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“La gente empieza a despertar y a constituirse como pueblo”

20 Diciembre 2019

Afirma sociólogo Gonzalo Ojeda, a propósito del estallido social que vive el país.

Un análisis optimista del estallido social que está viviendo Chile desde el 18 de octubre hace Gonzalo Ojeda, sociólogo de la Universidad Católica de Lovaina, exdirector de la carrera de Sociología de la UV. A su juicio, “después de por lo menos treinta años, la gente empieza a despertar, y a través de las marchas, de los cabildos, empieza a constituirse como pueblo, como unidad social, como movimiento social, y eso me parece fundamental”.

A juicio del sociólogo, “todo lo demás, todo lo que dicen los opinólogos, el gobierno, algunos parlamentarios, sobre la violencia, me parece absolutamente secundario. Tal como dicen los abogados, ¿a quién beneficia el crimen, a quién benefician los saqueos, las pequeñas violencias?: al gobierno, para justificar la represión. Ninguno de los veinte muertos, ni las dos personas que perdieron la vista ni las 200 personas que perdieron parcialmente su vista, eran saqueadores: fueron víctimas de las fuerzas de represión, ordenadas por el ministro Chadwick, por el actual ministro Blumel y por el Presidente de la República. El Presidente nos declaró la guerra, pero nosotros no estamos en guerra, en primer lugar porque no tenemos armas, las únicas armas que tenemos son la conciencia y la organización social”.

Consultado respecto de cómo piensa que se va a resolver la situación, Gonzalo Ojeda dice: “La salida no está clara, porque el movimiento social no tiene suficiente fuerza para sacar a este gobierno y poner a otro. Por otra parte, el gobierno tampoco da muestras de escuchar a la ciudadanía; el Presidente todos los días habla del orden, de las leyes contra los encapuchados, contra los saqueadores, contra los narcos; pero desde hace treinta años que los narcos existen en las poblaciones, ¿por qué no los controlaron ni los redujeron antes?, ¿por qué ahora los narcos pueden aprovecharse de la situación?: porque simplemente el pueblo está marchando y porque la única respuesta que tiene el gobierno es la represión”.

El valor de encontrarse

Para Gonzalo Ojeda, hay un elemento de gran valor: “Lo más importante es que la gente de las poblaciones, de los cerros en el caso de Valparaíso, se ha encontrado a sí misma. En los cabildos usted encuentra hombres jóvenes, adultos, viejos, gente de distintas etnias -mapuche, chilenos- encuentra muchas mujeres, muchas líderes mujeres, feministas. O sea, todo el mundo social está ahí, conversando de igual a igual, en forma afectiva, respetuosa”.

Cuenta que “en un cabildo, por ejemplo, yo escuché que un joven dijo estar de acuerdo con el pacto de los parlamentarios con el gobierno, a pesar de que de los doscientos que estábamos ahí, la gran mayoría repudiamos ese pacto; sin embargo, ese joven habló tranquilamente, escuchamos sus razones, y nadie, nadie lo pifió. O sea, esa es la forma de dialogar, y no con la pistola en el pecho. Y el gobierno nos quiere poner la pistola en el pecho, decir ‘tienen que ordenarse y después conversamos’: no se puede, primero hay que conversar”.

Conversar con los actores sociales

En opinión de Ojeda, “si el gobierno tuviera realmente la intención de restablecer el orden, conversaría con los actores sociales, dialogaría, los escucharía y tomaría medidas de fondo, medidas estructurales. Subir un veinte por ciento las pensiones no sirve: hay que cambiar el sistema de pensiones; hay más de un millón de adultos mayores que tienen pensiones miserables, cómo va a poder vivir una persona con cien mil pesos, eso es imposible, ni siquiera le alcanza para comer, para qué decir para los remedios. Además, si usted a eso le junta los miles y miles de trabajadores que ganan menos de 350 mil pesos, eso no es vida. Y por eso es que el pueblo se indignó”.

Finaliza su juicio enfatizando que “tal como decían los niños que saltaron los torniquetes, no son treinta pesos, son treinta años; yo diría, porque esos niños no tienen memoria quizás, que son 47 años, esto empezó con la dictadura, y hasta ahora seguimos con el mismo sistema económico social, con algunos pequeños parches. Por supuesto, yo no comparo la dictadura con lo actual; hemos ganado en libertad política, hay una cierta democracia electoral, hay mejores garantías que en esa época, pero de todas maneras hubo muchos muertos que lucharon por un sistema mejor, por una alegría que desgraciadamente no llegó. Entonces ahora hay que dar vuelta la página, sin culpabilizaciones, sin odiosidades, pero el sistema lo tenemos que cambiar”.