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“Si Violeta Parra hubiese sido considerada en su valía, habría estado entre los intelectuales de los ’50”

28 Noviembre 2017

Afirma doctora Patricia Díaz, expositora en las Quintas Jornadas Musicales Tomás Lefever.

“Violeta Parra: ¿Subversión, diferencia o vanguardia? El acto intelectual ejercido desde el borde” es el tema que desarrolló Patricia Díaz, exdirectora de Extensión de la Biblioteca Nacional, en su conferencia en el Centro de Extensión de la Universidad de Valparaíso, en el marco de las Quintas Jornadas Musicales Tomás Lefever, que organiza la carrera de Pedagogía en Música de la casa de estudios.

Doctora en Estudios Americanos, con mención en Pensamiento y Cultura, Patricia Díaz fue curadora de la muestra “Yo canto la diferencia: Violeta Parra, poesía y voz”, presentada este año en la Biblioteca Nacional. Respecto de por qué su conferencia abordó a la artista “desde el borde”, explicó: “Pienso que si Violeta Parra hubiese sido considerada realmente en su valía, habría estado en el canon de los intelectuales de los años ’50, los que llamaron el boom latinoamericano en términos de los escritores, de los que pusieron a la literatura en el ámbito de la política grande, de los intelectuales que participan de la revolución en América Latina, de ese cambio social que se venía después, que se proyecta en los ’60”.

Sin embargo, Violeta Parra no fue considerada parte de ese grupo. “Por varias razones —indicó la expositora—, una de ellas es la de género evidentemente; otra es que viene desde la ‘cultura popular’, entre comillas, y por lo tanto no es considerada en el ámbito intelectual. Aun cuando ya estaba inserta, a propósito de la invitación de su hermano a participar de su grupo de amigos. Ella tiene un discurso y además una creatividad que recién ahora se está descubriendo, por así decirlo, que hasta el mismo Nicanor Parra dice que su hermana es superior a él en su poética; también Neruda tenía cierto celo de lo que se venía con esa persona tan especial que estaba conociendo. Por eso digo desde el borde, la intelectualidad desde el borde”.

Respecto de si a Violeta Parra le hubiera gustado estar en ese grupo de élite o hubiese preferido quedarse fuera de él, Patricia Díaz fue clara: “Yo creo que ambas cosas. Porque ella sí se sabía lo que ella era, lo tenía súper claro. Por eso que se enojaba, golpeaba puertas, se ponía rabiosa. Ella sabía quién era ella, lo que decía, y tenía su valer. (…) Cuando ella recibió el Premio Caupolicán el año ‘54, ella estaba feliz, porque sentía con eso que efectivamente la estaban considerando. Pero por otra parte, ella tiene muy claro que ella es del pueblo; tiene muy claro que ella no está en pose ni está en una situación de élite o de ghetto, qué se yo, de una instancia sesgada, de grupos. Por eso incluso ella insiste tanto en fusionarse con el pueblo, con el público, con la gente, con las personas. Lo que ella intenta hacer es justamente que el pueblo esté en la élite, si lo llamamos así, con nuestros vocablos. Ella lo que quiere hacer es que todo sea parejo, nivelado. Hoy día llamaríamos equitativo, igualitario”.

La conferencia, moderada por la profesora Ximena Soto, consideró la actuación de la Camerata Vocal de la Carrera de Música de la Universidad de Valparaíso.