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Unipersonal “Pinochet Apócrifo” llega a la Sala Negra UV

20 Junio 2017

Obra interpretada por George Casanova se presenta este viernes 23 y sábado 24 de junio, a las 20:30 horas.

Relatos de momentos históricos entrelazados con política, ficción y humor negro, donde se recrean posibles procesos reflexivos y emotivos que lo llevaron a fundamentar su modo de violentar los Derechos Humanos en el país, en un recorrido que abarca desde el martes 11 de septiembre de 1973 hasta marzo del 2000, fecha en que retornó a Chile de Inglaterra. Ese es el hilo conductor de la obra “Pinochet Apócrifo”, unipersonal escrita y dirigida por Enrique Saldes, interpretada por el actor George Casanova, que se presenta este viernes 23 y sábado 24 de junio, a las 20:30 horas, en la Sala Negra UV, ubicada en Avenida Brasil 1647, Valparaíso.

Enrique Saldes, dramaturgo y director de la obra, señala que “el montaje toma como único personaje a Augusto Pinochet, quien le habla a su tropa, a su pueblo, tratando de explicar las razones de su accionar durante los diecisiete años como dictador y los años posteriores hasta dejar su vida pública. Es un personaje recluido en el tiempo y en la memoria de Chile, que se muestra impotente ante el destierro del alma nacional”.

Saldes asegura que la puesta en escena plantea “la conversación nunca revelada, la confesión imposible. Comparte relatos íntimos e históricos en momentos cruciales de su vida, su transformación en dictador, las enseñanzas que recibió de su padre, de Maquiavelo y Napoleón, sus alucinaciones con detenidos desaparecidos, entre otros”.

“El personaje tiene la característica de ser un apasionado cinéfilo, relatando escenas del cine mundial para explicar su actuar en la historia de Chile, develando un protagonista omnipresente hasta nuestros días, delirante y bélico que concede, obliga y valida abierta y silenciosamente la violación de los Derechos Humanos, instando la aparición de las perversiones de otros, además de la propia”, explica.

Invitación a reflexionar

El director indica que “la obra apela a la misión más antigua del teatro, consistente en expresar y manifestar, dándonos la posibilidad de reflexionar, analizar y evaluar. El personaje manifiesta nuestra responsabilidad de dejarlo entrar en nuestras vidas como país, endosando culpas y conductas con la frase `como yo…’”.

“La obra invita a reflexionar, a convocar nuestra memoria, una memoria dolorosa, frágil, acallada y cómplice en algunos sectores de la sociedad, para que el espectador pueda rememorar, cuestionar y reflexionar”, explica Saldes.