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“El liberalismo no tiene otro publicista de la talla, de la fuerza de Vargas Llosa”

23 Agosto 2019

Afirma Atilio Borón, intelectual argentino autor de un libro sobre el giro ideológico del Premio Nobel peruano.

“El liberalismo no tiene otro publicista de la talla, de la fuerza de Vargas Llosa, quien ha hecho —y lo hace todavía, a los 83 años— un trabajo notable. Con una fuerza enorme, destina sus esfuerzos a demonizar a los gobiernos y a los líderes progresistas y de izquierda, y a promover el liberalismo y la mano invisible y la ortodoxia económica y los programas de ajuste. Todo eso lo convierte en un personaje yo diría casi único”.

Así se refirió el intelectual argentino Atilio Borón al laureado escritor peruano Mario Vargas Llosa, cuando vino a la Universidad de Valparaíso a presentar su reciente libro “El hechicero de la tribu”, invitado por el Instituto de Historia y Ciencias Sociales de la Facultad de Humanidades y Educación.

En la publicación, Borón hace “una réplica punto por punto de las tesis centrales del libro ‘La llamada de la tribu’ de Vargas Llosa, en el que hace básicamente una exaltación de la sociedad burguesa como una sociedad hiperindividualista, y que ese hiperindividualismo es el signo de madurez política, de madurez de nuestra conciencia, y es el camino seguro hacia el progreso y el desarrollo”.

Discurso engañoso

El objetivo de Borón es desenmascarar a Vargas Llosa, para hacer entender que su discurso, por bien desarrollado que esté, es engañoso. Explica:“El caso de Vargas Llosa hay que inscribirlo en la larga lista de personas que se reconvirtieron, desertaron de viejos ideales y, por lo tanto, abandonaron sus principios y se convirtieron en lo contrario. El caso de Vargas Llosa yo diría que es el más espectacular, no tanto por la rapidez con que se produjo ese cambio sino por la amplitud del recorrido, que va desde un joven que ingresa a una célula clandestina del Partido Comunista —que estaba prohibido en la dictadura de Odría en Perú, en la que quien era sorprendido vinculado a las actividades de protesta del Partido Comunista simplemente era fusilado— hasta quien se ha convertido hoy en la máxima figura y el máximo divulgador del pensamiento liberal, no solamente en Latinoamérica, sino que a nivel mundial”.

Tras definirlo como un “publicista del liberalismo”, Borón destaca que los análisis de la coyuntura que hace Vargas Llosa se publican de manera masiva en América Latina, e incluso en América del Norte y países europeos. “O sea, estamos hablando de un personaje central en la estructura del dispositivo de dominación cultural del imperialismo de la derecha. Y lo hace con gran eficacia, porque goza de un respeto enorme: es Premio Príncipe de Asturias, Premio Nobel de Literatura, el rey Juan Carlos I le ha conferido el título nobiliario de marqués… Es decir, es un hombre que cuando dice cualquier cosa, la gente escucha, y si él dice durante años —como ha venido diciendo— que Venezuela es una dictadura, al cabo del tiempo todo el mundo se convence de que es verdad, aunque el más elemental análisis político demuestre que no es así”.

El escritor y las mentiras

Para Atilio Borón, Vargas Llosa se ha definido a sí mismo: “Yo cito en mi libro una frase que él usa bastante, cuando define el oficio del escritor como el de alguien que está especializado en decir mentiras que parezcan verdades. Eso creo que lo define muy bien. Todos hemos disfrutado de las novelas de Vargas Llosa y disfrutamos sus escritos, aunque a mí a veces me enoje mucho leer sus análisis sobre la coyuntura, lo que él dice de Evo, de Maduro, de Ortega, de Cuba, de Fidel, o de López Obrador, sin embargo lo dice de una manera tal que uno puede quedar hasta deslumbrado”.

Por ello, añade, “cuando lo leo me corre un escalofrío en la espalda, porque cómo un tipo tan inteligente puede llegar a decir tales cosas. Bueno, pues lo dice, y lo dice bien. Por ejemplo, él hace una crítica feroz a los procesos de reforma constitucional tendientes a la reelección en América Latina, diciendo que el reeleccionismo significa el fin de la democracia, que la alternancia es lo que marca la robustez de la democracia: yo he encontrado ese razonamiento en gente muy pobre de Brasil, de Argentina, de Bolivia, diciéndome lo mismo y sin saber quién es Vargas Llosa, jamás lo leyeron. Lo que él dice reverbera por toda la sociedad, y llega inclusive hasta las favelas en Río de Janeiro, donde me dicen que Lula quiso eternizarse en el poder y eso es contra la democracia, y yo les digo que Ángela Merkel va a cumplir dieciséis años en el poder, y me dicen ‘es diferente, es Europa’. Claro, pero ahí está la cosa del colonialismo: lo que es bueno en Europa es malo acá, y él de alguna manera alimenta esa perspectiva”.

Un acorazado

Defenderse de la influencia del escritor peruano, dice Borón, “es muy difícil. Vargas Llosa está acorazado por los más grandes poderes económicos de nuestro tiempo, por el poder mediático, por el poder político. Yo creo que lo que hay que hacer es someterlo al pensamiento de la crítica, abrir discusiones, invitarlo… Pero él no quiere plantear nunca un debate, no se interesa, nunca ha aceptado debatir conmigo, él no quiere esa discusión”.

Otra forma, subraya, es “diciendo la verdad, mostrando las incongruencias, mostrando lo que significan las debilidades que tienen nuestras democracias, que según él no tienen ningún defecto. Yo me pregunto dónde está Vargas Llosa, dónde lo encuentro, porque en Argentina tenemos montones de problemas; en Chile, ahora estaba viendo con espanto que hay un proyecto de reducir la jornada de trabajo de 45 horas, yo no sabía que eso era así acá, cuando esa es una cosa del siglo 19, y sin embargo el amigo Vargas Llosa no se entera de eso ni dice nada sobre que es una afrenta a los trabajadores, a la familia que él dice defender”.

Por ello, enfatiza, “hay que salir a decir cosas, y sobre todo el periodismo tiene una enorme misión, el periodismo alternativo, que no es hegemónico: de salir a la calle y hacer una radiografía de la vida cotidiana, de lo que ven, de las cosas de las cuales nadie habla, nadie se entera. Porque a nosotros no nos van a dar atención los grandes medios; mi libro, ni La Nación ni Clarín han dicho una palabra; El País de España ha recibido ejemplares y no ha hecho la menor mención de él. Y mi libro es muy riguroso, no es de diatribas ni contiene epítetos”.

“El hechicero de la tribu” fue presentado en la UV por el autor, acompañado de Pablo Aravena, director del Instituto de Historia y Ciencias Sociales, y Claudio Pérez, académico de esa unidad.

Atilio Borón

Atilio Borón es doctor en Ciencias Políticas con estudios en Harvard, sociólogo, catedrático y escritor. Es profesor de Teoría Política y Social de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, investigador superior del Conicet y director del Programa Latinoamericano de Educación a Distancia en Ciencias Sociales, PLED.

Ha sido secretario ejecutivo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, CLACSO. Ha sido profesor en programas doctorales en el Massachusetts Institute of Technology (MIT), la Universidad de Columbia y la Universidad de California/Los Angeles (UCLA). Es autor de más de un centenar de artículos en temas de su especialidad.

Sus textos se pueden leer en el blog www.atilioboron.com.arg

En estos días llegan a librerías de Valparaíso ejemplares de “El hechicero de la tribu”, que estaba agotado al momento de la visita de Borón.