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Premio Nobel de Medicina 2017 visitará la UV en noviembre

02 Octubre 2017

Se trata del profesor Michael Rosbash, quien obtuvo el galardón junto a sus colegas Jeffrey C. Hall y Michael W. Young.

Desde hace décadas la mosca Drosophila (o mosca del vinagre) ha sido un excelente modelo de experimentación que hoy dio su más importante fruto: gracias al estudio de su sistema nervioso central (cuyo ADN es muy parecido al del ser humano), los investigadores Michael Rosbash, Jeffrey C. Hall y Michael W. Young lograron desentrañar los mecanismos moleculares que regulan el ritmo circadiano, más conocido como el reloj biológico, y ese estudio les valió a estos tres científicos estadounidenses obtener el Premio Nobel de Fisiología o Medicina 2017, anunciado hoy.

El doctor John Ewer, investigador del Centro Interdisciplinario de Neurociencia de la Universidad de Valparaíso, los conoce de cerca, ya que realizó su programa de doctorado (1985-1990) en la Universidad de Brandeis, Boston, Massachusetts, Estados Unidos, junto a Jeff Hall y Michael Rosbash (tutor y co-tutor, respectivamente), con ambos publicó algunos de los trabajos iniciales que contribuyeron a la obtención de este galardón.

El doctor Ewer retornó a Chile y continuó su línea de investigación en ritmos circadianos en la Universidad de Valparaíso y su último estudio se publicó en la revista Nature Communications (julio 2017), sobre la jerarquía y funcionamiento de estos importantes relojes.

John Ewer confirmó la visita del profesor Rosbash a la Universidad de Valparaíso, para participar en el XIV Latin American Symposium on Chronobiology 2017 (LASC 2017), el próximo 14 de noviembre, evento que por primera vez se realiza en Chile y que organiza el CINV.

El doctor Rosbash asistirá al encuentro científico como expositor invitado, junto a reconocidos científicos del área.

Durante su estadía en Valparaíso, el doctor Rosbash participará del taller “Modelos Neuronales de Fisiología Rítmica”, el miércoles 15 de noviembre, desde las 10 horas; y ofrecerá una conferencia pública, el viernes 17, desde las 9 horas. Ambas actividades tendrán lugar en el Parque Cultural de Valparaíso (ex Cárcel).

“Les dieron el Nobel porque son los descubridores de los engranajes moleculares, que explican cómo funcionan los relojes biológicos. Y sabiendo el funcionamiento nos permitirá entender cómo se genera el ciclo”, explica el doctor Ewer.

Tal como lo explicó el doctor Ewer, estos relojes existen en todos los animales y plantas, y son el resultado de la evolución del planeta, que tiene cambios diarios de luz y temperatura.

“Esos cambios generan un impacto muy grande en la fisiología de los seres vivos. Si bien se sabía que estos relojes existían hace mucho tiempo, se desconocía cómo funcionaban”, aseguró.

El investigador agregó que lo excepcional del funcionamiento de estos relojes es que la mayoría de los procesos bioquímicos duran milisegundos y un ciclo de 24 horas bioquímicamente es casi imposible pensarlo.

Además, estos relojes trabajan independientemente de la temperatura. A medida que sube la temperatura todas las reacciones biológicas aumentan su velocidad. Sin embargo, estos relojes tienen la “gracia” bioquímica que funcionan a temperatura compensada. “Es decir, a medida que sube la temperatura, compensan y trabajan igual de bien”, afirmó.

El doctor Ewer continuó diciendo que los relojes están muy conservados en todos los animales.

“El reloj del ser humano es igual al de la mosca. La diferencia entre uno y otro es similar a la que existe entre una micro y un auto. Tienen los mismos componentes, sólo que son de distintos tamaño y forma, pero biológicamente son homólogos. La misma molécula se presenta en la versión mosca y en la versión humana.

Estos relojes afectan a toda actividad del ser humano, regulan muchos procesos fisiológicos e imponen una ritmicidad diaria a numerosas funciones, por ejemplo al sueño y a la vigilia, pero también aquellas relacionadas con ritmos fisiológicos, metabólicos y hormonales (como las del crecimiento, la pérdida y baja de peso y las asociadas al estrés, por ejemplo). Todo está ligado al buen funcionamiento del reloj biológico”, concluye.