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Futuros ingenieros civiles industriales ponen a prueba su ingenio con Puentes de Papel

17 Abril 2018

Actividad busca desarrollar competencias como trabajo en equipo, autoaprendizaje y habilidades disciplinares.

Ochenta hojas de papel tamaño carta y un tubo de pegamento fueron los únicos materiales que usaron los estudiantes de primer año de Ingeniería Civil Industrial para crear sus puentes de papel, estructuras de 110 centímetros de largo máximo que debieron ser capaces de resistir tres kilos y medio para obtener una nota igual a cuatro, para luego ir soportando cargas sucesivas de quinientos gramos y así aumentar su calificación.

Antes de someterlos a las cargas, los puentes fueron pesados por los profesores, para evitar que en su interior contuvieran elementos que no están permitidos en el trabajo, como madera, alambre, plástico, metal u otro tipo de pegamento, que podrían ser usados para hacerlos más resistentes.

La actividad, realizada en pleno bandejón central de la avenida Brasil en Valparaíso, reunió a 120 estudiantes de la asignatura de Introducción a la Ingeniería Industrial, quienes pusieron a prueba sus creaciones, trabajando en grupos de cinco o seis alumnos. Esta es la tercera versión de los Puentes de Papel, actividad vinculada a la innovación curricular de la escuela por medio de la aplicación de metodologías de aprendizajes activos, la cual se desarrolla de forma paralela con el Campus Santiago UV.

Competencias y habilidades

Erik Schulze, académico de Ingeniería Civil Industrial a cargo de la actividad, señaló que “este ejercicio está vinculado al modelo educativo UV, donde hay innovación curricular y metodología de aprendizajes activos. Desde el punto de vista de las competencias, se busca desarrollar aspectos como trabajo en equipo, que es uno de los ejes transversales en el proceso; autoaprendizaje, porque en un principio se les da ciertos indicios, pero ellos tienen que buscar información sobre cómo hacer este puente, y después las competencias específicas que tienen ver con modelamiento y matemática”.

“Con este tipo de metodologías activas lo que uno busca son resultados, pero no solo del punto de vista del contenido por el contenido, sino que tratando de desarrollar competencias”, agrega.

Cabe destacar que la práctica de los Puentes de Papel siempre tiene una segunda instancia, en especial para aquellos grupos cuya construcción no resistió el peso mínimo. “Buscamos una mejora del proceso anterior mediante una clase magistral donde se les enseña a los estudiantes sobre la resistencia del puente y de esa forma, hacer una segunda prueba”, explica Schulze.

Además el trabajo se complementa con una bitácora donde está todo el proceso redactado. “Se evalúan las competencias de redacción y comunicación, así como también la presentación completa del proyecto. Todo lo anterior permite finalizar con una evaluación que mide el desarrollo de los alumnos en relación a lo exigido”.

Resistencia a toda prueba

La tercera versión de los Puentes de Papel concitó gran interés de los estudiantes de Civil Industrial por ver cómo se comportaban las estructuras al ser sometidos a cargas sucesivas.

Quince kilos fue el record que resistió uno de los puentes, obteniendo una de las calificaciones más altas. Correspondió al grupo a cargo de Sebastián Belmar, quien expresó que “la construcción la hicimos en colaboración con varios estudiantes de la Universidad de cursos superiores que nos fueron ayudando con varias ideas. Intentamos muchas veces, pero todas fueron erróneas. Afortunadamente, dimos con la fórmula que nos dio resultado”.

Felipe Cabrera, estudiante de primer año, señaló que “el puente que hicimos con nuestro grupo se basó en triángulos equiláteros que distribuyen de mejor manera el peso. También tratamos de usar las vigas de abajo y de dejarlas de forma paralela para buscar una mayor resistencia entre ambas”.

En tanto, Pía Soto, indicó que “intentamos hacer un modelo que pudiera darle más peso a los soportes que dejamos de cinco centímetros, para que todo el peso quedara en las esquinas y no dentro de la estructura y así tuviera menos posibilidades de hundirse”.

Mientras que Emilio León explicó que “el grupo trabajó un puente en pirámides, tratando de distribuir el peso de arriba. Es una estructura basada en tres columnas principales y muchas columnas secundarias para tratar de distribuir el peso”.