Ceremonia tuvo lugar en el Aula Magna de la Escuela de Derecho.
Con la presencia del secretario de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas, profesor Galo López; del director de la Escuela de Administración Pública, profesor Diego del Barrio; de académicos, estudiantes y familiares, se efectuó la ceremonia de titulación de los egresados de la carrera de Administración Pública de nuestra Universidad.
La ceremonia se realizó en el Aula Magna de la Escuela de Derecho. En sus palabras de bienvenida, el profesor Del Barrio puso especial énfasis en el proceso de transformación de los alumnos en sus años de estudio. Asimismo, narró una fábula de Esopo para motivar a los nuevos egresados a atreverse a ir más allá, desplegando sus destrezas y creatividad sin conformarse con lo preestablecido. “La excelencia en la gestión pública —agregó el director— permitirá disminuir las brechas de desigualdad e injusticia social que encontramos en nuestra sociedad”.
Los alumnos fueron subiendo uno a uno al escenario para recibir sus certificados de título entre los aplausos y expresiones de emoción de sus familiares y amigos, que vieron cómo culminaba con éxito un importante ciclo de la vida de estos jóvenes para el orgullo de las familias y también de la comunidad universitaria.
Como es tradicional, se entregaron distinciones especiales para los tres mejores promedios de la generación: Daniel Rojas Álvarez, Fabiola Peirano Báez y Ricardo López Alaniz, quien además obtuvo el mejor promedio de la generación. El egresado Ricardo López recibió adicionalmente una distinción especial por parte del Colegio de Administradores Públicos de Chile, representado por su presidente, Guillermo Hontavilla.
Al finalizar, el secretario de Facultad, Galo López, en representación del decano Óscar Fariña, señaló los importantes desafíos disciplinares y éticos que supone el ejercicio de la carrera, asegurando que todo lo aprendido en estos años de estudio tiene un sentido, que en el desempeño profesional se encontrarán ya sea en dependencias de la administración pública o en las empresas, hospitales y municipalidades con problemas que resolver, en los que recordarán las distintas materias vistas en sus años de estudio. “La formación del administrador público es muy completa y en nuestra universidad, además, se pone énfasis en los desafíos éticos que supone el ejercicio de la labor pública en beneficio de un mejor estado y, como consecuencia, de la ciudadanía toda”, aseguró.
“Como siempre, una titulación es una fiesta universitaria, la celebración de un trabajo bien hecho, la consolidación definitiva de un proceso transformador que se inicia con los temores y ansiedades propios de un estudiante recién egresado de la enseñanza media. Ello explica la alegría de los jóvenes y sus familiares, que ven cumplida una etapa importante y un nuevo mundo de energías y esperanzas con nuevas y mejores herramientas para comprender el entorno y lo que el mundo les depara”, concluyó.
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