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César Galindo: “Un registro clínico electrónico es un arma defensiva frente a la pandemia”

16 Abril 2020

Académico de Civil Biomédica asegura que si bien Chile lo tiene, no es compartido y no se ha difundido en hospitales.

Manejar toda la información sanitaria de un paciente para tomar decisiones sobre diagnósticos y tratamientos, cuál es la mejor atención y para disminuir los errores clínicos son algunos de los beneficios que entrega el Registro Clínico Electrónico, RCE, que, a pesar de existir en Chile, aún no es compartido en su totalidad. A juicio de César Galindo, académico de la Escuela de Ingeniería Civil Biomédica UV, este instrumento “podría ser una poderosa arma defensiva contra la pandemia”.

Galindo, presidente de HL7 Chile y subdirector de interoperabilidad del Centro Nacional en Sistemas de Información en Salud, CENS, explica que “en Chile no existe una efectiva difusión en los hospitales y tenemos el inconveniente de no contar con un sistema que se pueda compartir. Para el control y seguimiento de pacientes en una pandemia la existencia de un RCE que tenga la capacidad de compartir la información le ofrece al sistema la posibilidad de detectar cuándo el paciente tiene riesgo frente al Covid 19, ya que los médicos pueden contar con todos los antecedentes”, explica.

El académico asegura que “un RCE compartido es un arma defensiva potente frente a una pandemia, si Chile lo tuviese a nivel de atención general de la red asistencial tendría muchas más opciones para el combate de la pandemia”.

“El RCE es la migración de la documentación que se recupera de la asistencialidad de un paciente en formato digital. Si bien la infraestructura informática que se requiere es bastante pesada para manejar las diversas fuentes de información que configuran el registro de un paciente, es lo mismo que los médicos hacían antes en papel, con la diferencia que ahora tiene la posibilidad de condensar toda la información en un centro de salud específico. Si un paciente ha pasado por diversas unidades dentro de un mismo hospital, es probable que éste pueda condensar la información del paciente durante su estadía”, agrega.

Galindo asegura que “la ventaja significativa de contar con un REC compartido a nivel nacional es tener a mano todos esos datos que se podrían replicar en los recintos de salud por donde ha pasado el paciente y eso aumentaría la capacidad médica de responder frente a una situación de crisis. Además, es posible trabajar con análisis secundarios de información, incidencia de ciertos factores de la población, focos de infección y salud pública, entre otros”.

“La lección de hoy es integrar soluciones innovadoras que adviertan la presencia de infecciones, desarrollar testeos en la población, distribuir esas pruebas con alto grado de conectividad y trazar focos nuevos de infección en tiempo real para frenar las pandemias en su origen”, añade.

El académico señala que “monitorear cómo se esparce una infección es un trabajo de recolección sanitaria. El REC significa tener una salud 100% conectada e integrada para tomar decisiones sanitarias adecuadas. Se requiere integrar la información en salud, fortalecer la puesta en escena de la interoperabilidad y el uso adecuado de los estándares, lo cual confirma que los estados deben invertir en conectar la salud, no solo informatizarla, sino que desarrollar redes de comunicación donde fluya la información”.