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Seminario de bioética abordó la justicia sanitaria en tiempos de pandemia

12 May 2020

El neurólogo Rodrigo Salinas y la abogada Alejandra Zúñiga integraron el panel online.

¿Cómo opera la justicia sanitaria en tiempos de pandemia? ¿Qué criterios intervienen cuando los recursos son escasos? Esas fueron algunas de las interrogantes que se plantearon en el Seminario Permanente de Bioética organizado vía online por el Departamento de Humanidades Médicas y Medicina Familiar de la Escuela de Medicina, denominado la “Justicia sanitaria en tiempos de Pandemia”.

El conversatorio contó con la participación del neurólogo Rodrigo Salinas, magíster en Medicina Basada en la Evidencia, magíster en Economía de la Salud y diplomado en Bioética; y la abogada y doctora en Derecho Alejandra Zúñiga. Fue moderado por el profesor y doctor en Filosofía Álvaro Hevia.

Como parte de la introducción, el doctor Hevia señaló que factores como el aumento de la población, el aumento de la esperanza de vida, la injusta distribución de los recursos y bienes comunes, los avances tecnocientíficos de la biomedicina y el aumento del costo de estos avances, así como la aspiración social de obtener protección y garantía respecto a la salud por parte de los estados inciden en la justicia sanitaria.

Precisó que ésta es el área de la bioética que critica, reflexiona, problematiza y busca soluciones a los problemas surgidos en el cruce de estos factores y otros.

“La justicia sanitaria es una parte esencial de la reflexión ética desde que superamos lo que Foucault llama ‘el umbral biológico de la modernidad política’”, dijo.

Hevia sostuvo que así como algunas teorías neoliberales sostienen que es el mercado el que debe distribuir los bienes y que la asistencia sanitaria -por ser un bien más- no debería tener un tratamiento especial, hay otras que señalan que la asistencia sanitaria sí es un bien fundamental que hay que proteger y distribuir del modo más equitativo posible, estableciendo un derecho a la asistencia sanitaria.

Por su parte, el doctor Rodrigo Salinas, médico del Hospital El Salvador, citó como introducción la carta pública del periodista y Premio Nacional de Periodismo Abraham Santibáñez, en la que renuncia en forma voluntaria al uso de ventilador mecánico en caso de requerirlo, dada su edad de 81 años.

Planteó que la edad no aparece en la justicia social en nuestro país, pero “en tiempos de escasez, las personas mayores tienen los dados echados en contra”.

El neurólogo señaló que esta injusticia social no ocurrió por la pandemia, viene de mucho antes, “de 40 años de malas políticas públicas, en las que el valor de asignación es el dinero y la capacidad de pagar, lo que desaparece por la pandemia”.

En tanto, Alejandra Zúñiga indicó que el dilema de a quién debemos dejar morir plantea dilemas bioéticos ante recursos escasos. “La escasez extrema lleva a un mejor uso de recursos. La eficiencia es lo que ponderamos en nuestras vidas. Si lo vemos desde el utilitarismo, la eficiencia apuntaría a la sobrevida del mayor número de personas. Si no usamos el criterio de la eficiencia sanitaria, ¿cuál usaremos, la suerte?”, se preguntó.

Los panelistas coincidieron en que la decisión de distribuir recursos críticos no debe llegar a que sean los clínicos quienes decidan en último momento, quienes están sometidos a altos niveles de estrés, sino que se deben adoptar criterios de justicia sanitaria en niveles superiores.

El Departamento de Humanidades Médicas y Medicina Familiar de la Escuela de Medicina próximamente realizará otra sesión del Seminario Permanente de Bioética. Quienes deseen tener más información, deben escribir al correo Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo..