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“Queremos reconstruir la historia de cómo se ha creado la República de las Letras”

02 May 2018

Pura Fernández, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España, presentó en la UV el proyecto iberoamericano Edi Red.

El rol de los editores y las editoriales en la construcción de los modelos de lectura de toda Iberoamérica es el tema que expuso en la Universidad de Valparaíso Pura Fernández, profesora de Investigación del Instituto de Lengua, Literatura y Antropología del Centro de Ciencias Humanas y Sociales del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España (CSIC).

Pura Fernández dictó la conferencia “Cartografías digitales: el proyecto Editores y Editoriales Iberoamericanos y el portal académico Edi Red” (disponible en http://www.cervantesvirtual.com/portales/editores_editoriales_iberoamericanos/). La actividad se enmarcó en el proyecto Fondecyt “Tomarse la palabra: mujeres editoras en el campo cultural chileno, 1875-1930”, de la doctora Claudia Montero, del Instituto de Historia y Ciencias Sociales de la Facultad de Humanidades.

Levantamiento de un mapa

¿Qué es la cartografía digital editorial hispanoamericana? Lo explica Pura Fernández: “Es crear un mapa digital en el que uno pueda conocer la trayectoria de los sellos editoriales, centrados en literatura, en la edición literaria, a través de los países y de los continentes. Es decir, aquellas editoriales que se han publicado en español primeramente, y en otras lenguas peninsulares, como el catalán, el gallego y el vasco, y en portugués, o sea, cubrimos la lusofonía. Y lo que queremos es reconstruir la historia de cómo se ha creado la República de las Letras”.

En principio, la cartografía cubre desde 1800 hasta la actualidad. “Cubrimos el área impresa en papel y también digital. Es un reto ambiciosísimo, que solamente se puede concebir desde la perspectiva digital, a través de la colaboración de muchos centros investigadores y grupos de trabajo que están en cada uno de los países (en Chile, Colombia, México, Argentina, Costa Rica…), pero también con otros equipos transversales que trabajan, por ejemplo, el área de la literatura infantil y juvenil, el área de la producción editorial en chicano, lenguas indígenas… Es un mapa de una ambición extraordinaria, pero los recursos de internet y de las humanidades digitales —las bases de datos de trabajo colaborativo on line— nos permiten afrontarlo”.

El proyecto Edi Red partió hace casi dos años, y no se sabe por cuánto tiempo se prolongará. Indica la investigadora: “Lo que hay en el portal actualmente es un diez o un quince por ciento de lo que vamos a conseguir. En este espacio corto de tiempo hemos tenido más de 250 mil visitas de todas partes del mundo y tenemos una media de unos ocho mil, nueve mil visitantes”. Destaca asimismo el material original para el portal: videos con entrevistas de editores, microartículos dedicados a sellos editoriales, a editores, a editoras, a colecciones literarias, memorias de editores, “que está renovándose continuamente, cada mes subimos nueva documentación”.

Múltiples equipos

El portal Edi Red, destaca Pura Fernández, “es de libre acceso, es gratuito, es abierto, y estamos creando equipos que están recuperando información sobre la historia literaria y cultural de los países, de los distintos idiomas que he mencionado, pero también la historia editorial de cada nación. Por ejemplo, en Chile ya tenemos un equipo que está en la Universidad de Chile y en la UNAB, que ha hecho el primer texto sobre historia editorial chilena. Y son equipos que están creando sus propios recursos, están consiguiendo financiación, y sobre todo están formando nuevos investigadores”.

En cuanto al financiamiento de esta gran red, explica la académica que “el principal coste es tecnológico. Es un portal muy elaborado técnicamente, pero eso nos lo ofrece la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, que es el recurso cultural en español más consultado de internet, y que permite que desde cualquier aldea española, desde cualquier aldea de Perú, de Chile, cualquiera pueda leer estos textos en español gratuitamente. Ellos nos dan su plataforma tecnológica y además trabajan en torno de la web semántica, que es algo que nos enriquece mucho a la hora de trabajar”.

Lo que hace entonces el grupo internacional de investigadores de Edi Red “es la generación del material, de los instrumentos de trabajo: las entrevistas, los artículos, las investigaciones, la bibliografía; todo ese tipo de material lo generamos nosotros, la Biblioteca Virtual Cervantes lo sube a internet. Lo que intentamos es que cada equipo genere sus propios recursos de investigación. Y lo están consiguiendo: Chile ha conseguido financiación, en Brasil han conseguido financiación, en Uruguay han conseguido financiación”.

Área poco abordada

La historia editorial no es muy estudiada. Señala Pura Fernández: “Es un área muy poco conocida, porque en el mundo de la academia no forma una disciplina. Tenemos especialistas en historia, en sociología editorial, en literatura, en periodismo, en medios de comunicación. Entonces es un área muy interdisciplinar, muy de frontera. Y es lo bueno, porque estamos enriqueciendo mucho la investigación desde ángulos muy diferentes”.

El trabajo de Edi Red, entonces, viene a conectar a investigadores de diferentes ámbitos y a la empresa. “La plataforma navegable es la Biblioteca Virtual Cervantes, pero el proyecto se lidera desde el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, en Madrid, que es donde yo trabajo, pero a partir de una estructura de red, de equipos que tenemos en todas partes del mundo. Ya hemos tenido dos encuentros con los coordinadores de cada uno de estos grupos, absolutamente enriquecedores y es muy estimulante de verdad, porque estamos en contacto el mundo de la academia y de la investigación con el mundo de la empresa editorial. Estamos visibilizando la labor de sellos que han cambiado el panorama de lectura en el país, que es casi heroico muchas veces cómo sacan adelante sus proyectos, y estamos visibilizando no solamente a los grandes grupos —como el grupo Planeta, que tiene decenas de editoriales dentro de su propios sello editorial en ambos lados del Atlántico—, sino también los que se llaman editores independientes y las editoriales cartoneras”.

Los editores y los invisibles

La cartografía permitirá visibilizar a actores que quedan habitualmente fuera del mundo editorial oficial, “porque los mapas lo que hacen es trabajar el diseño de algo, pero nunca puede ser a escala. O sea, los mapas son muy convencionales; cuando uno piensa en el mapa editorial chileno, pues a lo mejor no se me ocurre pensar que hubo un Santos Tornero, que era un editor de origen español que se instaló en Valparaíso, que llevó a cabo unos proyectos editoriales absolutamente importantes para la evolución de la cultura chilena. O El Mercurio, no solamente editando prensa sino libros independientes. Yo siempre comento que hace unos años, investigando la primera edición de ‘Azul’, libro que reforma la poesía en español del modernismo, de Rubén Darío, se publica en Valparaíso en el año 1888, ¡por qué un escritor nicaragüense viene de repente! Son expresiones artísticas, situaciones literarias que solamente se explican a partir de la historia de la edición. Porque la historia de la edición lo que permite es la comunicación, el movimiento literario, el diálogo, los intercambios, y no conoce fronteras de idiomas —porque hay traducciones—, no conoce fronteras políticas, no conoce fronteras nacionales. Hablamos de la República de las Letras: es como un mundo paralelo en el que la circulación es mucho más fluida”.

Destaca Pura Fernández: “Cuando hablamos, por ejemplo, los que estudiamos desde el punto de vista de la historia económica o la creación de los programas educativos, de las lecturas, de la creación de la propia literatura, siempre pensamos en el escritor, pensamos en los críticos y los lectores, pero el origen del sistema es el editor. El editor es el que selecciona: nosotros leemos lo que ha elegido una persona. Y lo que llamamos el canon, es decir, el modelo de lectura de Chile, el modelo de lectura de Valparaíso, el modelo de lectura del continente americano, todo eso procede de alguien que ha seleccionado”.


[b]Las editoriales universitarias[/b] Respecto a la relevancia de las editoriales universitarias, la coordinadora del proyecto Edi Red señala: “Son relevantes en cuanto a producción, son relevantes en cuanto a la mejora en el conocimiento, pero el ámbito de circulación es mucho más reducido. Las editoriales académicas tienen un público mucho más escogido, utilizan también un lenguaje más complicado para un lector no especializado. Y luego la especialización, el tema de trabajo, es mucho más reducido también, porque son áreas de conocimiento muy específicas”. Sin embargo, añade Pura Fernández, “hay editoriales universitarias que ahora han descubierto que una de las fórmulas para ampliar el ámbito lector, y sobre todo ampliar la dimensión de su trabajo, es hacer las colecciones divulgativas. Es decir, que grandes especialistas de determinados ámbitos —en España hay varias colecciones—, que tienen que ver con los agujeros negros o la biología molecular, los ultrasonidos, en fin, hacen libros que están despojados de erudición, despojados de tecnicismos, y que intentan hacer entender a un lector curioso pero no necesariamente especializado, pues qué es el ADN, qué ha pasado con la teoría de la evolución, por ejemplo”. Eso, destaca, “ha tenido un éxito extraordinario. Porque es una cadena intermedia entre la academia, la especialización, y la sociedad de la que proceden los fondos para la financiación. O sea que es una manera de justificar lo que se está haciendo en el ámbito de la ciencia y a la vez demostrar a la sociedad la necesidad absoluta de que se apoye públicamente la financiación de la investigación”.