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Futuros ingenieros industriales construyen puentes con papel y pegamento

18 Abril 2019

Veinte kilos fue el récord que soportó una estructura en el clásico desafío de primer año.

Ochenta hojas tamaño carta, un tarro de 160 cc de pegamento y una dosis de buenas ideas fueron los únicos ingredientes con que los estudiantes de primer año de Ingeniería Civil Industrial enfrentaron el desafío de los puentes de papel, organizados en grupos aleatorios y heterogéneos y en el que debieron crear estructuras capaces de soportar una carga progresiva.

En esta nueva versión del clásico desafío la estructura que más resistió soportó 20 kilos, mientras el mínimo de peso sostenido fue de cerca de 1,5 kilos. La actividad se vincula con la innovación curricular de la Escuela por medio de la aplicación de metodologías de aprendizajes activos y se desarrolla de forma paralela con el Campus Santiago.

Eduardo Lara, académico a cargo del desafío, señala que “el objetivo de la actividad es introducir a los estudiantes de primer año en el contexto de la ingeniería de una manera lúdica y entretenida, por medio de una acción que debían desarrollar en grupos que no fueron organizados por ellos como una forma de ayudarlos para que cuando se enfrenten a la vida profesional sean capaces de conformar distintos equipos de trabajo y sean capaces de adaptarse”.

El profesor asegura que “la base de este desafío es el trabajo en equipo y la capacidad de autoaprendizaje, ya que en la asignatura no abordamos temas estructurales. Esta es una tarea que encargamos hace un mes, entonces parte de la labor que deben desarrollar es la coordinación y planificación del grupo, ya que todo el trabajo se desarrolla en horario de libre disposición, nada se hace en clase y de esa forma deben llegar a este resultado”.

Coordinación y toma de decisiones

Kaileen Muñoz estuvo a cargo de su grupo con quienes construyó su puente llamado “Ikaika”, que significa fuerte en hawaiano, estructura que soportó un total de diez kilos. Sobre la actividad señaló que “fue entretenido porque pudimos compartir, pero también difícil porque tuvimos que conocernos por obligación, aun así fue una buena experiencia que nos sacó de lo rutinario de las matemáticas”.

En tanto, Angie Cartagena, cuyo puente “Huke” resistió siete kilos, explicó que “como actividad la consideramos una estrategia que se puede aplicar en la implementación de diversas formas de trabajo en equipo. Pudimos aprender cómo una hoja de tamaño carta y pegamento pueden resistir tanto peso, pero también a organizarnos”.

No fue la misma suerte que corrió el grupo de Iván Carrasco, cuyo puente “Steve Jobs”, solo logró aguantar 3,5 kilos. Al respecto el alumno señaló que “fue un trabajo interesante, que nos deja la idea que al trabajar en equipo pueden haber momentos malos y buenos, pero la gracia es saber cómo manejarlos”.

“Hércules”, el puente del grupo de Javier Zamora, soportó seis kilos, mucho más de lo que pensaban. “Fue un alivio pasar los dos kilos y ver que podía seguir aguantando. Lo que aprendimos en este trabajo fue coordinación de equipo y la toma de decisiones, tuvimos que equivocarnos harto para terminar bien este trabajo”, explicó.