un problema”

08 Junio 2017

Señaló en la Escuela de Derecho abogada e investigadora Emilia Larrachea en la Escuela de Derecho, quien trabajó con refugiados.

Comprender la situación de los refugiados o desplazados civiles que deben dejar su país de origen debido a una escalada constante de violencia terrorista o guerras civiles son verdaderos lecciones para la humanidad, ya que son ejemplos irrefutables del deterioro de un estado.

Así lo expuso la abogada e investigadora de la Universidad Internacional de Catalunya Emilia Larrachea al indicar que la llegada de los refugiados hacia los países de Europa es la consecuencia de conflictos armados entre estados o la rivalidad entre facciones de un estado que están en constante beligerancia. Larraechea intervino en una conferencia sobre personas desplazadas, invitada por el Departamento de Derecho Público de la Escuela de Derecho de la Universidad de Valparaíso.

“Lo que debería servir en este tipo de casos es que no debería ocurrir algo similar acá y en ninguna parte”, dice la experta, quien reconoce que lo sucedido en Europa se debe a un fallo en la legislación de la Unión Europea para resolver un sistema común de asilo y así no todos los estados asumen la problemática en forma homogénea.

Según explica Larrachea, una de las primeras normativas para racionalizar los procesos de solicitud de asilo en la Unión Europea es el Convenio de Dublín, que hace alusión a que un estado miembro se responsabiliza de los refugiados cuando ingresan por primera vez a Europa. Esta ley se aplica en toda una región geográfica que abarca 32 países.

Sin embargo, la investigadora señala que el convenio “partió de un concepto erróneo, ya que el solicitante de protección manifiesta un interés de destino y eso se obstruye cuando el interesado manifiesta interés por llegar a otro país distinto al que arribó por primera ocasión, junto a otros problemas que se han generado, como la pugna posterior a Dublín basada en la responsabilidad y determinación del estado miembro responsable del procedimiento, que no considera igualdad y repartición equitativa entre los estados, situación que el mecanismo de Dublín no considera”.

Como consecuencia, de acuerdo a la abogada, hay una falta de coherencia en el diseño del reglamento para los refugiados elaborado en la Unión Europea que afecta las normativas internas de los estados miembro.

No obstante, destaca la infraestructura informática y comunicacional que proporciona los datos de los ciudadanos que solicitan asilo conocido como Eurodac, base que contiene las huellas dactilares para identificar a los solicitantes de asilo en la primera instancia de arribo a un país europeo.

En relación al aumento de refugiados en Europa y la eficiencia de las normativas, la investigadora dice que “en la teoría, hay situaciones ideales como la repatriación voluntaria, que va a tener lugar exclusivamente cuando el sujeto de protección internacional sea refugiado y tengan la certeza que en su país de origen no va a sufrir persecución o tortura, pero es difícil de establecer esa realidad en casos como Siria o Ruanda, ya que aún existen refugiados que no han podido ser devueltos y que siguen en estado de espera”.

Larrachea admite que existe una cierta indiferencia de parte de algunas potencias sobre el actual estado de los refugiados, sobre todo para el caso de Siria. En la actualidad, los desarraigados son más de 65 millones en el mundo.

“Son los países hispanoamericanos los precursores de la institución del asilo y sería bueno que desde aquí nazca un proyecto o programa que ayude a solucionar este problema”, manifiesta la investigadora con experiencia en desarrollar estancias en campos de refugiados en Macedonia.