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Egresado de Historia UV expondrá “El pensamiento político de Gabriela Mistral” en congreso en Perú

26 Septiembre 2018

Investigación de Jaime Petit-Brehuil fue su trabajo de tesis.

Para Jaime Petit-Brehuil, titulado de la carrera de Pedagogía en Historia y Ciencias Sociales de la UV, Gabriela Mistral fue la mujer más empoderada del siglo veinte. Confrontando el aporte de la Premio Nobel en términos de ciudadanía, derechos de la mujer y educación, entre otras áreas, a la imagen patrimonial y conservadora que se ha construido de ella, escogió como tema para su tesis de título “El pensamiento político de Gabriela Mistral”. Su investigación fue aceptada en el Sexto Congreso Internacional de Estudiantes de Historia, que será del 22 al 26 de octubre en Lima, Perú.

Petit-Brehuil explica por qué decidió investigar este tema: “Hay muchas razones, desde la literatura hasta lo más social, pasando por temas de educación y de género. Pero me centré en la figura de Gabriela Mistral en relación a la política porque existe una imagen tradicional en torno a su figura que se cierra en la relación entre la Premio Nobel y los niños; esa es una imagen patrimonial que se ha construido en Chile desde el conservadurismo, la que yo quiero invalidar o derrocar, o al menos generar una alternativa”.

Antioligárquica, antiimperialista y emancipadora

Según plantea el profesor, “Gabriela Mistral tuvo un pensamiento político abocado fundamentalmente a tres conceptos. Uno: era antioligárquica; es decir, estaba en contra del uno por ciento, tanto en Chile como en América Latina, que es el grupo económico que controla el poder. Dos: era antiimperialista, ella era oposición a Estados Unidos dentro del predominio mundial y latinoamericano en la primera mitad del siglo veinte. Y tres: emancipadora, ya que a través de la educación y la política planteó la emancipación de dos grupos fundamentales muy claros: las mujeres, que estaban peleando por el derecho a voto, y los campesinos, ya que la gran mayoría de la población chilena y de América Latina era campesina”.

¿Era entonces una mujer de izquierda? Petit-Brehuil dice: “Yo definiría a Gabriela Mistral como una mujer de centro. Y lo planteo porque la izquierda en la primera mitad del siglo veinte significaba ser o comunista o socialista, y Gabriela Mistral se distanció tajantemente de esos dos sectores. No obstante, tenía sí una política social, una sensibilidad social, que de alguna manera converge con la izquierda; por ejemplo, el derecho a voto de la mujer era una política que se levantaba desde la izquierda. La categorizaría como una mujer crítica; pero si tuviéramos que jugar dentro del espectro político, la categorizo como de centro, porque apelaba a una mayoría y siempre consensuando con los dos sectores”.

Acota que “Gabriela Mistral tuvo dos grandes aliados: Pedro Aguirre Cerda, que salió Presidente en 1938 con el Frente Popular, radical, de centro, y Eduardo Frei Montalva, ex Presidente que fue asesinado en dictadura. Por eso planteo que era de centro, porque tenía una gran cercanía con el Partido Radical y con la Democracia Cristiana, que eran los dos sectores que representaban en ese minuto al centro político en Chile y a la clase media. Eso es fundamental, ya que hay que recordar que Gabriela Mistral fue de clase media, y una clase media histórica, que son los hijos de profesores, que empiezan a ascender de clase porque empiezan a educarse y a instruirse”.

Independiente y desde la docencia

Jaime Petit-Brehuil destaca otros elementos especiales de la poeta. El primero, que “era una mujer independiente, a diferencia por ejemplo de Pablo Neruda, que sí tenía militancia, y que fue una tremenda ventaja para haber alcanzado el Premio Nobel en el caso de Pablo Neruda: ella lo alcanzó sin un partido político”.

Otro elemento que hace interesante la figura de Gabriela Mistral es que “ella no es una profesional que nace de la universidad, sino que nace de la docencia, en la práctica, y llega a una élite intelectual. Cuando ella gana el Premio Nobel en 1945 se instala a una gran escala a nivel mundial, pero sin ser hija de la universidad. Por tanto, nos muestra un camino paralelo y no tradicional para llegar a una élite intelectual que se escapa de la frontera universitaria”.

Por ello, subraya, “el mérito es un elemento fundamental en Gabriela Mistral. Vemos una carrera que va desde lo más bajo hasta lo más alto, un ascenso gradual que se lleva a través de un proceso. Es una figura internacional que nace en una cuna empobrecida: Gabriela Mistral no viene de un sector acomodado”.

A todo ello se añade, dice Petit-Brehuil, que “existe una tremenda contradicción en el período, porque en Chile la mujer no votaba, por lo tanto no era ciudadana; claramente la mujer tampoco se instruía, no iba al colegio y menos a la universidad, por tanto Gabriela Mistral rompe todo un esquema social. O sea, estamos hablando de la mujer más empoderada, me atrevería a decir, de Chile y América Latina: ella ya era canciller sin haberse legalizado el voto femenino, fue secretaria de la Sociedad de las Naciones, un cargo internacional y político”.

¿El tributo?

Para Jaime Petit-Brehuil el país tiene una deud2a con la poeta: “¿Cuál es el tributo que le ha hecho Chile a Gabriela Mistral?: el patrimonio es relacionarla con los niños, con la infancia. Hay una publicidad y todo un comercio en torno a esa figura, muy vinculado a una imagen en que siempre se la ve mayor, vieja y sin atractivo, como una madre o como una abuela”.

Sobre si ese manejo de imagen es intencional o es el resultado de una cultura patriarcal, dice: “Creo que de las dos cosas puede haber un poco. Primero, Chile históricamente ha sido patriarcal, y eso lo vemos desde nuestros padres fundadores: siempre se habla de O’Higgins, de Carrera o Manuel Rodríguez, y nunca hablamos de madres de la patria, y yo creo que sí existen madres de la patria: Gabriela Mistral es una de ellas madres. Pero también hay un aspecto que es de clase: creo que Gabriela Mistral representaba en Chile al sector de los profesores, de los obreros y campesinos, un sector medio que se estaba empoderando, que comenzaba a tener un proyecto propio, a alejarse de las élites. Por lo tanto, Gabriela Mistral tenía un discurso que era altamente clasista; ella tenía una conciencia de clase que quería defender los intereses de los campesinos y de las mujeres, mujeres de la clase alta a la clase más baja. Era entonces una política bastante crítica para el período, que apuntaba a desestructurar el orden de poder”.

Proyecto país

A lo anterior se añade que “como dije anteriormente, a diferencia de Pablo Neruda, Gabriela Mistral no tiene un partido político que trabaje su patrimonio: ella está sola, entonces puede servir para todo tipo de proyectos. Por eso, hago un llamado a todos los mistralianos a de verdad defender el patrimonio real que ella construyó y que era un proyecto político. Acá estamos en presencia de un proyecto país y un proyecto latinoamericano”.

A juicio de Petit-Brehuil, “sería interesante iniciar un proyecto de formación ciudadana denominado ‘Gabriela Mistral’, para desarrollar los valores de democracia, los valores de campesino e indígena. Creo que la defensa de la democracia no la podemos entender sin la presencia de Gabriela Mistral. Con el derecho a sufragio de la mujer se amplió la democracia, se amplió la ciudadanía, los partidos crecieron y la mujer se empezó a empoderar, hasta que llegamos a Michelle Bachelet, y no podemos entender a Michelle Bachelet sin Gabriela Mistral”.