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Jaime Inostroza, el arquitecto UV que construyó su refugio en el desierto de Arizona

03 Julio 2017

Titulado en 2010, realizó un magíster en la Universidad de Taliesin, donde terminó la construcción en abril de este año.

Se tituló de arquitecto en la Universidad de Valparaíso en 2010 y viajó hasta el desierto de Arizona, en Estados Unidos, porque quería conocer los principios fundamentales de Frank Lloyd Wright (1867-1959), considerado uno de los principales maestros de la arquitectura del siglo XX, precursor de la arquitectura orgánica. De esa forma llegó a Taliesin West, la casa estudio y escuela de Wright, donde cursó su Magíster en Arquitectura, titulándose el año pasado.

Para finalizar sus estudios debió construir, solo, un refugio de quince metros cuadrados en pleno desierto de Arizona, con madera de cedro. Es Jaime Inostroza, quien retornó a la Escuela de Arquitectura UV para contar sobre sus años en Taliesin a los estudiantes y académicos, antes de viajar para radicarse en San Francisco, Estados Unidos, donde fue recientemente contratado por una importante firma de arquitectura.

Laboratorio experimental

Inostroza explica que “Taliesin West es el lugar donde Frank Lloyd Wright construyó su campus y se transformó en un laboratorio experimental en el desierto. Cuando llegué a estudiar ahí una de las opciones era hacer el refugio y construir algo en el desierto, lo cual era mi gran anhelo. A partir de eso hubo un proceso largo para llegar a la construcción, que terminé en abril de este año”.

“La Escuela tiene un programa que entrega cerca de dos mil dólares para la construcción del refugio, y hay que hacerlo solo, no hay talleres ni alumnos: es uno y el lugar, hay que tener inteligencia de entender qué se puede hacer con los recursos y la propia fuerza. Nunca antes en mi vida había hecho algo así, pero con pasión y voluntad se puede hacer”, señala.

Y a pesar del sacrificio, el arquitecto justifica su elección. “Elegí Taliesin West porque Frank Lloyd Wright es considerado uno de los mejores arquitectos de Estados Unidos, quería entender sus principios, comprender cuál era su geometría y cómo emplazaba sus edificios”, afirma.

Construcción sustentable

Sobre su refugio, Inostroza asegura que es “una construcción muy simple, se trata de elevar un volumen como una logia italiana que queda suspendida y tiene una procesión muy importante que son las piedras del desierto, es muy sustentable”.

El refugio está construido con madera de cedro que tuvo que llevar desde California. “Elegí el cedro porque puede durar veinticinco años. El desierto es muy fuerte, muy gravitante, porque destruye fácil, te mata; el cedro es una madera muy densa y pesada, mi intención fue solamente barnizarla y amplificar su vetado”, explica.

Según apunta Inostroza, “el refugio es usado por los estudiantes cuando llegan a Taliesin, aunque también pueden dormir en el carrusel, que es el área de dormitorio para alumnos. Pero generalmente por norma uno está obligado a dormir en refugios por siete meses, se convierte en la casa”.

Entender el exterior para construir el interior

Uno de los aprendizajes de Jaime Inostroza fue comprender la esencia de Taliesin: “Frank Lloyd Wright decía que para construir un interior uno debe entender el exterior. Entonces todos, discípulos y aprendices, se iban al desierto y levantaban sus efímeras construcciones. De ahí viene la tradición que parte en 1938 con John Laudner, es una tradición de experimentación larga”.

Sobre sus proyectos actuales, agrega que “estaba muy interesado en entrar a trabajar a una firma en San Francisco, a la cual postulé y afortunadamente quedé. Yo creo que la evaluación positiva se debió más que nada al refugio y mis dibujos. Les gustó mi trabajo y ahora parto a trabajar allá”.

En cuanto a su conferencia en la casona de Atkinson frente a estudiantes y académicos de la Escuela de Arquitectura UV, señala que “es bien emocionante, en esta sala me titulé, me despedí del mundo académico y entré al mundo laboral. Es bueno volver a casa, uno siempre tiene que ser generoso con los conocimientos y si puedo abrir nuevas avenidas o puertas para los estudiantes, me doy por pagado”.