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Salud mental y migración internacional fueron abordadas en conversatorio de Escuela de Medicina

15 Junio 2020

La investigadora mexicana Nadia Santillanes presentó un estudio de caso de mujeres de Puebla que viven en Nueva York.

La antropóloga, doctora en Antropología Médica y postdoctorada Nadia Santillanes fue la invitada del segundo encuentro del Ciclo de Conversatorios sobre Migrantes Internacionales en el marco de la pandemia Covid 19, que desarrolla la Escuela de Medicina.

A través de un estudio de caso de un grupo de ocho mujeres provenientes de Puebla (México) que viven en la ciudad de Nueva York, la antropóloga mexicana -con más de diez años en experiencia y estudios en migración y salud- se refirió a la asociación de salud mental y migración.

Si se considera que el proceso de salud-enfermedad-atención es influido por dimensiones biológicas, sociales, económicas, culturales y de poder, los y las migrantes de tercera edad, niños y mujeres son más vulnerables en comparación con los y las no migrantes. Detalló que la mayoría de la población de “Puebla York” -asentados en Brooklyn y Queens- se desempeñan en el sector servicios, empleos más desprotegidos y precarizados y, por tanto, fueron los primeros en perder sus puestos de trabajo ante la pandemia en Estados Unidos. Estos planteamientos refuerzan las ideas expuestas durante el primer conversatorio, el cual destacó los problemas sociales de la precarización laboral de migrantes en Chile en el marco de la pandemia.

Cabe destacar que el sistema de salud estadounidense descansa fundamentalmente en los seguros médicos privados, que se adquieren en su mayoría por medio del empleo, mientras que algunos seguros públicos están asociados a la pobreza, tiempo de residencia y estatus migratorio. Del total de inmigrantes mexicanos residentes en Estados Unidos, más de la mitad no cuenta con seguridad médica.

“Además se enfrentan a barreras para acceder a servicios médicos y sociales por su estado migratorio, lengua, políticas antimigratorias, complejidad de los sistemas de salud, temor y desconfianza”, dijo. Esto es congruente con lo que evidencia la literatura científica de migrantes en Chile.

La doctora Santillanes concluyó que las condiciones de vida y trabajo, y el acceso limitado a la salud de los migrantes, se traduce en un impacto negativo en la salud física y mental. Ante esta limitación a la salud, muchos recurren a la autoatención con apoyo en salud mental a través de redes familiares y comunidad.

El conversatorio fue moderado por la docente del Departamento de Salud Pública de la Escuela de Medicina María Elizabeth Guerra.