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Profesor Guillermo Avendaño representa a Latinoamérica en congreso internacional de Ingeniería Biomédica

10 Julio 2017

Académico participó además en congreso sobre la especialidad en Colombia y dictó módulos de un diplomado en Bolivia.

Guillermo Avendaño, académico de la Escuela de Ingeniería Civil Biomédica UV, participó recientemente en el congreso internacional de la especialidad realizado en Finlandia EMBEC 2017/IFBME, donde asistió en calidad de representante de Latinoamérica, junto a sus pares de Asia, Africa, Europa y Estados Unidos. El profesor además expuso en el Congreso Internacional de Ingeniería Clínica CONIIC, realizado en Colombia, y dictó un módulo del diplomado de la especialidad impartido por la Universidad del Valle, en Cochabamba, Bolivia.

Durante la realización del congreso internacional de Finlandia, se reunió la Federación Mundial de Ingeniería Biomédica y su Comité Ejecutivo, integrado por Avendaño y otros tres representantes de diversas zonas del mundo. “Viajé con los votos de países como Brasil, Colombia, Cuba, México, Uruguay, Argentina, Ecuador y Paraguay, quienes me dieron el poder para tomar decisiones estratégicas en el desarrollo de la ingeniería biomédica”, explica.

Entre esas decisiones comenta Avendaño que se cuenta “incorporar tres organismos de Asia, cuatro de África y uno de Latinoamérica, financiar una escuela de verano en Colombia para distintos países de la región, trabajar sobre temas de formación en ingeniería biomédica y apoyar la realización del Segundo Congreso Mundial de Ingeniería Clínica que se realizará en Sao Paulo, durante septiembre de este año”.

Colaboración con África

Sin embargo, uno de los logros más importantes es que Avendaño espera establecer un convenio de colaboración con Mario Forjas, su par de África, para donar algunos de los diseños de los equipos que los estudiantes de Biomédica UV construyen en los laboratorios.

“De manera muy ingeniosa los estudiantes construyen equipos, que no prueban en personas, pero que sí deben demostrar que funcionan, como electrocardiógrafos, espirómetros, electroestimuladores, incubadoras, balanzas de precisión, centrífugas y espectrofotómetros, para finalizar con un equipo de RX. A lo largo de la carrera van desarrollando habilidades que al final les permiten construir equipos, lo cual es obligatorio dentro del laboratorio, y eso la gente en África lo necesita”, agrega.

Avendaño añade que “en la carrera no compramos laboratorios estereotipados o grandes marcas de equipos didácticos usados sólo para demostración y eso es muy valorado por nuestros graduados, porque cuando salen al mundo laboral conocen de equipos médicos reales y son muy bien evaluados por eso. Esta práctica llegó a gente de otros países y el representante de Africa nos pidió colaboración para suministrar gratuitamente la experiencia”.

Evaluación Tecnológica en Salud

Uno de los temas que expuso Avendaño como conferencista magistral durante su participación en el congreso de Medellín versó sobre la evaluación tecnológica en salud.

“Entidades como la Organización Mundial de la Salud, la Federación Mundial de Ingeniería Biomédica y el Colegio de Ingenieros Clínicos de Estados Unidos están impulsando la necesidad de hacer evaluación en tecnología antes de adquirirla, cosa que preocupa al gobierno de Chile, pero que en nuestro país se hace de forma incompleta”, asegura.

“Se aplica sólo en estudios económicos, pero la evaluación tiene que estar orientada además a la parte clínica y técnica. Lo primero que debe importar son las necesidades desde el requerimiento de lo clínico, luego viene lo técnico, con los ingenieros y especialistas, y por último está la visión económica. El tema es que cuando solo se hace el análisis económico puede ser peor o más caro”, señala.

Formación en Ingeniería Biomédica

En el mismo congreso el profesor participó en un debate sobre la formación en ingeniería biomédica. “En algunos países hay carencia y en otros hay deformación de la carrera. En el mundo la ingeniería clínica debe ser ejercida por un biomédico. Entre el 60% y 70% de nuestros graduados realiza ingeniería clínica ya que en Chile no hay industria. Aunque saben de diseño, nuestros ingenieros no fabrican equipos, no participan en investigaciones de nuevos fármacos, en nanotecnología ni biomateriales, pero tienen alta competencia en equipamiento e informática en salud”, explica.

Avendaño agrega que “la demanda es tan alta porque las escuelas de Ingeniería Biomédica han eliminado la parte clínica. En Estados Unidos hay una carencia de 30 mil ingenieros clínicos y otros estudios los sitúan en 65 mil. Hay propuestas para convertir a otros profesionales en clínicos, lo cual serían un desastre. Por eso vieron con buenos ojos lo que hacemos en la UV, el enfoque de formar gente en clínica ha servido, ya que los profesionales deben saber de equipamiento y bioinstrumentación. Nuestros graduados encuentran trabajo en el mundo hospitalario haciendo clínica basada en el conocimiento de la tecnología y eso nos posiciona”.

En tanto que en la Universidad del Valle, el académico estuvo a cargo de un módulo del Diplomado Internacional en Ingeniería Clínica, el cual tuvo una duración de dieciocho horas. “Fue una experiencia muy relevante y esperamos seguir fortaleciendo el vínculo con el país vecino”, explica.