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Carta del director del Instituto de Historia UV publicada en el El Mercurio de Santiago

25 May 2019

El texto advierte de las series consecuencias que traerá convertir la asignatura de Historia en optativa en tercero y cuarto medio.

A propósito de la noticia conocida esta semana de que a partir de 2020 se introducirán cambios curriculares en la enseñanza media que, entre otros aspectos, convertirán la asignatura de Historia en optativa para los alumnos de tercero y cuarto medio, el director del Instituto de Historia y Ciencias Sociales de la Universidad de Valparaíso envió una carta que fue publicada este sábado 25 de mayo por el diario El Mercurio de Santiago. Este es el texto:

Sr. Director:

En la edición del día de ayer este medio ha hecho público que el Consejo Nacional de Educación aprobó cambios curriculares para 3° y 4° medio, los que se aplicarán desde el año 2020. De estas modificaciones –muchas valorables– lo que me preocupa, como historiador y responsable de un Instituto de una universidad pública que forma profesores/as de Historia y Cs. Sociales, es naturalmente la pérdida del carácter obligatorio de la historia en los dos niveles antes señalados. Esto por al menos tres motivos, expuestos aquí en orden de importancia:

1- Laboral: si bien parte de las asignaturas obligatoria serán impartidas por profesores/as de Historia, nada impide que en adelante sean impartidas por profesionales de otras ramas de las Ciencias Sociales, subiendo el nivel de desempleo de una carrera ya saturada a fuerza de la desregulación del sistema universitario chileno.

2- Didáctica: los estudios más serios señalan que la historia es un saber complejo para el cual los sujetos están mejor dispuestos al menos desde los 16 años. Por lo que la medida desatiende el saber científico al respecto.

3- Concepción de la historia: Si, tal como ha dicho la jefa de Currículum y Evaluación del Mineduc, María Jesús Honorato, el objetivo de estos cambios ha sido el que los estudiantes logren "desenvolverse como ciudadanos responsables, críticos y resolver problemas en concordancia con las habilidades para el siglo XXI", habría que preguntarse qué es lo que se entiende por historia que hace que su estudio obligatorio se considere inútil para ello. Al parecer lo que el mero sentido común dicta: un saber memorístico de efemérides, lo que en efecto predomina en la mayoría de los colegios, no tanto por una falla formativa, sino porque, primero, explicar –de verdad– históricamente siempre lleva a una deslegitimación del orden presente, pero, segundo, fundamentalmente porque, pese a las declaraciones ministeriales, lo que se mide en las pruebas estandarizadas de nuestro sistema educacional es el manejo de meros datos memorísticos y no comprensión histórica. Por lo tanto ha sido la misma institucionalidad la que ha imposibilitado la renovación de la enseñanza de la historia.

Dr. Pablo Aravena Núñez

Director

Instituto de Historia y Ciencias Sociales

Universidad de Valparaíso