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La teoría de la historia y los usos públicos del pasado

27 Abril 2018

Tema fue revisado en encuentro convocado por el Instituto de Historia y Ciencias Sociales UV.

Con una jornada de trabajo en la Universidad de Valparaíso y otra en la Universidad Católica Silva Henríquez, en Santiago, se desarrolló el Primer Encuentro de Teoría de la Historia “Representación histórica y nueva experiencia del tiempo”, actividad que contó con la participación de los conferencistas María Inés Mudrovcic, de la Universidad Nacional del Comahue, Argentina, y Sergio Rojas, de la Universidad de Chile.

Según explicó Pablo Aravena, director del Instituto de Historia y Ciencias Sociales de la UV, respecto de la relevancia de abordar este tema, “desde hace unos treinta años, la teoría de la historia, de ser un subcampo secundario, ha pasado a ser protagónico, y eso tiene que ver con que el mundo contemporáneo tiene muchos problemas con su pasado. Por lo tanto, el campo de la teoría de la historia no tiene que ver con una reflexión que exceda la disciplina, sino que tiene que ver con los usos públicos del pasado, y eso tiene que ver con memoria, Derechos Humanos, patrimonio, enseñanza de la historia, etcétera”.

El tema, añadió, “es global, y tiene que ver con todo un movimiento que se desprende a partir de los debates del juicio de Eichmann; tiene que ver con la postguerra, con la transparentización de la Shoá pero también del gulag: tiene que ver con un ajuste de cuentas con el pasado. La autora francesa Annette Wieviorka habla de la ‘era del testimonio’: hay una suerte de ajuste de cuentas con el pasado, pero que ha hecho época, no se restringe a los márgenes disciplinarios”.

Cambio en la experiencia del tiempo

María Inés Mudrovcic, profesora titular de Filosofía de la Historia de la Universidad Nacional de Comahue (Argentina), cuya conferencia se tituló “Experimentar el tiempo, escribir la historia”, también se refirió a la importancia de analizar la teoría de la historia desde la nueva experiencia del tiempo.

“Es un tema —explicó— que está siendo abordado desde diferentes perspectivas en muchos lugares del mundo, sobre todo porque estamos en un momento en que la experiencia del tiempo está cambiando, estamos viviendo en un presente muy acelerado. Si uno, por ejemplo, compara la experiencia del tiempo de nuestros abuelos o de nuestros padres, pareciese que el presente transcurría más lentamente, había una expectativa de futuro y uno pensaba en el futuro como progreso; ahora sobre el futuro se ha producido una cerrazón, hay una especie de preocupación acerca del futuro, el presente parece que transcurre mucho más acelerado, estamos como mucho más de prisa”.

A ello se añade que “tenemos un pasado que todavía no termina de pasar porque no enterramos a nuestros muertos. Sobre todo en Latinoamérica, también en España, en Europa, con todas las catástrofes que han ocurrido en el siglo veinte, que han creado la figura de crímenes de lesa humanidad. Parece que el presente nuestro no ha terminado de cerrar ese pasado, entonces los muertos parece que como que conviven con nosotros, y al no tener cerrado ese pasado tampoco podemos proyectar políticamente un futuro que nos interese”.

Es por ello que la historia cumple, agregó, “un rol muy importante, porque no es la misma historia que se enseñaba, que era una historia casi feliz yo diría, porque era una historia de héroes del pasado, en donde nos contaban los orígenes de las naciones, cómo habían surgido… En cambio ahora el pasado de la historia es un pasado pesado, es un pasado difícil de contar porque no está resuelto. Entonces produce en nuestro presente tensiones que están vivas. Ese creo que es el nudo fundamental de una reunión como esta”.

Entonces, el historiador, “como todo intelectual entrenado, tiene un pensamiento crítico, que le permite tener una mirada retrospectiva del pasado. Y en algunos casos —no siempre— un mejor análisis de ese presente. Aparte, con la responsabilidad de ser historiadores y también historiadores docentes, porque una Facultad como la de la Universidad de Valparaíso forma historiadores para una escuela media, para una escuela primaria. Entonces el rol de cómo contar ese pasado no pasa solamente por una cuestión disciplinar, sino por una cuestión política y una cuestión ética”.