Skip to main content

“Aún en Chile no se ve claramente el rostro del perpetrador o la figura del dictador”

07 Septiembre 2018

El tema está pendiente, señala Michael Lazzara, de la Universidad de California en Davis.

Con el fin de profundizar en el debate sobre el lugar de los perpetradores en espacios públicos, como son los museos de historia nacional, así como en la propia memoria nacional, el Instituto de Sociología de la Universidad de Valparaíso desarrolló la cuarta sesión del Coloquio “Memorias en Conflicto”, titulado “Representaciones de la historia reciente y perpetradores en museos del Estado: límites, desafíos y dilemas”. Uno de los participantes en el foro fue Michael Lazzara, académico de la Universidad de California en Davis (Estados Unidos), quien abordó el tema “Familiares de colaboradores y perpetradores en Chile: sujeto implicado, memoria y responsabilidad”.

Para el profesor Lazzara, es especialmente importante que en Chile se analice el tema de cómo recordar el pasado reciente desde ópticas que complican la visión que ya tenemos de la dictadura y la transición. Él observa que “por mucho tiempo, la prioridad social era mirar el rostro de la víctima. Así tenía que ser y así debía ser. Costó décadas llegar a un punto en que sociedad lograra reconocer los crímenes de lesa humanidad y la represión sistemática de la dictadura cívico militar. Hubo formas oficiales de reconocimiento, a través de la Comisión Rettig o la Comisión Valech después, pero costó años para que la sociedad realmente internalizara una reflexión sobre el significado de la violencia estatal. Quizás ese proceso aún siga. Sin embargo, en la medida que la reflexión sobre la dictadura y sus consecuencias evoluciona, urge también preguntarnos por el rol de los perpetradores y los muchos cómplices que hicieron posible las violaciones a los Derechos Humanos”.

A su juicio, “ahora creo que se entra en una nueva fase, sobre todo porque muchas de las personas que colaboraron directa o indirectamente con la dictadura siguen siendo figuras de relevancia pública o siguen ocupando lugares de poder, y si bien hay mucha conciencia de la memoria —debido a largas luchas de mucha gente—, yo creo que otro rostro al que todavía no se le ve muy claramente es el rostro del perpetrador o de la figura misma del dictador. Una pregunta que yo tengo, que es una pregunta pendiente, es ¿qué significaría realmente mirarle la cara a Pinochet? Y esa es una pregunta difícil de contestar, porque probablemente pasaría por ver cuál es ese rostro humano que se convierte en un dictador, cómo una figura como esa produce una sociedad, y cuáles son los otros rostros que están implícitos en esa cara de Pinochet”.

Respecto del efecto que pueda tener la muerte, cuando suceda, de la viuda de Pinochet, Lucía Hiriart, Michael Lazzara es claro: “Yo no creo que la muerte de una sola figura cambie nada. Yo creo que son problemas mucho más profundos que tienen que ver con la complejidad de la textura social, de un país en que yo creo que hay todavía mucha perspectiva de pinochetista closeteado, y sólo es que se volvió políticamente incorrecto decirlo. Pero creo que si tras puertas cerradas tú le preguntaras a mucha gente, te dirían cosas que te espantarían. Entonces, creo que hay que pasar un poco más allá de las figuras mismas y hablar de la dictadura de formas que sean quizás un poco políticamente incorrectas a veces, para llegar a iluminar unas zonas más ocultas y oscuras de esta historia y de las ramificaciones y las consecuencias que esa historia creó para la sociedad”.

El Coloquio “Representaciones de la historia reciente y perpetradores en museos del Estado: límites, desafíos y dilemas” fue convocado por el Instituto de Sociología de la UV y coorganizado por el Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (COES), el Programa de Psicología Social de la Memoria de la Universidad de Chile y Foro Urbano.