Skip to main content

Comunidades relatan cómo enfrentan la pandemia colectivamente

06 Agosto 2020

Cinco universidades públicas desarrollaron consulta ciudadana que recibió más de mil 800 respuestas.

Con participación de autoridades universitarias, académicos y dirigentes sociales, la Escuela de Medicina de la Universidad de Valparaíso dio a conocer los primeros resultados de la “Consulta ciudadana: respuesta comunitaria a la pandemia”, iniciativa que reúne el trabajo colaborativo de esa unidad junto a las facultades de Medicina de las universidades de Chile, de Santiago de Chile, de Concepción y de La Frontera.

La consulta tuvo como objetivo relevar los esfuerzos de la ciudadanía y los grupos organizados que se han desarrollado en las diversas regiones del país durante la pandemia de Covid-19, con la finalidad de visibilizar las experiencias de base comunitaria que han emergido en el territorio para enfrentar los desafíos sociales y sanitarios provocados a raíz de la crisis y en un contexto de ausencia de la Atención Primaria de Salud en el terreno.

En sus palabras de bienvenida, el decano de la Facultad de Medicina UV, doctor Antonio Orellana, señaló que en esta consulta se demuestra el actuar de muchas comunidades que, organizadamente, enfrentan los desafíos tanto sanitarios como sociales, con un gran sentido solidario, de apoyo mutuo y ayuda colectiva en sus territorios.

Orellana invitó a continuar el trabajo y sacar más provecho de la información que entrega esta fotografía, “porque es un aporte a la atención primaria de salud, que es donde se realiza la relación virtuosa con las organizaciones comunitarias”.

El profesor Mario Parada explicó cómo surgió la consulta: “Vimos cómo la atención primaria estaba ausente, todo estaba centrado en el hospital, pero recibíamos información que la comunidad se estaba organizando para hacer frente a la pandemia. Quisimos ver qué está ocurriendo, cómo lo hacen y ver la posibilidad de compartir esa experiencia para que la gente que se está movilizando no se sienta sola y pudiera compartir esa experiencia”, dijo.

Primeros resultados

El informe fue dado a conocer en la UV por los docentes Daisy Iturrieta y Carlos Guerrero, quienes junto a Mario Parada y Astrid Arévalo participaron en la elaboración y sistematización de la consulta con equipos de las otras universidades involucradas.

La profesora Iturrieta indicó que del total de respuestas analizadas (mil 800), 311 corresponden a la Región de Valparaíso y que en ellas aparecen organizaciones territoriales y funcionales, como juntas de vecinos, talleres femeninos, grupos de adultos mayores, pero también destacan algunas con un componente más político, como las asambleas territoriales que surgen desde octubre de 2019, y otros grupos autogestionados que surgen en forma espontánea para hacer frente a las necesidades emanadas de la pandemia.

“Se visibiliza un incremento de participación ciudadana asociado al estallido social de 2019 y también a algunos eventos anteriores que dicen relación con la exigencia de más y mejores derechos sociales, entre 2010 y 2018”, señaló Carlos Guerrero.

Las redes sociales son los medios mayormente empleados por las agrupaciones para comunicarse, pero se observan brechas comunicacionales respecto del rol del estado. Destaca, sin embargo, que la mayoría no sabe si las agrupaciones trabajan con las instituciones de salud. Si ello es informado, la mayoría dice que se vinculan con el Cesfam o Cecofs, que son instituciones instaladas en los territorios.

Para la vicerrectora de Vinculación con el Medio de la Universidad de Valparaíso, Patricia Reyes, esta consulta permite a las universidades escuchar a la comunidad. “Las universidades estábamos muy adentro y debemos ir más afuera. Es el minuto de participar, de estar en el territorio; hemos estado observando, pero debemos escuchar qué están solicitando las comunidades para poder ir en respuesta de ello. En este mundo que está cambiando, también debemos cambiar nuestro rol. Estamos abiertos a las ideas que surjan de las comunidades para que esta relación sea de mutuo beneficio”, indicó.

Los resultados fueron comentados por dos dirigentas comunales: Karla Armingol, presidenta del Consejo Local de Salud del CESFAM Barón, y Fabiola Maldonado, presidenta del Consejo de Desarrollo Local de Panquehue, miembro del Consejo de Participación Social-Consejo de la Sociedad Civil del Servicio de Salud Aconcagua, miembro del Consejo Asesor Provincial de la SEREMI de Salud Aconcagua, miembro del Consejo Asesor Regional de la SEREMI de Salud y directora del Consejo Asesor Regional de la SEREMI en representación de Aconcagua.

Armingol señaló que la información que se levanta trae desafíos para las organizaciones y universidades involucradas. “Esta es una buena fotografía, porque lo cierto es que el estallido social vino a favorecer la articulación territorial que ya se estaba levantando desde octubre del año pasado y vino a potenciar algunas organizaciones y articular otras nuevas. Hay algunas horizontales que están surgiendo ahora y otras tradicionales que se han articulado para dar respuesta a la pandemia. Estas nuevas organizaciones han renovado la forma de hacer comunidad y ahí está el desafío que deja el contexto sanitario, porque las organizaciones no conocen o no tienen mucha articulación directa de salud. Creo que hay una crisis de confianza de la institucionalidad que trasciende a las organizaciones más tradicionales, que son más verticales y su participación se reduce al directorio”, expresó.

De ahí que hayan adquirido mayor protagonismo las organizaciones más horizontales, cuya estructura permite responder más rápido a las demandas por la pandemia.

Participación vinculante

En tanto, Fabiola Maldonado opinó que la APS es fundamental, porque el Cesfam es la puerta de entrada a la salud y permite la vinculación con la comunidad. “En este escenario no se tomó en consideración desde un principio a la atención primaria y se desvinculó a la gente común y corriente que necesitaba soluciones e información. Los actores sociales somos fundamentales en la comunicación, para explicar lo que ocurre a la comunidad. La participación social vino para quedarse”.

No obstante, dijo que se requiere una participación vinculante, no solo consultiva. “Podemos ser un gran aporte, porque estamos en la realidad, in situ, sabemos cuáles son los problemas y lo importante es poder escalarlos y buscar las soluciones en conjunto”, señaló.

En cuanto a la respuesta comunitaria, la consulta da cuenta que las organizaciones han priorizado sus acciones en grupos sociales y contextos territoriales con mayores vulnerabilidades. Mayoritariamente se han concentrado en recolección, compra y distribución de alimentos a nivel comunitario y desarrollo de actividades de comunicación y/o educación comunitaria. A estas alternativas les siguieron el desarrollo de actividades recreativas, de autocuidado y/o de apoyo a la salud mental, sanitización de espacios públicos, ollas comunes y confección y distribución de mascarillas, peluquería y otras.

Cabe destacar que se espera seguir con este trabajo, en una etapa en que las comunidades tendrán un mayor protagonismo y en la cual los desafíos y objetivos serán definidos en conjunto entre los actores, de manera horizontal y con la mirada puesta en una Universidad con y para el territorio.