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Docentes y alumnos de Trabajo Social realizaron conversatorio sobre salud mental

06 Septiembre 2017

Participaron en este análisis interdisciplinario un médico siquiatra, un sociólogo e investigador, un sicólogo y un trabajador social.

“Salud mental, ¿dónde? Voces ciudadanas para las nuevas políticas”, se denominó el conversatorio que se realizó en el Aula Mary Richmond de la Escuela de Trabajo Social, con la participación de profesionales de distintos ámbitos del sector salud y social de la Quinta Región.

Esta actividad estuvo organizada en conjunto por los docentes de la Escuela de Trabajo Social UV Ketty Cazorla y Leonardo Oneto y las estudiantes Carolina Gallardo, Cecilia Rojas, Romina Pulgar y Nathaly Fleming, con la motivación de debatir sobre la propuesta del Ministerio de Salud del Plan Nacional de Salud Mental.

El comité organizador explicó “este nuevo hito en la política de salud mental representa una oportunidad para dotar de recursos e instrumentos eficientes a los dispositivos de atención para elevar el nivel de bienestar entre aquellos chilenos y chilenas que presenten algún factor de riesgo o necesiten promover su propia salud mental. Trabajo Social, como profesión, forma parte de los equipos interdisciplinarios que se encuentra en cada uno de los dispositivos de la red sanitaria de salud mental y, sin duda, se ve interpelado por la actual contingencia respecto los cambios en esta política pública”.

Los panelistas invitados fueron el asesor en salud mental del Subdepartamento de Apoyo Transversal y Articulación de la Red del Servicio de Salud Valparaíso-San Antonio, el sicólogo Francisco Muñoz Martínez; el médico psiquiatra del Hospital Gustavo Fricke de Viña del Mar doctor Alfonso Aroca; el trabajador social del Colectivo Salud Mental y Trabajo Social del Servicio de Salud Viña del Mar-Quillota Ramón Aguilar, y el doctor en Ciencias Humanas, sociólogo, académico e investigador de la Facultad de Humanidades UV, además de presidente de la Corporación ANUSSAM y representante de la región de Valparaíso en el Consejo Nacional de la Sociedad Civil del Ministerio de Salud, Jorge Chuaqui.

Al inaugurar la actividad, la directora de la Escuela de Trabajo Social UV, doctora Elena Salum, manifestó que “debemos interpelar al Estado para que dé respuesta efectiva a la situación que enfrenta el país en temas de salud mental. Se debe aumentar el gasto del sector, que actualmente llega sólo al 2,4% del presupuesto de Salud en general, mientras que el rango internacional aconseja destinar un mínimo del 10% del presupuesto de Salud en el área de salud mental”.

El sicólogo Fernando Muñoz dio un informe detallado del Plan de Salud Mental 2017-2025 planteado por el Ministerio de Salud y sus objetivos, recordando que desde el año 1990 en adelante se trabaja en un modelo de salud mental comunitaria, con las personas dentro de sus comunidades, rompiendo con el antiguo esquema de salud mental intrasubjetivo, que se enfoca en la mente de los individuos, tratándolos como enfermos y concentrándose en tratamientos médicos parcializados.

“Actualmente, el modelo de salud mental que se aplica es familiar y comunitario, que es la manera en que se debe entender la salud. Es un modelo biosicosocial y no sólo biomédico. La mirada no se centra en una enfermedad solamente, sino que en que se puede ser portador de una enfermedad crónica severa, como la esquizofrenia, la bipolaridad, la depresión, pero llevando al mismo tiempo una óptima calidad de vida, tal como lo pueden hacer quienes tienen diabetes y otras enfermedades físicas crónicas”, manifestó Fernando Muñoz.

En tanto, el médico psiquiatra Alfonso Aroca explicó que él ha investigado el tema de la estigmatización a los pacientes de enfermedades mentales y que al respecto se refiere profusamente en el artículo de su autoría titulado “Espacios de la locura. El péndulo de la historia”, que está disponible en internet.

El facultativo, que se ha desempeñado en dos hospitales siquiátricos de la región, señaló que “Chile es uno de los países más depresivos del mundo, pero parece que el más feliz de América Latina. Somos un país que se queja mucho, que busca culpables a todo y esperamos que todo provenga del Estado. Hay muchos pacientes que buscan jubilar por discapacidad, por ejemplo, por atravesar una depresión, sin embargo de eso se puede salir y retomar una vida normal”.

Hay que reconocer también, agregó, “que hay familiares que piden encerrar para siempre dolencias mentales y lo único que hacen los hospitales siquiátricos es aislar, segregar y estigmatizar a estos pacientes. La población tiene temor de las personas con dolencias mentales y no sólo la comunidad, sino que los propios equipos médicos. Por ejemplo, en hospitales generales, como el Fricke, no hay camas siquiátricas”.

El doctor Aroca puntualizó que su propuesta es que no existan unidades siquiátricas segregadas y que a quienes presenten dolencias mentales se les evite hospitalizar, excepto que sean casos de gravedad.

Por su parte, el investigador y sociólogo Jorge Chuaqui, manifestó que es partidario de que se aplique el tratamiento de siquiatría comunitaria, expresada a través de centros de rehabilitación o talleres protegidos, lo que a su juicio es mejor a que la persona con dolencias mentales quede encerrada en su propia casa sin socializar.

Según investigaciones llevadas a cabo por el académico, esta experiencia terapéutica les agradaba a los pacientes, ya que podían trabajar en aquello que les gustaba y sentían que podían ser útiles y capaces de aportar a la sociedad, lo que a la vez, “cumple el objetivo de sacar a la persona del encierro o del núcleo familiar. Es positivo en cierto sentido, pero falta el paso siguiente: procurar un trabajo digno para estas personas, con ingresos suficientes, que no las hagan seguir dependiendo de su familia de origen y que les den una oportunidad de tener autonomía y decidir por sí mismas”.

El doctor Chuaqui explicó que en el medio laboral, “se harán de amistades y de otras relaciones sociales primarias, mientras que en la casa, la persona se siente limitada. Hay que empoderar a los pacientes para que puedan tomar decisiones propias y este sistema es mejor que estar en un hospital siquiátrico, tienen más libertad y al mismo tiempo reglas que las personas se verán obligadas a respetar”.

Finalmente, el trabajador social Ramón Aguilar explicó que la iniciativa de formar el colectivo Trabajo Social y Salud Mental en el SSVSA respondió a que la primera disciplina “siempre quedaba en el aire en las reuniones de redes primarias de salud mental y otros profesionales empezaron a asumir nuestras funciones, como realizar visitas domiciliarias y entrevistas sociales, por lo que pensamos que debíamos reposicionar nuestra profesión en el área de la salud mental”.

Agregó que en el campo del trabajo social “rescato cuatro oportunidades a desarrollar en salud mental, que son la crítica al sistema poco integral al tema, pues no le compete abordarlo sólo al Estado, sino que corresponde a un proceso social; la declaración de que el modelo de determinantes sociales, como factores sicosociales y modo de vida, son fundamentales para entender la salud mental; dar un enfoque de derechos humanos al problema, de acuerdo a estándares internacionales y que propenda al empoderamiento del paciente para que sea capaz de tomar decisiones autónomas, y establecer redes integradas y temáticas, incluyendo componentes socioculturales al plan comunitario de salud mental”.

Posteriormente a las exposiciones se desarrollaron talleres grupales de conversación y debate con los asistentes y finalmente se efectuó un plenario y una síntesis de los relatores y moderadores, que fueron los profesores Katty Cazorla y Leonardo Oneto.